Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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es intencionada. El autor quiere que el ascenso de Samuel quede aún
más realzado por contraste con la ruina de la casa de Eli. De igual manera
se contarán después las historias respectivas de las casas de Saúl y
David (2 Sm 3,1). Parecida contraposición volverá a darse en el caso
de Cristo y del Bautista («Es preciso que él crezca y yo mengüe»; Jn 3,
30). Samuel se va formando en el ministerio bajo la tutela de Eli.
Los hijos de Eli son estigmatizados por su falta de escrúpulos, pues
prefieren sus propios intereses a los de Dios. «No conocían al Señor»
(v. 12) significa que no se preocupaban de él. Se citan dos ejemplos de
su obstinación. En primer lugar, su desprecio de las leyes que prescriben
las partes de las víctimas que corresponden a los sacerdotes (Lv 7,
30; Dt 18,3), pues tomaban lo que les apetecía. Su avaricia es cosa
manifiesta: toman las porciones cuando todavía se están cociendo. Otra
prueba de su atrevimiento es que se llevan la carne cuando aún está
cruda, antes de que se haya tributado a Dios el homenaje consistente
en quemar la grasa, que se realizaba previamente al acto de cocer la
carne (De Vaux, IAT 460, 488). Entre tanto, Samuel continúa al servicio
del Señor. Viste un efod de lino (cf. De Vaux, IAT 454-58), ornamento
que le distingue como sacerdote. Dios premia su servicio con
abundantes bendiciones, que se hacen notorias en los otros cinco hijos
que les nacen a Elcaná y Ana.
22-26. El término «tienda de la reunión» se explica como una imitación
de Ex 38,8, donde aparece esta misma expresión. Pero en este
tiempo no debía tratarse de una tienda, sino que el santuario estaría
instalado ya en un edificio normal. El carácter sagrado de las funciones
que cumplen las mujeres al servicio del santuario hace todavía más grave
el pecado de los hijos de Eli (v. 22). Su mala conducta los va haciendo
cada vez más impopulares, al paso que la situación de Samuel se va
afirmando más en medio de la comunidad (v. 26).
27-36. Este pasaje es una inserción posterior; podemos deducirlo de
3,1, donde se afirma que los profetas escaseaban en aquel tiempo. En
los textos procedentes de la escuela D encontramos frecuentemente piezas
parecidas a ésta (cf. Jue 6,8-10; 9,7-20). El interés de estos pasajes
estriba en que ponen de manifiesto las implicaciones teológicas de cuanto
precede en la narración. Los acontecimientos consignados se interpretan
como manifestación de los designios y planes divinos. Estos versos
ofrecen cierta dificultad de interpretación. Está claro que se refieren
a la repulsa de la casa de Eli; lo que ya no está tan claro es el asunto
de la sustitución. Pensamos en seguida en Samuel, pero lo que se insinúa
es que el clan sacerdotal de Sadoq está llamado a suplantar a la familia
de Eli. Así se afirma explícitamente en 1 Re 2,27, donde Abiatar, descendiente
de Eli, es desplazado por la familia de Sadoq. El «sacerdote
fiel» del v. 35 parece aludir a toda una línea sacerdotal. La aspiración
de los descendientes de Eli a determinados oficios clericales de rango
menor (v. 36) alude, al parecer, a la reforma D, que suprimió los
grupos sacerdotales al servicio de los santuarios dispersos por el país,
sustituyéndolos por sacerdotes sadoquitas. Si se acepta esta hipótesis,
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entonces tendríamos en este pasaje una reelaboración del redactor D hecha
con la intención de razonar la suplantación del clan sacerdotal de
Eli por el de Sadoq. Es un caso de vaticimum ex eventu, aplicado aquí
a la legitimación de la casa de Sadoq.
14 F) Vocación de Samuel (3,1-18). El cap. 3 gira en torno a dos
temas, la caída de la casa de Eli y la vocación de Samuel. 4. Samuel es
«llamado» como lo fueron otros hombres de Dios antes de él: Moisés,
Gedeón, Sansón, por ejemplo. Había sido consagrado para el servicio
de Dios en el templo, pero esto no lo cualificaba ya para ejercer la misión
que le aguarda, para la que era necesaria una llamada especial de
Dios. 5. Samuel dormía en el templo, quizá para cuidar de la lámpara
que ardía en él constantemente o en funciones de vigilante. El hecho
de que «la lámpara de Dios» aún no esté apagada significa que no ha
amanecido todavía (v. 3). Según Ex 27,20-21 y Lv 24,3, en el santuario
debía haber una lámpara encendida durante la noche. 11-14. Cf. 2,
27-36. 16-18. Al preguntar a Samuel por lo sucedido, Eli no menciona
a Dios por su nombre. Puede que fuera debido al temor (Am 5,10) o
para no sugerir a Samuel quién podía haberle hablado. Eli obliga a
Samuel, bajo la amenaza de una.maldición, a que le comunique el mensaje
que ha recibido. El redactor ha suavizado la fuerza de la maldición
repitiéndola en términos generales. En realidad, estas imprecaciones solían
expresar claramente la clase de males que se invocaban sobre la
persona en cuestión.
G) Samuel como profeta (3,19-21). La expresión «el Señor estaba
con él» (v. 19) tiene, referida a Samuel, mayor fuerza que de ordinario.
Dios lleva a cumplimiento las palabras pronunciadas por Samuel:
«No dejó que ninguna de sus palabras cayera al suelo» (v. 19). Consecuencia
de ello sería consolidar el prestigio de Samuel como hombre de
Dios. Su condición de profeta se afirma cada vez más a los ojos del
pueblo, desde Dan hasta Berseba (fronteras norte y sur del país durante
el período de los reinos unidos bajo David). Debido a la presencia de
Samuel en Silo, este santuario se convierte en lugar de la revelación
de Dios.
15 H) Captura del arca (4,1-22). Puede que la intención oculta de
este cap. 4 sea demostrar que, por culpa de los crímenes cometidos por
los hijos de Eli, Israel ya no merece la presencia personal de Dios por
medio del arca. Los conflictos con los filisteos son mencionados por el
AT en época muy temprana (Jue 15ss) y eran, al parecer, interminables.
Se tiene la impresión de que justamente ahora filisteos e israelitas se
preparan para un choque definitivo que habrá de decidir el destino de
Palestina. El campo de batalla cae al norte de los territorios ocupados
por los filisteos. Afeq es la actual Ras el-Ain, situada en las fuentes del
río Yarkón. Eben-ha-Ezer no puede identificarse con seguridad (es distinta
de la ciudad del mismo nombre mencionada en 7,12); debía de
estar cerca de Afeq.
Los ancianos opinan que la presencia del arca en medio de las tropas
servirá para levantar su moral. Aunque el arca desempeñaba un papel