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Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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678 OSEAS 15:3-4<br />

sexuales, que no son omitidos a la hora de definir la apostasía de Israel<br />

como prostitución. Con esto no se agota, sin embargo, el pensamiento<br />

de Oseas sobre la materia. Le preocupa también la apostasía de Israel<br />

bajo el aspecto de «mentira» y «falsedad», términos que son característicos<br />

de su vocabulario para designar el pecado (cf. 7,1.3; 10,2.13;<br />

11,12; 12,2.8.12). Una y otra vez vuelve a la idea de un Israel que<br />

continuamente se ha estado olvidando de Yahvé, el Dios que lo salvó<br />

de la esclavitud en Egipto, que lo fortaleció e hizo de él una nación. Incluso<br />

cuando parecía que la nación se volvía a Yahvé, Oseas no ve en<br />

ello sino un servicio con los labios, arrepentimiento insincero lleno de<br />

una orgullosa confianza en los propios méritos (por ejemplo, 5,15-7,2).<br />

Oseas saca una conclusión muy clara: el pueblo que se ha apartado<br />

de su verdadero Dios, Yahvé, merece ser castigado. Se trata de una<br />

pena jurídica anunciada en una sentencia judicial, pero que no consistirá<br />

simplemente en una sanción legal, es decir, en un castigo impuesto<br />

desde fuera. Tal es la evolución natural e inevitable del pecado. Esta<br />

idea va implícita en la naturaleza del castigo que Oseas proclama. Yahvé<br />

olvidará al pueblo que de él se olvidó. Una política de orgullo tiene<br />

su contrapartida en la destrucción del reino y en el exilio, en la pérdida<br />

de la identidad nacional. El culto falso, pomposo y sensual terminará en<br />

una falta absoluta de culto. Los ritos orgiásticos con que se pretendía<br />

asegurar la abundancia —buenas cosechas y provisiones para las fiestas—<br />

y el fomento de la reproducción —animal y humana— producirán<br />

en realidad hambre y esterilidad, hasta el punto de que el pueblo<br />

morirá.<br />

Pero no son estos merecidos castigos la única, ni siquiera la principal,<br />

inversión de términos con que Oseas nos sorprende. Mucho más<br />

chocante y de mayor importancia es su transposición de las ideas pertenecientes<br />

al culto de la fertilidad. Yahvé es el esposo amante de Israel,<br />

idea que seguramente está influida por el hieros gamos de Baal. El vocabulario<br />

—referencias al vino, aceite y trigo, lluvia, árboles (sagrados),<br />

búsqueda de la divinidad, etc.— coincide muchas veces con el de los<br />

cultos de la fertilidad. Es Yahvé, no Baal, quien envía la lluvia y el pan,<br />

el vino y el aceite. Quitarle al enemigo su ventaja siempre fue un procedimiento<br />

arriesgado, pero eficaz (cf. Jacob, op. cit., 253-54).<br />

4 Hasta el momento sólo hemos considerado la doctrina de Oseas<br />

bajo su aspecto negativo. Rechaza la política de Israel y niega y ataca<br />

la forma de religión practicada por el pueblo. Pero hay mucho más.<br />

Una y otra vez recurre Oseas a la historia, a las pruebas de que Yahvé<br />

ha sido siempre el verdadero salvador de Israel. Para ello se sirve de<br />

fórmulas, tales como «Yo soy Yahvé, el que os sacó de Egipto», tomada<br />

de la más auténtica liturgia yahvista. Oseas es un enérgico propugnador<br />

del yahvismo: guiado por el espíritu recibido de Dios, amplía y<br />

desarrolla los contenidos de la revelación yahvista, transmitida al pueblo<br />

y mantenida viva por la proclamación en los santuarios, donde la<br />

enseñanza y la liturgia a cargo de los sacerdotes, sus guardianes, aún<br />

reflejaban las auténticas tradiciones del yahvismo. Oseas exigía una res-<br />

15:4-5 OSEAS 679<br />

puesta cuyo elemento básico es el hesed, «amor fiel», es decir, fidelidad<br />

a Yahvé en la obediencia a sus mandamientos. El término pertenece al<br />

vocabulario de la alianza y expresa la disposición que debe caracterizar<br />

a las partes contrayentes (—> Aspectos del pensamiento veterotestamentario,<br />

77:95-98). Para nosotros tiene un eco legalista, pero el hesed no<br />

es asunto de tribunales y decretos. No apunta a la mera justicia, a un<br />

quid pro quo. El verdadero hesed afecta a la mente y al corazón, es<br />

una auténtica devoción hacia el otro contrayente de la alianza, como<br />

se pone de relieve en otra típica fórmula de Oseas. El sincero contrayente<br />

de una alianza tiene piedad (rhm) hacia el otro. Nuestra traducción<br />

es lamentablemente inadecuada y equívoca; el término no expresa<br />

una compasión lastimera con una nota concomitante de condescendencia;<br />

más bien significa amor, entrega personal dispuesta para ayudar y<br />

proteger, pues deriva, en última instancia, de la actitud materna hacia<br />

el hijo (rehem, «seno»).<br />

La riqueza de esta idea de Oseas acerca del verdadero carácter de<br />

la unión por la alianza se pone de manifiesto en la más peculiar de sus<br />

imágenes, es decir, en la presentación de Yahvé e Israel como esposo y<br />

esposa (caps. 1-3). Su personal experiencia de la unión matrimonial,<br />

caracterizada por un amor tierno y comprensivo y una inquebrantable<br />

fidelidad a pesar de un casamiento trágico, ofrece un cuadro a través<br />

del cual el profeta llega a entender y traducir la unión de Yahvé con<br />

Israel, convencido de que el amor de Yahvé es inmutable, por encima<br />

de las infidelidades de aquel a quien dirige su amor.<br />

Al mismo tiempo que hesed, Oseas exige conocimiento de Yahvé.<br />

Una actitud que nada tiene que ver con la especulación, sino que consiste<br />

en una relación afectiva y efectiva que implica una absoluta prontitud<br />

para escuchar y obedecer la voluntad de Dios, es decir, para mantenerse<br />

atento a los diez mandamientos de Yahvé (4,2). No le preocupan únicamente<br />

el culto y la política; exige también una conciencia social, derecho,<br />

orden y respeto hacia los demás.<br />

Finalmente, Oseas alberga una esperanza para el futuro. Amenaza<br />

y juicio forman el núcleo de su mensaje, pero también promete una<br />

futura restauración que, finalmente, hará que Israel se acerque a Yahvé.<br />

El uso de este «finalmente» no debe entenderse en el sentido de que<br />

Oseas presente una escatología explícita y desarrollada. Promete una<br />

restauración sin proclamar nada semejante al reino mesiánico de la<br />

escatología posterior. Sin embargo, en Oseas se dan ya las imágenes e<br />

ideas que luego alcanzarán su pleno desarrollo en el sistema escatológico:<br />

una reforma retributiva seguida de una paz paradisíaca y de una nueva<br />

y perdurable unión (alianza) con Dios (cf. Maly, op. cit.).<br />

5 III. Autenticidad. Sabemos cuándo habló Oseas y qué dijo, si<br />

es que verdaderamente nos hallamos ante sus ideas y palabras. ¿En<br />

qué proporción es auténtico el libro? Hacia finales del pasado siglo y<br />

comienzos del actual estaba de moda podar severamente los textos, y a<br />

Oseas se le negó la paternidad de grandes secciones del libro. Especialmente<br />

se le negaba la parte positiva de su doctrina —las promesas de

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