05.05.2015 Views

LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Conferencias IV y V.<br />

La religión de mentalidad sana<br />

Si tuviésemos que preguntarnos ¿cuál es la mayor preocupación de la vida humana?, una de las<br />

respuestas sería: “La felicidad”. Cómo obtenerla, conservarla y recuperarla es, de hecho, para la<br />

mayoría de los hombres de todos los tiempos, el motivo secreto de cuanto hacen y de lo que están<br />

dispuestos a soportar. La escuela hedonista, en el campo de la ética, deduce toda la vida moral de las<br />

experiencias de felicidad o infelicidad que conllevan los diferentes tipos de conducta y, aún más en la<br />

vida religiosa que en la moral, la felicidad y la infelicidad parecen ser los polos en torno a los cuales<br />

gira el interés. Sin embargo, no debemos ir tan lejos como el autor que acabo de citar y afirmar que<br />

cualquier entusiasmo persistente es, en calidad de tal, religioso, o que el simple acto de reír constituye<br />

un ejercicio religioso, pero debemos admitir que cualquier gozo permanente puede originar un tipo de<br />

religión consistente en una agradecida admiración del don de una existencia tan feliz. Y asimismo<br />

debemos reconocer que las formas más complejas de experimentar la religión son formas nuevas de<br />

producir felicidad, maravillosos caminos interiores hacia una felicidad sobrenatural, cuando el primer<br />

don de la existencia natural, con harta frecuencia, es la infelicidad.<br />

A partir de estas relaciones entre religión y felicidad, tal vez no sorprenda que los hombres<br />

miren la felicidad que comporta una creencia religiosa como prueba de su verdad. Si un credo hace<br />

feliz a un hombre, éste lo adopta enseguida: una de las “inferencias inmediatas” de la lógica religiosa<br />

que, correctamente o no, usan los hombres consiste en que “si esta creencia debe ser cierta, lo es”.<br />

“La realidad de la presencia próxima del Espíritu de Dios - dice un escritor alemán - 1 puede<br />

experimentarse y sólo experimentarse. La señal que hace la existencia y proximidad del espíritu<br />

irrefutablemente clara para quienes la han experimentado, es la incomparable sensación de felicidad<br />

que comporta su proximidad y que, por consiguiente, no es sólo una sensación posible y apropiada aquí<br />

abajo, sino que es la prueba indispensable de la realidad de Dios. Ninguna otra prueba es tan<br />

convincente y, en consecuencia, la felicidad es el punto del cual deberá partir toda nueva teología<br />

eficaz”.<br />

Durante la hora que tenemos por delante os invitaré a considerar los tipos de felicidad religiosa<br />

más simples, y dejaremos los más complejos para otro día.<br />

En muchas personas la felicidad es congénita e inevitable; en ellos, “la emisión cósmica” adopta<br />

irresistiblemente la forma de entusiasmo y libertad. No hablo sólo de quienes son felices de una forma<br />

física, me refiero a quienes, cuando se les presenta o impone la infelicidad, la rechazan como si fuese<br />

algo malo y vil Encontramos personas así en todas las épocas, penetradas apasionadamente por el<br />

sentido de la bondad de la vida a pesar de las dificultades diarias y de las teologías siniestras que las<br />

rodean. Por principio su religión consiste en una unión con la divinidad. Los herejes que precedieron la<br />

Reforma fueron acusados por los escritores de la Iglesia de prácticas inmorales, del mismo modo que<br />

los primeros cristianos fueron acusados por los romanos de deleitarse en orgías. Probablemente en<br />

ningún siglo pasado el rechazo deliberado a pensar negativamente de la vida haya sido idealizado por<br />

un número suficiente de personas como para crear una secta, abierta o secreta, que reivindicase la<br />

permisión de todas las cosas naturales. La máxima de san Agustín Dilige et quod vis fac - si amas (a<br />

Dios), haz lo que quieras - es una de las observaciones morales más profundas, pese a que para ciertas<br />

personas esté llena de estímulos para traspasar los límites de la moralidad convencional. Según sus<br />

caracteres, fueron refinados o groseros, pero su creencia siempre fue lo bastante sistemática para<br />

constituir una actitud religiosa definida; Dios era un libertador y se había vencido el aguijón del<br />

demonio; san Francisco y sus discípulos inmediatos eran, en conjunto, espíritus de este talante, del que<br />

existen verdades infinitas: Rousseau en sus primeros años de escritor, Diderot, B. de Sant Pierre, y<br />

1 C. HILTY, Glück, dritter Theil, 1900, p. 18.<br />

40

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!