LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA
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cuando le hablan de su mujer y de sus hijos; y hombres encerrados en un teatro incendiado se han<br />
abierto paso entre una multitud a cuchilladas. 2<br />
Una forma de excitabilidad emocional es, por su poder destructivo característico sobre las<br />
inhibiciones, importante en la composición del carácter enérgico. Me refiero a la que en su forma más<br />
atenuada es simple irascibilidad, susceptibilidad a la cólera, temperamento agresivo, y que en formas<br />
más sutiles todavía se manifiesta como impaciencia, severidad, seriedad, determinación. La<br />
determinación significa el deseo de vivir con energía, sin miedo al dolor que ésta pueda proporcionar;<br />
el dolor puede ser dolor en los demás o dolor propio, es indiferente ya que cuando el mal humor se<br />
instala en uno lo que se pretende es destruir algo sin importarnos qué o quién. Nada destruye una<br />
inhibición de la forma en que lo hace la ira, porque, como dice Moltke de la guerra, la destrucción pura<br />
y simple constituye su esencia. Eso la convierte en aliada valiosa de cualquier otra pasión; se aplastan<br />
los encantos más dulces con un placer feroz en el momento en que se interponen como portavoces de<br />
una causa que provoca nuestra indignación. Entonces no cuenta en absoluto perder amistades,<br />
renunciar a bienes y privilegios enraizados, romper las ligaduras sociales. Incluso, experimentamos una<br />
severa alegría en la austeridad y la desolación, y lo que denominamos debilidad de carácter es, en<br />
muchos casos, la ineptitud para sacrificar temperamentalmente las propias inclinaciones. 3<br />
Hasta ahora he hablado de alteraciones temporales producidas por emociones cambiantes en la<br />
misma persona, pero las diferencias relativamente fijas del carácter de personas distintas se explican de<br />
forma muy similar. En un hombre con tendencia a un tipo particular de emoción, series completas de<br />
inhibiciones desaparecen - las que en otros hombres permanecen efectivas - y nuevos tipos de<br />
inhibiciones ocupan su lugar. Cuando alguien posee un don innato para determinadas emociones su<br />
vida difiere, curiosamente, de la propia de la gente ordinaria, ya que no le estorban ninguno de los<br />
frenos usuales; el simple aspirante a un tipo de carácter, por el contrario, sólo muestra la inferioridad,<br />
sin esperanza de acción voluntaria o instintiva, cuando aparece el luchador, amante o apóstol natural<br />
para quien la pasión es un don de la naturaleza. Deliberadamente ha de superar sus inhibiciones, el<br />
genio con pasión innata parece no sentirlas en absoluto, es libre de cualquier fricción interior y del<br />
desgaste nervioso; para un Fox, un Garibaldi, un general Booth, un John Brown, una Louise Michel, un<br />
Bradlaugh, los obstáculos insuperables resaltan inexistentes y si el resto de nosotros no hiciésemos caso<br />
de tales obstáculos habría muchos héroes así, porque son numerosos los que tienen el deseo de vivir por<br />
ideales similares y sólo les falta el grado adecuado de energía anuladora de las inhibiciones. 4<br />
2 «El amor no sería amor - dice Bourget - si no pudiera llevar al crimen. También podemos decir que la pasión no seria<br />
verdadera si no llevara al crimen (SIGHELE: Psychologie des Sectes, p. 136). En otras palabras, las grandes pasiones<br />
anulan las Inhibiciones ordinarias que establece la «conciencia»; y a la inversa, de todos los seres humanos criminales, de<br />
las personas falsas, cobardes, sensuales o crueles que viven en la actualidad probablemente no hay ni una siquiera que, en<br />
algún momento, no pueda vencer su impulso criminal por la presencia de alguna otra emoción a la que su carácter tiende<br />
potencialmente, siempre que esta Otra emoción sea lo bastante intensa. El temor es normalmente la emoción más asequible<br />
para producir este resultado en esta clase particular de personas, aparece como conciencia y puede ser propiamente<br />
clasificado como una - pasión noble -. Si hubiéramos de morir pronto, o si creyéramos en un juicio cercano, pondríamos de<br />
prisa nuestra casa en orden y no creeríamos que el pecado pudiera volver a tentarnos nunca. La cristiandad anticuada, la del<br />
fuego del infierno, conocía bien cómo extraer del temor su equivalente en forma de frutos para el arrepentimiento y su valor<br />
para la conversión absoluta.<br />
3 Ejemplo: Benjamin Constaní maravilla frecuentemente como un ejemplo extraordinario de inteligencia superior junto con<br />
un carácter débil. Escribe (Journal, Paris, 1895, p. 56): «Me encuentro agitado y asediado por mi miserable flaqueza. Nunca<br />
hubo nada tan ridículo como mi indecisión. Ahora el matrimonio, ahora la soledad. ahora Alemania, ahora Francia, duda<br />
detrás de duda; y todo porque en el fondo me siento incapaz de dejar nada.» No se puede "entusiasmar”, por ninguna de<br />
estas alternativas, y la carrera de un hombre asediado por esta absoluta ambigüedad no tiene esperanza.<br />
4 Lo más importante que una gran pasión proporciona es el valor, y la adición o sustracción de cierta cantidad de esta<br />
cualidad hace diferente una vida. Estímulos diversos liberan el valor, lo hará la esperanza confiada, el amor y no lo hará la<br />
ira. En algunas personas es ya tan elevado, de origen, que un simple toque de peligro lo estimula, a pesar de que el peligro<br />
sea, para la mayoría de los hombres, un gran inhibidor de la acción.<br />
«El amor por la aventura se vuelve, en estas personas, la pasión dominante.» «Me parece - dice el general Skobeleff - que<br />
mi valentía consiste simplemente en la pasión y al mismo tiempo el menosprecio del peligro. El riesgo de la vida me<br />
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