Descargar libro - Manuel Requena
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que es el Evangelio, matriz de todas las situaciones, y no de cualquier forma, sino como `Hijos'.<br />
Él mismo los llamó después "su familia".<br />
7) Ambos, Jairo y Berniké, tuvieron la experiencia de que la Ley judía y el amor de su corazón<br />
estaban contrapuestos.<br />
8) Ambos tuvieron que arrodillarse ante Jesús para encontrar de nuevo su amor vivo y sano.<br />
Otras muchas coincidencias podrían buscarse desde la ciencia teológica, pero además de las<br />
razones de exégesis propias de un evangelio, entretejido en el relato sencillo de Marcos hay un<br />
argumento de imaginación o novelesco que no es desdeñable, y que ha sido en buena parte<br />
desarrollado por la piedad popular desde el primer siglo de la Iglesia.<br />
* * *<br />
Efraín, el hermano menor del arquisinagogo Jairo, era el prometido de aquella mujer a la que<br />
solo se describe en el relato evangélico por su enfermedad, sin decir ni siquiera su nombre. Era,<br />
o mejor dicho estaba, hemorroisa, con un flujo vaginal constante de sangre. Y con ese horrible<br />
nombre puesto por traductores y comentaristas de las escrituras se la ha conocido. En realidad<br />
se llamaba Berniké, y así la nombran muchas antiguas tradiciones cristianas. Efraín, su<br />
prometido, la esperó doce largos años para unirse a ella, sin dudar de que se curaría de su flujo<br />
infamante.<br />
¿Qué padecía la hemorroisa? La descripción que hace Marcos de su enfermedad, y los síntomas<br />
que han recogido los otros evangelios y la tradición, es sintomática de lo que hoy se<br />
diagnosticaría como un mioma uterino.<br />
Sigo más de cerca el relato de Marcos para las dos historias, porque es el más completo y vivo<br />
que nos queda, incluyendo sus sinópticos, los apócrifos, y las tradiciones. Seguramente el joven<br />
Marcos fue testigo directo de los hechos y conoció de primera mano la historia de ambos<br />
personajes. Los otros evangelistas parecen seguirlo a él. Yo también lo sigo, porque me encanta<br />
la provocación directa a la imaginación que hace S. Marcos, como incitándonos a que<br />
rellenemos cada uno con nuestra capacidad y gusto propio de imaginación y de sueños, los<br />
huecos que el va dejando entre los hechos punteros, como cimientos y columnas de la historia<br />
que él nos transmite. Su noticia o evangelio es como la estructura, aún solo en columnas, de un<br />
edificio en construcción, coronado con la cercha final de la última semana. Esa estructura ha de<br />
ser tabicada por cada uno según la necesidad que tenga, hasta sentirse en su casa. Si lo<br />
conseguimos, habremos logrado el intento de todo el evangelio, y es que nos sintamos en el<br />
relato, en la lectura y rumia de sus detalles, como en nuestra propia casa, con nuestra propia<br />
familia.<br />
Lo que nos cuenta Marcos es lo siguiente:<br />
Cuando Jesús regresó en barca a la otra orilla, se reunió con él mucha gente, y se quedó junto al<br />
lago.<br />
Llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y, al ver a Jesús, se echó a sus pies rogándole<br />
con insistencia:<br />
-"Mi hijita se está muriendo; ven a poner tus manos sobre ella para que se cure y viva".