Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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628 INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA PROFETICA 12:19<br />
terminología de la alianza. También insisten frecuentemente los profetas<br />
en la tradición de la alianza mosaica, que era condicionada, en vez de<br />
aludir a la alianza de los patriarcas o de David, que no eran condicionales.<br />
En la alianza mosaica era evidente el carácter moral de la elección.<br />
No es cosa habitual que un profeta preexílico se detenga en las tradiciones<br />
patriarcales; éstas son mencionadas con mayor frecuencia en la<br />
profecía exílica y posexílica (-»Aspectos del pensamiento veterotestamentario,<br />
77:83-85).<br />
19 Los profetas se sirvieron, para espiritualizar la idea de la elección,<br />
del concepto de «resto», que se asocia típicamente a Isaías, pero<br />
que, según parece, empapaba las mejores tradiciones israelitas anteriores<br />
a los profetas escritores. Aunque Amos apenas lo consideraba como una<br />
posibilidad viable (5,15), y llegó a describir con tonos irónicos un resto<br />
que no era tal en absoluto (3,12), parece aceptarlo a su manera. Amos<br />
estaba demasiado convencido de la perdición de Israel como para perder<br />
tiempo en especular sobre las consecuencias del arrepentimiento; pero<br />
otros profetas no eran tan pesimistas. En la predicación de Oseas, de<br />
Isaías y de Jeremías, la idea de un resto salvado que sobrevivirá al<br />
juicio de Yahvé y se convertirá en el Israel restaurado dio a la doctrina<br />
de la elección una profundidad teológica en que podían entenderse mejor<br />
los designios de un Dios benigno, y puso los fundamentos de la<br />
profecía posexílica.<br />
El mismo juicio era una idea escatológica profundamente espiritualizada<br />
en la enseñanza profética. El «día de Yahvé», que Amos mencionaba<br />
como algo aceptado por sus contemporáneos (5,18-20), está sujeto<br />
a diferentes interpretaciones; en cualquier caso, este profeta pensaba<br />
en algún acontecimiento que supondría el triunfo de Yahvé sobre sus<br />
enemigos. Lo significativo en el uso que hace Amos de esta expresión<br />
está en que no identifica a los enemigos con los gentiles incrédulos, sino<br />
con los mismos israelitas. Otro profeta preexílico adoptaría este mismo<br />
tema, siguiendo la interpretación popular de que aquel día significaría<br />
el fin de los pueblos opuestos al pueblo de Dios (cf. Sof 2,1-15), pero<br />
siguiendo también a Amos en la idea de que Israel se vería incluido<br />
entre esos pueblos (Sof 1,1-18). Parece que no hay duda en que la<br />
escatología popular preveía un futuro en el que Yahvé habría de ajustar<br />
cuentas con sus enemigos, mientras que su pueblo saldría triunfante.<br />
La profecía aceptó la escatología, pero dejando bien claro, al margen<br />
de todas las consideraciones nacionalistas y únicamente a la luz de la<br />
ley moral, cuál sería ese pueblo. No el Israel de la carne, sino el Israel<br />
del espíritu: el resto, el verdadero elegido. Esta interpretación profética<br />
se mantiene en la etapa posexílica, donde se hace aún más claro que el<br />
juicio de Yahvé no se desarrolla entre Israel y los demás pueblos, sino<br />
entre los justos y los malvados (cf. Mal 3,13-21) (—> Aspectos del pensamiento<br />
veterotestamentario, 77:143).<br />
W. Beyerlin, Herkunft und Geschichte der atiesten Sinaitraditionen (Tubinga,<br />
1961); K. Galling, Die Erw'áblungstraditionen Israels (BZAW 48; Giessen, 1928);<br />
F. Hesse, Das Verstockungsproblem im Alten Testament (BZAW 74; Berlín, 1955);<br />
12:20 INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA PROFÉTICA 629<br />
H. B. Huffmon, The Covenant Lawsuit in the Prophets: JBL 78 (1959), 285-95;<br />
G. Mendenhall, Covenant Forms in Israelite Tradition: BA 17 (1954), 50-76;<br />
H. H. Rowley, The Biblical Doctrine of Election (Londres, 1952); W. Staerk, Zum<br />
alttestamentlichen Erwáhlungsglauben: ZAW 55 (1937), 1-36; E. von Waldow,<br />
Der traditionsgeschichtliche Hintergrund der prophetischen Gerichtsreden (BZAW<br />
85; Berlín, 1963); T. C. Vriezen, Die Erwablung Israels nach dem Alten Testament<br />
(Zurich, 1953).<br />
20 B) Doctrina social y moral de los profetas. La notoria insistencia<br />
de los profetas clásicos preexílicos en la moral social les ha merecido<br />
el apelativo de «profetas sociales». De lo que llevamos dicho se<br />
desprende que no destacamos este rasgo de su enseñanza para añadirles<br />
crédito, como si ellos hubieran concedido una atención desmedida a este<br />
tema. Ciertamente, los profetas no eran, como alguna vez se ha dicho<br />
de ellos, unos «panfletarios radicales» (E. Renán, Histoire du peuple<br />
d'Isra'él [vol. 2; París, 1893], 425) o unos «insurreccionistas» (L. Wallis,<br />
Sociological Study of the Bible [Chicago, 1912], 168, etc.). Cierto<br />
que insistían en el mensaje social, pero ello ha de explicarse a base de<br />
la función propia de un profeta israelita: actuar como conciencia de su<br />
pueblo justamente en aquellos asuntos en que era necesaria la voz de<br />
una conciencia. Sobre el telón de fondo de la historia israelita, la doctrina<br />
social de los profetas encaja perfectamente y no resulta desproporcionada.<br />
Los mismos profetas se hubieran sentido confusos al oírse<br />
calificar de «sociales». Lo único que hacían era insistir en las virtudes<br />
sociales inherentes a las doctrinas de la elección y de la alianza, virtudes<br />
que habían sido objeto de una flagrante violación en Israel, que había<br />
abandonado en gran medida sus antiguos ideales, amoldándose a las<br />
costumbres de los gentiles. Al dar por supuesto el carácter social de la<br />
religión de Yahvé, los profetas no proclamaban nada nuevo, sino que<br />
se limitaban a recordar algo ya conocido, si bien muy ignorado: la<br />
moral.<br />
Ahora bien, esta insistencia de los profetas da origen a un tema del<br />
AT que pasa a ser una de sus afirmaciones más serias y llega incluso<br />
a la doctrina neotestamentaria del reino de Dios (cf. Mt 5,3). Es el<br />
tema de los pobres de Yahvé ( ía náwim), es decir, de los socialmente<br />
oprimidos, que sólo gracias a Yahvé podrán levantar cabeza y que, por<br />
consiguiente, vienen a identificarse con los justos, con el resto fiel y<br />
capaz de invocar a Yahvé. También a propósito de este tema mantuvieron<br />
los profetas su acostumbrado equilibrio. Los profetas de Israel<br />
nunca dieron una visión sentimental de la pobreza; de acuerdo con<br />
todo el AT, la consideraron como cosa no deseable. El pobre no era<br />
justo por ser pobre, pero no podía ignorarse el hecho de que pobreza<br />
e injusticia eran frecuentes compañeras. Era el mal de otros hombres<br />
el que daba origen a esta situación, y todo el esfuerzo de los profetas<br />
iba dirigido contra el mal.<br />
No tratamos de minimizar la aportación de los profetas cuando decimos<br />
que inculcaban una moral conocida o, al menos, que debía haber<br />
sido conocida. A las antiguas tradiciones de Israel añadieron la inme-