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LAS VARIEDADES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

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¡Esto suena a mística religiosa genuina! Acabo de citar a J. A. Symonds. También relata una<br />

experiencia mística con cloroformo:<br />

«Cuando el ahogo y la asfixia pasaron, al principio me sentía en un estado de total turbación;<br />

después llegaron los relámpagos de luz intensa, alternándose con la oscuridad, y poseía una penetrante<br />

visión de lo que pasaba en la habitación a mi alrededor, pero carecía de sensación táctil. Pensé que<br />

estaba cerca de la muerte cuando, de repente, mi alma se apercibió de Dios, que estaba tratando<br />

conmigo manifiestamente, palpándome, por así decir, con una realidad presente personal e intensa. Lo<br />

sentí derramándose sobre mí como la luz... No puedo describir el éxtasis que sentí. Después, mientras<br />

me iba despertando gradualmente de la influencia de la anestesia, el antiguo sentido de mi relación con<br />

el mundo comenzó a volver, y el nuevo sentido de mi relación col Dios fue desapareciendo. De repente<br />

salté de la silla donde estaba sentado y grité: "Es demasiado horrible, es demasiado horrible, es<br />

demasiado horrible", porque no podía soportar aquella desilusión. Entonces me eché al suelo y al final<br />

desperté cubierto de sangre y gritando a los dos cirujanos (que estaban aterrados): "¿Por qué no me<br />

habéis matado? ¿Por qué no me habéis dejado morir?" Pensadlo bien; haber sentido en aquel largo<br />

éxtasis de visión sin tiempo a Dios, en toda su pureza, ternura, verdad y amor absoluto, y encontrar<br />

después que al fin y al cabo no había tenido ninguna revelación, sino que una excitación anormal de mi<br />

cerebro me había engañado...<br />

»Sin embargo, persiste la pregunta ¿es posible que la percepción íntima de la realidad que<br />

sucedió cuando mi carne estaba muerta a las impresiones exteriores y al sentido ordinario de las<br />

relaciones físicas, no fuese un engaño sino una verdadera experiencia? ¿Es posible que en aquel<br />

momento yo sintiese lo que algunos santos dicen que siempre han sentido, la indemostrable pero<br />

irrecusable certeza de Dios?» 10<br />

10 Op. cit., pp. 78-80, resumido. Añado, también resumida, otra revelación ansitética interesante que me comunica un amigo<br />

de Inglaterra. El sujeto, una mujer bien dotada, tomó éter para una operación quirúrgica.<br />

«Me preguntaba si estaba siendo torturada en la prisión y por qué recordaba que había oído decir que la gente<br />

"aprende del sufrimiento", y en vista de lo que estaba sintiendo, lo inadecuado de este dicho me chocó tanto que dije en voz<br />

alta "sufrir es aprender".<br />

»Con esto volví a quedar inconsciente y mi último sueño precedió inmediata. mente a mi vuelta en mí. Sólo duró<br />

unos cuantos segundos y fue máximamente vivido y real, aunque en palabras puede que no quede claro.<br />

»Un gran Ser o poder cruza el cielo con los pies en una especie de luz, como una rueda en un rail, y éste era su camino. La<br />

luz estaba compuesta por los espíritus innumerables cercanos los unos a los otros, siendo yo uno de ellos. Se movía en línea<br />

recta y cada parte de la línea o fulgor le repetía en su corta existencia consciente que había de avanzar; parecíame estar a los<br />

pies de Dios y pensé que si estaba quebrantando su propia vida por mi dolor. Vi entonces que lo que estaba intentando<br />

nacer, con todas sus fuerzas, era cambiar su curso, torcer la línea de luz a la que estaba ligado en la dirección que él<br />

deseaba. Sentí mi inflexíblildad y mi impotencia y supe que lo conseguiría. Me trastornó por medio de mi herida,<br />

hiriéndome más de lo que habla sufrido en mi vida y en et punto más agudo; cuando él pasó vi claro. comprendí en 'no<br />

momento cosas que ahora he olvidado, cosas que nadie podría recordar en su sano juicio. El ángulo era obtuso, y recuerdo<br />

que, al despertar, pensé que si lo hubiese hecho recto o agudo yo habría sufrido más y "visto" todavía más, y que<br />

probablemente habría muerto.<br />

»Él se fue y yo retorné a mí, en aquel momento toda mi vida pasó delante de mi, recluida cada pequeña pena<br />

insignificante, y las comprendí todas, Esto era lo que todo ello significaba, ésta era la obra que todo contribuía a hacer; no vi<br />

el propósito de Dios, sólo su intención y su absoluta implacabilidad respecto a sus medios. No pensaba en ml más de lo que<br />

un hombre piensa sobre Si le herirá el corcho cuando abre una botella de vino, o un cartucho cuando dispara. Así y todo, al<br />

despertar, mi primer sentimiento fue, con lágrimas, "Domine non sum digna", porque habla sido elevada a una posición para<br />

la que me Sentía demasiado pequeña. Me di cuenta de que en aquella media hora bajo la influencia del éter había servido a<br />

Dios más concreta y puramente que nunca antes en mi vida, o de lo que yo sería capaz de desear. Yo era el medio para que<br />

nuestro Señor se expresara, no sé qué ni a quién, y todo esto en la exacta medida de mi capacidad de sufrimiento.<br />

»Mientras volvía a la conciencia, me pregunté por qué, habiendo caminado tan adentro no había percibido nada de<br />

lo que los santos llaman el amor de Dios, sólo su implacabilidad. Entonces escuché una respuesta: "conocimiento y Amor<br />

son Uno, y la medida es el sufrimiento." Reproduzco las palabras tal como las percibí. Volví finalmente en mí (a lo que<br />

parecía un mundo de sueños compasado con la realidad que abandonaba) y vi que lo que podía ser llamado la causa de mi<br />

experiencia era una sencilla operación con éter insuficiente, en un lecho junto a la ventana, una ventana cualquiera de<br />

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