LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA
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se puede resumir en una frase”, afirma uno de los autores que he citado: “Dios está bien y tú también,<br />
por consiguiente. Debes despertar al conocimiento de tu ser real”.<br />
La adecuación de su mensaje a las necesidades mentales de una gran parte de la humanidad<br />
fortaleció estos evangelios tempranos; existe exactamente idéntica adecuación con respecto al mensaje<br />
de la curación, aunque superficialmente pueda parecer absurdo, y al percibir el incremento rápido de su<br />
influencia y sus triunfos terapéuticos se está tentando de preguntar si no estará destinado<br />
(probablemente en razón de la vulgaridad y extravagancia de muchas de sus manifestaciones) 22 a<br />
desempañar un papel casi tan grande, en la evolución de la religión popular del futuro, como el de<br />
aquellos movimientos en su momento.<br />
Temo que comience a “poner los nervios de punta” a alguno de los miembros de esta académica<br />
audiencia. Semejantes caprichos contemporáneos - pueden pensar - no deberían ocupar tanto tiempo en<br />
las respetables conferencias Gifford. Sólo quiero pediros que seáis pacientes, el resultado global de<br />
estas conferencias acentúa, supongo, la diversidad que muestran las vidas espirituales de diferentes<br />
hombres; sus deseos, sensibilidad y capacidades varían y se deben clasificar bajo títulos bien<br />
diferentes; el resultado es que realmente existen diversos tipos de experiencia religiosa y en estas<br />
conferencias dirigidas a obtener un conocimiento más minucioso del tipo de mentalidad sana debemos<br />
ir donde la encontremos en su forma más radical. Acabemos de esbozar la psicología de los tipos de<br />
caracteres individuales, a cuya estructuración pueden posiblemente contribuir estas conferencias. Lo<br />
primero que debemos tener en cuenta (particularmente si nosotros mismos pertenecemos al tipo<br />
académico-científico-clerical, el tipo oficial y convencionalmente “correcto”, el tipo “moralmente<br />
impecable” para quien ignorar a los otros es una tentación obsesiva) es que nada puede ser más<br />
estúpido que excluir un fenómeno de nuestro conocimiento por la sola razón de que somos incapaces<br />
de tomar parte en experiencias semejantes.<br />
Ahora bien, la historia de la salvación luterana por la fe, de las conversiones metodistas, y de lo<br />
que denomino el movimiento de mind-cure, parecen demostrar la existencia de numerosas personas a<br />
quienes - de alguna manera, en algún momento de su evolución - sobrevendrá un cambio de carácter<br />
ventajoso, hasta ahora facilitado por las normas establecidas por los moralistas oficiales, que será<br />
mucho más fecundo si estas normas son invertidas radicalmente. Los moralistas oficiales nos aconsejan<br />
no descuidar nuestra energía jamás: “Vigilar día y noche - nos ordenan solemnemente -, contened<br />
vuestras tendencias pasivas, no os achiquéis ante el esfuerzo, conservad vuestro deseo como una<br />
tensión permanente”; no obstante, las personas de quienes hablo experimentan que todo este esfuerzo<br />
consciente únicamente conduce al fracaso y a la vejación, y los hace todavía en mayor medida hijos del<br />
infierno de lo que eran antes. La actitud tensa y voluntariosa se convierte en una fiebre y un tormento<br />
insufribles; su maquinaria renuncia a funcionar cuando los cojinetes están tan calientes y las correas tan<br />
ajustadas.<br />
Bajo estas condiciones la forma de tener éxito, tal y como garantizan las innumerables<br />
narraciones personales, es a través de un método antimoralista; la rendición de que os hablaba en la<br />
segunda conferencia, la pasividad, la no actividad, la relajación, la no asimilación, deberían ser ahora<br />
las normas. Dejad correr el sentimiento de responsabilidad, olvidad vuestro cometido, descansad la<br />
carga de vuestro destino a poderes superiores, sed indiferentes a lo que acontece y encontrarais que n o<br />
sólo obtengáis una distensión interior perfecta, sino que, además, conseguís también los bienes<br />
particulares a los que pensabais renunciar. En esto consiste la salvación a través de la auto<br />
desesperación, el morir para nacer verdaderamente de la teología luterana, el pasar a la nada que dice<br />
Jacob Böhme. Para ello hay que superar un punto critico, doblar una esquina interior; algo debe dejar<br />
perderse, la dureza originaria debe romperse y licuarse, y este acontecimiento (que de ahora en adelante<br />
veremos a menudo) es frecuentemente repentino y automático, dejando en el hombre la impresión de<br />
que estuvo provocado por un poder exterior.<br />
22<br />
Está por ver si la escuela del señor Dresse, que asume cada vez más la forma de experiencia de la mind-cure y de la<br />
filosofía académica que se impregnan mutuamente, se apuntará los triunfos prácticos de las sectas menos críticas y<br />
racionales.<br />
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