Descargar libro - Manuel Requena
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Un “endemoniado” o “poseído de espíritu impuro”, estaba sentado en la primera fila de los<br />
oficios religiosos, como una persona respetable de esa comunidad, y se puso a gritar y dar<br />
opiniones a su modo y manera.<br />
Cuando oímos que había un hombre “poseído de un espíritu inmundo”, pensamos enseguida<br />
que se trataba de alguien tremebundo, un hombre poseído por Satanás. Las escenas de “El<br />
Exorcista” surgen como primera decodificación de las palabras del Evangelio. Pero veamos qué<br />
era para el evangelista estar poseído por un “espíritu inmundo” o “impuro”.<br />
En los primeros encuentros con Jesús, aquellos hombres sencillos de las aldeas galileas<br />
ribereñas al lago, no sabían todavía lo que eran como pueblo, en relación a la promesa que todo<br />
Israel vivía desde que salió de Egipto. Solo alguno se daba cuenta, de que estaban viviendo<br />
sucesos extraordinarios de su historia como personas, como pueblo de Dios y simplemente<br />
como hombres de todos los tiempos. La mayoría vivían asombrados en aquel entorno de Jesús,<br />
el carpintero humilde de Nazaret, conocido y contratado como naggar para sus trabajos por<br />
muchos de ellos, pero que últimamente, en cuanto habría la boca, tocaba o miraba a alguien,<br />
siempre ocurría algo “raro”.<br />
No tenemos que inventarnos nada, basta leer algunos textos transcribo del Nuevo Testamento,<br />
que pueden aclararnos, aunque sea en contraposición con la doctrina nueva de Jesús, lo que era<br />
un espíritu impuro para la gente de Israel y la primera Iglesia.<br />
En realidad “inmundo” e “impuro”, en todas las traducciones son el mismo término griego,<br />
“akazartos, y sería interminable la lista de actitudes, gestos, comidas, bebidas, enfermedades y<br />
sucesos que eran "impuros" en Israel. S. Marcos nos explica su contenido en las propias palabras<br />
de Jesús.<br />
Llamó de nuevo a la gente y les dijo:<br />
-"Oídme todos y entended bien: Nada que entra de fuera puede manchar al hombre; lo que sale de<br />
dentro es lo que puede manchar al hombre.<br />
¡El que tenga oídos para oír que oiga!".<br />
Cuando dejó a la gente y entró en casa, los discípulos le dijeron que les explicara la parábola. Jesús<br />
les dijo:<br />
- "¿Pero tampoco vosotros entendéis? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el<br />
hombre no puede mancharlo? Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y luego va a<br />
parar al retrete".<br />
Así declaraba que todos los alimentos eran puros.<br />
Y continuó:<br />
"Lo que sale del hombre es lo que mancha al hombre; porque del corazón del hombre<br />
proceden los malos pensamientos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios,<br />
avaricia, maldad, engaño, desenfreno, envidia, blasfemia, soberbia y estupidez.<br />
Todas esas cosas malas salen de dentro y hacen impuro al hombre". (Mc 7, 14-23)