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Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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420 JUECES 8:9-10<br />

nombre de «ciudad de las palmeras» se suele aplicar a Jericó (3,13;<br />

Dt 24,3), pero en este caso debe de referirse a una ciudad del mismo<br />

npmbre en Madián. Estos nómadas habían acompañado a Moisés como<br />

guías, pero se negaron a asentarse con él después de la conquista.<br />

17. Simeón es mencionado en 1,17 porque ahora las dos tribus vuelven<br />

del territorio de Judá (1,3-16) al de Simeón (1,17-19). Ambas tribus<br />

capturan y entregan al herem, o destrucción sacrificial (21,11; Nm 21,<br />

1-3; Dt 2,34; 1 Sm 15,3; cf. S. Gevirtz, VT 13 [1963], 52-62), la<br />

ciudad de Sefat-Jormá. 18-19. Sería más lógica la secuencia: 1,18; 1,19b;<br />

1,19a. Los vv. 18 y 19b dan la razón de por qué Judá (y Simeón) no<br />

pudo conquistar las tres ciudades de la llanura costera. Junto a los tres<br />

sectores de territorio del v. 9 figura un cuarto sector no conquistado,<br />

pero las victorias han aislado a Judá de las demás tribus, que se hallan<br />

en el norte. 20. Cf. 1,10. El mandato era una recompensa por la fidelidad<br />

de Caleb a Yahvé a raíz del incidente de los espías narrado en<br />

Nm 14,25; Dt 1,34-36; Jos 14,6-15; 15,13-14. Los anaquitas eran «los<br />

gigantes», predecesores del pueblo que vivía en Canaán al tiempo de<br />

la conquista (Dt 2,10-12.20-21). 21. Cf. 1,8. Por Jos 15,63 es probable<br />

que los benjaminitas sustituyeran a los judaítas; por tanto, 1,21 no se<br />

opondría a la inserción de 1,8 (Jos 18,28).<br />

10 22-26. Tras el ataque de Judá-Simeón en el sur, Jue narra la<br />

acometida de la «casa de José» (tribus de Efraím y Manases) por las<br />

tierras altas del centro. Capturaron Betel (Beitín); sobre esta campaña,<br />

cf. Jos 7-8 contra Ay (¿Betel?). 27-28. A causa de estos fracasos, la<br />

tierra conquistada en el centro quedó separada de las tribus establecidas<br />

al norte de Esdrelón, en Galilea, por una línea de fortalezas cananeas<br />

que custodiaban el llano y los pasos de montaña; también quedó separada<br />

de Judá, al sur, por otras ciudades-fortaleza todavía no conquistadas<br />

(1,35). Por el norte estaban las ciudades de Bet-<strong>San</strong> (Beisán), Tanak<br />

(Tell Ta'annak) y Meguiddó (Tell Mutesellim). Sólo mucho más tarde,<br />

en tiempos de David y Salomón, se logró someter a estas ciudades (1 Re<br />

4,12) y emplear a sus habitantes nativos como esclavos para la actividad<br />

constructora de esta última monarquía (1 Re 9,20-21). Parte de estos<br />

trabajadores forzados efectuaron la fortificación de sus propias ciudades<br />

capturadas; así, por ejemplo, Meguiddó (1 Re 9,15). 29. En la frontera<br />

meridional del territorio asignado a la casa de José, Efraím no pudo<br />

ocupar Guézer (Tell Djezer), y esta localidad quedó como una cuña<br />

entre las tribus del centro y las del sur. Posteriormente cayó bajo dominio<br />

israelita (1 Re 9,15-17).<br />

30-33. El tercer ataque fue dirigido contra el norte, pero aquí las<br />

tribus no fueron capaces de efectuar ni siquiera una victoria parcial<br />

como Judá-Simeón en el sur (1,1-21) o como la casa de José en el centro<br />

(1,22-29). Estas habían logrado algunos éxitos en las regiones montañosas<br />

de Judá y Efraím, respectivamente; pocos son los éxitos que se<br />

mencionan en relación con el norte. Sobre Jasor, no mencionado aquí<br />

(Jos 11), —» Arqueología bíblica, 74:63. Una vez más se indica (1,30.33)<br />

que estas ciudades fueron capturadas más tarde, en tiempos de David y<br />

8:11-12 JUECES 421<br />

Salomón. 34-35. La tribu de Dan intentó al principio establecerse al sur<br />

de Efraím; pero, al fracasar en su intento de hacerse con las tierras<br />

bajas, hubo de retroceder a las montañas vecinas a Sorá y Estaol (13,<br />

2.25; 18,2.8.11). La mayoría de los danitas emigraron más tarde a Lais<br />

(18,7), que ellos rebautizaron con el nombre de Dan (18,29). El nombre<br />

de «amorreos» (Jos 10,5) se aplica a los cananeos, en especial a los<br />

de las montañas. Pero donde Dan había fracasado, triunfó la casa de<br />

José incluso antes de la monarquía (1 Sm 6,12). 36. En vez de «amorreos»,<br />

léase «edomitas», como en otras fuentes; el paso de Acrabbim<br />

estaba en la frontera de Judá y Edom (Jos 15,1-4). El versículo describe<br />

las fronteras entre Israel y los edomitas.<br />

11 2,1. El campamento principal de Israel después del paso del<br />

Jordán se asentó en la llanura de Jericó, en Guilgal (Jos 4,19-20), localidad<br />

considerada como un lugar sagrado (H. J. Kraus, VT 1 [1951],<br />

181-99; J. Mauchline, VT 6 [1956], 19-33). El traslado del centro<br />

religioso a Betel señala el final del primer estadio de la conquista según<br />

se la describe en Jue 1. El «ángel del Señor» (Ex 23,20-22) designa la<br />

presencia de Yahvé en su pueblo tal como se manifiesta externamente,<br />

en particular por medio de un oráculo. El texto original decía probablemente<br />

Betel en vez de Bokim (Gn 35,8) y era el nuevo centro de la<br />

anfictionía tribal (20,18.26; 21,2). La inclusión de los vv. lb-5a con<br />

su etimología de Bokim llevó al cambio de Betel en los vv. la y 5.<br />

lb-5a. El resumen de la conquista en Jue 1 concluía originariamente<br />

con el traslado del arca de Guilgal a Betel (2,la.5b). Pero el redactor,<br />

deseando destacar la lección teológica de Jue 1, reinterpretó el fracaso<br />

inicial en el intento de anular por completo a los pueblos paganos de<br />

Canaán como la razón de que Yahvé rehusara a Israel su ayuda durante<br />

los posteriores estadios de la conquista. Las palabras de Yahvé en 2,1-3<br />

explican la función de la primera introducción en 1,1-2,5. La interpretación<br />

deuteronómica de la conquista en la primera introducción sirve<br />

de preludio al análisis deuteronomista (2,6-3,6) del período de ocupación<br />

que sigue a partir de 3,7. 5b. El sacrificio de Betel terminaría el<br />

texto actualmente resumido en 2,la.5b (cf. Jue 20,26). (Sobre Betel y<br />

Guilgal como santuarios, —> Instituciones religiosas, 76:41,49).<br />

12 II. Segunda introducción (2,6-3,6). El hecho de que la población<br />

indígena de Canaán no fuera completamente exterminada y su país pasara<br />

por completo a Israel, constituyó inmediatamente un problema teológico<br />

para los israelitas, que creían en la acción de Dios en la historia.<br />

A partir de una explicación sencilla, como la de Ex 23,29-30 y Dt 7,22,<br />

o como la que se refleja en Jue 2,22-25 y 3,1.4, la respuesta creció en<br />

alcance teológico hasta llegar a la explicación que encontramos ya en<br />

Jue 2,lb-5a: la lentitud de la conquista se debió a las infidelidades iniciales<br />

de Israel con respecto al mandato divino de total exterminio, y<br />

la pervivencia de esos pueblos fue consecuencia de las continuas infidelidades<br />

de Israel (2,20-21). El autor de 2,6-3,6 procura combinar la<br />

lección del período de ocupación (2,6-19) con la del período de conquista<br />

(2,20-3,6): las naciones siguieron viviendo junto a Israel como un

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