Descargar libro - Manuel Requena

parecía un problema la legión romana que custodiaba la entrada, y una enorme piedra que la
taponaba. Pero con su fuerza natural y la del Espíritu, también la pudo sortear, haciendo que los
enemigos entraran en aquellos cerdos que no paraban de comer, beber, y contemplar a la
Magdalena.
Una de las más hermosas enseñanzas de Marcos, es la presencia de Jesús en los suyos, entre los
suyos, dentro de los suyos. Cuando cura, cuando llama, cuando envía, o simplemente cuando
pasa por la vida de alguien, si es aceptado, produce una sinergia eterna. No cura, y después se
va, dejando la terapia para otro. No evangeliza, y abandona a su suerte al que lo escucha y cree.
No pide una fe en Él, sin provocar inmediatamente una comunión. Pero su desaparición física
de lo visible y palpable, su abandono del mundo de la carne de los hombres, también es una
dura realidad. ¿Cómo conciliar ambas verdades que parecen excluirse? Está y no está. Ama
pero se aleja. Viene para ser proclamado y manda callar. La solución no es otra que la
inhabitación de su persona en ese lugar interior donde nace el amor de los hombres. Pasó de ser
visto por el ojo de la carne, a ser percibido por el ojo de la fe que tiene el corazón. El signo de la
prueba, está en el anuncio, en el eu-angelio, en la epifanía que hace de sí mismo a los que ama,
por su presencia en los que son amados. Desde su muerte y resurrección, conquista y se
manifiesta a los que ama por su presencia en los pobres, en los que sufren, en los pacíficos, en
los que tienen el don inestimable del sacerdocio real, que no coincide en toda su extensión con
el jerárquico.
La prueba de esta verdad, es el propio evangelio.
1.- Aquellos que en su tumba, tras su resurrección, parecían ángeles.
2.- El `hortlelano' que vió la Magdalena, y que pronunció su nombre.
3.- El caminante que se unió a los de Emaús, y les ardía el pecho.
4.- El hombre de la playa en el lago, que les dio de comer.
Ninguno se parecía físicamente a Él, pero los Apóstoles, llamados a ser fundamentos de la fe,
“sabían que era Él”. Lo conocieron al partir el pan. En el calor que produce la comprensión de la
Escritura. María Magdalena, al pronunciar su nombre. Los del lago, al ver el resultado de su
trabajo en la red repleta de peces grandes.
Hoy podemos lo podemos encontrar en las mismas cosas. Porque cada uno de nosotros, en
nuestra pobreza, somos un sacramento suyo
Simplemente la Gente………………………..7
La gente de Marcos…………………………..9
Discurso escatológico……………………….33
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INDICES
PROLOGO, INTRODUCCIÓN
I.- LA GENTE
II.- UNA FAMILIA EN GALILEA.
CAFARNAÚM