DAROS, W. R. Filosofía de una teoría curricular - William R. Daros
DAROS, W. R. Filosofía de una teoría curricular - William R. Daros
DAROS, W. R. Filosofía de una teoría curricular - William R. Daros
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Las etapas <strong>de</strong>l proce<strong>de</strong>r técnico y tecnológico <strong>de</strong>ben ser formalizadas,<br />
mediante <strong>una</strong> estructura <strong>curricular</strong>, para preparar su posible enseñanza<br />
y aprendizaje. Como antes la epistemología nos ayudó a analizar los conocimientos<br />
para advertir sus partes, sus procesos mentales y valores, ahora<br />
la epistemología <strong>de</strong>be cumplir su misión analizando los procesos, no solo los<br />
mentales, sino a<strong>de</strong>más, los procesos manuales o instrumentales, <strong>de</strong> modo<br />
que con la ayuda <strong>de</strong> las acciones instrumentales se pueda producir objetos<br />
o cambios en la realidad (física, social, moral, <strong>de</strong>portiva, lingüística, etc.) <strong>de</strong><br />
los mismos.<br />
El aprendizaje técnico no es un aprendizaje <strong>de</strong> segunda categoría,<br />
esto es, sin análisis y crítica <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> las técnicas y tecnologías<br />
aprendidas y empleadas. Quien enseña y quien apren<strong>de</strong> técnicas (<strong>de</strong> curar,<br />
<strong>de</strong> enseñar o apren<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> fabricar instrumentos, <strong>de</strong> <strong>de</strong>portes, etc.) trata no<br />
solo con materiales sino con seres humanos. Los resultados <strong>de</strong> las mismas<br />
pue<strong>de</strong>n producir tanto beneficios como daños en la salud, en la forma <strong>de</strong><br />
trabajo, en los socios <strong>de</strong> <strong>una</strong> comunidad, que <strong>de</strong>ben ser evaluados. El concepto<br />
<strong>de</strong> costo-beneficio no es un concepto absoluto, que pue<strong>de</strong> aplicarse<br />
sin consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los socios que constituyen <strong>una</strong> sociedad o comunidad.<br />
Los productos <strong>de</strong>l hombre, <strong>de</strong> la economía y, en general, <strong>de</strong> las técnicas<br />
rigurosas, están en función <strong>de</strong>l hombre individual y socialmente consi<strong>de</strong>rado<br />
o, por el contrario, se convierten en inhumanos.<br />
“Libres <strong>de</strong> todo orgullo nacionalista, como <strong>de</strong> toda apariencia <strong>de</strong> racismo,<br />
los técnicos <strong>de</strong>ben apren<strong>de</strong>r a trabajar en estrecha colaboración con todos.<br />
Saben que su competencia no les confiere <strong>una</strong> superioridad en todos los terrenos.<br />
La civilización que les ha formado contiene ciertamente elementos <strong>de</strong><br />
humanismo universal, pero ella no es única ni exclusiva y no pue<strong>de</strong> ser importada<br />
sin adaptación” 217 .<br />
La sociedad es siempre un hecho moral: supone la confianza que<br />
hace <strong>de</strong> un hombre un socio <strong>de</strong> otro hombre (pacto, convenio, contrato<br />
social), en vistas a bien común y mutuo, el cual no es necesariamente igual,<br />
excepto ante las leyes que los constituyen socios.<br />
217 PAPA PABLO VI. Encíclica Popularum progressio, nº 72.<br />
169