Descargar libro - Manuel Requena

Él se fue y comenzó a publicar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; y todos se
admiraban. (Mc 5,18-20)
La gente que había tenido miedo, ahora se admiraba con el relato de un hombre que antes no
había tenido ningún crédito entre los suyos. Es un relato raro, y largo para el estilo de
Marcos. Le cuadra más a Lucas. Y desde luego Mateo, menos preocupado de personas concretas
y raras para su comunidad, lo resume en seis versículos. Y es que no es fácil ser endemoniado a
la puerta del reino. Es como ser ladrón en la puerta de la comisaría de Policía.
2.- EL TRIUNFO DEL AMOR SOBRE LA LEY
DOS HISTORIAS DE AMOR, QUE SON UNA.
8. – JAIRO, SU HIJA Y SU ESPOSA.
9.- BERNIKÉ, LA HEMORROISA,
Sería o no así, pero los que cuentan la cumbre de sus de sus vidas que fue el encuentro con
Jesús, las cuentan encadenadas, unidas y entrelazadas. En los tres Evangelios sinópticos, la
escena de la mujer curada de su flujo de sangre aparece incrustada en la historia de Jairo, jefe de
la sinagoga de Cafarnaúm en tiempo de Jesús, y en el milagro de resurrección de su única hija.
Y es que aunque parezcan hechos distintos, tienen bastante en común. Por lo menos lo
siguiente:
1) La fe, que Jesús en ella admira y a él se la exige.
2) Un estilo humilde y a la vez apasionado en ambos de acercarse al Maestro.
Los dos se “postraron ante Él” antes de decirle nada, y ella ni siquiera lo dijo, hasta que fue
descubierta en su atrevimiento de tacto.
3) Un tiempo semejante de preparación antes del encuentro con Jesús, aunque sea de
sufrimiento en ella y de gozo en él. Doce años llevaba ella luchando con la enfermedad, y doce
años tenía la muchachita de Jairo que lo había hecho feliz en ese tiempo.
4) Ella y él, ambos con sus problemas y a su manera, estaban gustando ya la muerte en sus
vidas.
5) El marco del encuentro de ambos con Jesús, fue la gente de Israel, el pueblo sencillo que se
admiraba de toda aquella novedad de fuerza y energía amorosa de Jesús, y que los rodeaba a
los tres, a la mujer, al arquisinagogo y a Jesús, apretujándolos, casi ahogándolos, en el momento
cumbre. Ese pueblo sencillo fue testigo de lo que allí pasó, y de cómo Él cambió para siempre
las vidas de ambos.
6) En los dos relatos aparece una palabra clave: HIJA. Jairo tuvo una hija gozando con él doce
años, Jesús llama hija, a la que llevaba doce años sufriendo. Es como si Jesús asumiera con el
cariño y la fuerza de un padre bueno, los dolores y calamidades de la gente solitaria, de los
pobres de Israel, a los que incorporó a su primera Iglesia, y a la historia de salvación universal