Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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140 GÉNESIS 2:153-154<br />
confirman tal atribución. Según E, José fue vendido por los madianitas a<br />
Putifar, capitán de la guardia (cf. 37,36 y el retocado 39,1), quien le asigna<br />
la misión de servir a los funcionarios reales presos (40,4). El relato<br />
parece ignorar la alta posición que José había alcanzado en la cárcel, según<br />
ha relatado J (cf. 39,21-23). La fusión de las tradiciones ha dado lugar a<br />
varias anomalías (39,1.20; 40,3.7.15).<br />
La teología es más sutil que en J. La capacidad de José para interpretar<br />
sueños es un don de Dios (cf. v. 8). Este primer episodio es una preparación<br />
intentada por Dios con vistas a un episodio posterior que le catapultará<br />
a una posición realmente elevada (cap. 41). El plan divino se despliega<br />
con la misma seguridad que en el capítulo 39, aunque se diga de<br />
manera menos explícita.<br />
153 a) (40,1-8). 1-4. Estos versículos preparan el drama que viene a<br />
continuación. La intriga era cosa corriente en el burocrático Egipto y se<br />
refleja en el encarcelamiento de los dos funcionarios reales, que, a pesar<br />
de sus títulos plebeyos, podían ejercer gran influencia. (Para una explicación<br />
de los distintos oficios aquí mencionados, cf. Vergote, op. cit., 31-37.)<br />
La frase «en la cárcel en que José fue confinado» es una glosa redaccional<br />
tomada de J. 5-8. A causa de ía gran importancia que íos egipcios concedían<br />
a los sueños, su interpretación se convirtió en una ciencia (cf. una<br />
antigua clave egipcia para interpretar sueños, perteneciente a la XIX dinastía,<br />
en ANET 495). Los funcionarios presos están preocupados porque<br />
no tienen acceso a los intérpretes. La respuesta de José (v. 8b) es una<br />
polémica teológica contra la práctica supersticiosa de los egipcios. (La<br />
frase del v. 7 «en custodia con él en casa de su dueño» es una glosa<br />
armonizante que se omite en la Vg.)<br />
154 b) (40,9-23). 9-15. La descripción del sueño está muy estilizada:<br />
no responde al estilo de los sueños. Sólo se mencionan los detalles que<br />
pueden dar color al relato y sentido a la interpretación. Como en todos<br />
los sueños de estos capítulos, los números tienen significado cronológico.<br />
La expresión del v. 13, «levantará tu cabeza» (yissa 1 ... 'et ro'sekü),<br />
se refiere a su eventual liberación (cf. 2 Re 25,27). El final del v. 15<br />
es otra glosa armonizante. 16-19. Como en el caso del mayordomo, el<br />
sueño del panadero es compatible con su oficio. Las dos cestas inferiores<br />
aparecen exclusivamente en función de su significado cronológico. La<br />
naturaleza desfavorable del sueño es evidente por el hurto del alimento<br />
del faraón, así como por la presencia de las aves, un símbolo frecuente<br />
para significar el mal (cf. 15,11). En el v. 19, el texto dice literalmente:<br />
«Levantará tu cabeza de ti» (yissa'... "et rffseká m¡?aléka). Si bien<br />
mé'aléka puede ser una glosa ocasionada por la. presencia de la misma palabra<br />
al final del versículo, subraya el significado desfavorable de toda la<br />
expresión, en contraste con el v. 13; se alude a la decapitación. 20-23. Los<br />
sueños se cumplen exactamente como José había anunciado. Una vez más,<br />
la expresión «levantó la cabeza» (v. 20) aparece formulada como en los<br />
vv. 13 y 19. La mención de que el mayordomo «no se acordó de José»<br />
añade intriga al relato y prepara para el incidente que sigue.<br />
2:155-157 GÉNESIS 141<br />
155 E) José interpreta los sueños del faraón (41,1-57) (E, J). Este<br />
capítulo es ininteligible sin el anterior y procede, en su mayor parte, de<br />
la misma tradición (E). Sólo en la última parte aparecen inserciones tomadas<br />
de J. El relato es contado con el gusto típicamente semita por las<br />
repeticiones (cf. cap. 24) y revela un profundo conocimiento de la vida<br />
y las costumbres egipcias.<br />
La exaltación de José es el punto culminante del primer episodio de su<br />
historia y prepara el siguiente episodio, el encuentro con sus hermanos.<br />
Aunque, como ya hemos dicho, la teología es menos insistente que en los<br />
anteriores relatos patriarcales, resulta bastante claro, por las frecuentes<br />
alusiones a Dios, quién lleva la dirección «entre bastidores».<br />
156 a) (41,1-24). 1-7. Los sueños del faraón (lit., «la gran casa»,<br />
nombre aplicado originariamente al palacio real y luego al rey) son muy<br />
semejantes en número, naturaleza y forma estilística a los del capítulo 40.<br />
En el v. 1 aparece la primera mención del Nilo (lit., «el río»). La importancia<br />
del Nilo para la fertilidad del país justifica su inclusión, un tanto<br />
forzada, en el sueño. El doble sueño, como en el capítulo 40, subraya que<br />
se trata de un hecho simbólico. El «viento del Este» (v. 6) es el sirocco,<br />
cálido y seco, bien conocido en la región mediterránea. La afirmación<br />
del v. 7b (lit., «y faraón despertó, y he aquí que era un sueño») acentúa<br />
el carácter de sueño. 8-13. A diferencia de los dos presos del capítulo 40,<br />
el faraón acude a los intérpretes oficiales (el término «magos», hartummím,<br />
es egipcio y parece tener implicaciones rituales; el término «sabios» es más<br />
general; cf. Vergote, op. cit., 66-73). Pero sus servicios no sirven de nada.<br />
El mayordomo se convierte ahora en acusador (hatá'ay... mazkír; cf. Von<br />
Rad, op. cit., 370-71) e insiste en su falta al olvidarse de los servicios de<br />
José (cf. 40,14). 14-24. José se afeita antes de presentarse al faraón, lo<br />
cual está de acuerdo con la costumbre egipcia, pero no con la semita<br />
(ANEP 1-20). El faraón dice a José que ha oído que él sólo necesita «oír<br />
un sueño para interpretarlo» (TM), con lo cual se da a entender que José<br />
es aún más grande que los magos del faraón. Como en 40,8, José rechaza<br />
la invocación de semejante «ciencia». Los acertados detalles que aparecen<br />
en la repetición de los sueños por el faraón (especialmente en los vv. 19-21)<br />
añaden colorido al relato y anticipan la interpretación (cf. vv. 21 y 31).<br />
157 b) (41,25-36). 25-32. La interpretación de José es un tanto reiterativa,<br />
pero clara. La alusión a los siete años de hambre no intentaba<br />
probablemente expresar una duración exacta, pese al hallazgo de un<br />
texto perteneciente al período ptolemaico donde se describe un hambre<br />
de siete años (ANET 31-32). Este documento tiene gran importancia literaria,<br />
porque se refiere precisamente a siete años, e histórica, porque se<br />
refiere a largos períodos de hambre en Egipto. El fondo histórico del<br />
relato bíblico está garantizado por otros muchos textos. 33-36. Al aconsejar<br />
al faraón que eche mano de «un hombre inteligente y prudente»,<br />
José hace una descripción (no intencionada) de sí mismo; sus ulteriores<br />
consejos son de hecho inteligentes y prudentes (nótese de nuevo el tema<br />
sapiencial). La práctica de almacenar una quinta parte para el futuro era<br />
probablemente una costumbre egipcia. La utilización de graneros está con^.