Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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700 OSEAS 15:30-31<br />
2. llamé: Según los LXX. Si el «llamaron» del TM fuese correcto, sería<br />
una alusión al atractivo que ejercía el culto de Baal o la cultura superior<br />
de Canaán. 4b. sanador: Salvador desde Egipto (TM 3b). 6. Por haber<br />
abandonado a Yahvé, Israel debe ser castigado con el exilio. 6-7. Muy<br />
corrompido. No permite una exégesis segura.<br />
8. ¿Cómo...? ¿Cómo...?: El castigo no es la última palabra de<br />
Yahvé. Un sorprendente antropomorfismo presenta a Yahvé dirigiéndose<br />
a su pueblo en los emocionados términos de una lamentación. Dios no<br />
puede destruir a su pueblo amado. 9. Igualmente sorprende la apelación<br />
a su «santidad»; el ser radicalmente distinto de Dios, el mysterium<br />
tremendum, en vez de producir pavor y miedo, explica su misericordia.<br />
Al revés del amor humano, el de Dios carece de ese elemento de egoísmo<br />
que hace al primero tan mudable y destructor, terrible en la venganza<br />
de un amor desdeñado. El v. 9 puede interpretarse como una<br />
pregunta: «¿Es que no volveré a...?», es decir, una nueva amenaza<br />
después de las expresiones misericordiosas del v. 8 (Robinson, op. cit.,<br />
44-45). Sin embargo, esto chocaría con el estilo de lamentación introducido<br />
por el v. 8 y las esperanzas expresadas en el 11; en consecuencia,<br />
el v. 9 debe tomarse como una expresión de misericordia. 10-11. Hay<br />
un evidente cambio en la actitud de Yahvé (nótese el contraste con los<br />
caps. 2-3, donde era Israel el que cambiaba). Esta promesa de salvación<br />
(vv. 10-11) era de esperar. Sin embargo, el uso de la tercera persona en<br />
el v. 10, en contraste con el «Yo» divino de los vv. 8-9 y 11, hace<br />
que el v. 11 deba considerarse como una interpolación que interpreta<br />
el «temblor» (por temor y respeto, más que por miedo) del v. 11. El<br />
v. 10 introduce un retorno «desde Occidente»; el v. 11 sólo nombra a<br />
Egipto y Asiría, correspondiendo a 11,5.<br />
31 E) Perfidia de Israel (12,1-15). Difícilmente puede verse en todo<br />
el conjunto de este capítulo un plan lógico completo. Nos encontramos<br />
ante una colección de dichos referentes a un mismo tema: la perfidia<br />
de Israel ilustrada por la historia y por los contemporáneos de Oseas,<br />
que no hacen sino marchar por el mismo camino de sus antepasados.<br />
Ib. El tema de la perfidia es introducido mediante el contraste entre<br />
la traición de Israel y la fidelidad de Judá, pues el v. 1 quizá deba<br />
traducirse «pero Judá sigue caminando con Dios y es fiel al <strong>San</strong>to» (el<br />
significado de rád, «camina con», es inseguro; el paralelismo de «fiel»<br />
en Ib indica el sentido general; cf. Vg.). El plural q"dósim, «el <strong>San</strong>to»,<br />
también es difícil. La traducción supone que se trata de un plural mayestático<br />
formado por analogía con ''élohim, pero hay que admitir que<br />
el paralelismo entre ~"el (v. Ib) y q e dósim resulta extraño, porque el<br />
término paralelo 'e/ es singular, y el mismo Oseas utiliza el paralelismo<br />
'el-qadós (singular) en 11,9. El significado «los santos», es decir, los<br />
fieles seguidores de Yahvé, seguramente los profetas por hallarse especialmente<br />
cerca de Dios, unificaría el capítulo estableciendo un nexo<br />
entre este versículo con los vv. 11 y 14 (Wolff, Hosea, 272). 2a. Imagen<br />
vivida de la actividad infructuosa, especificada en la segunda mitad<br />
del v. 2: el esfuerzo vano de Israel es su política de alianzas («trans-<br />
15:31-32 OSEAS 701<br />
porta aceite», es decir, hace alianzas, pues en el antiguo Oriente eran<br />
usuales las alianzas por aceite; cf. D. J. McCarthy, VT 14 [1954],<br />
215-21). Las alianzas, lo mismo con Egipto que con Asiría, son inútiles;<br />
peor aún, son traiciones a Yahvé, único apoyo de Israel. 3. querella:<br />
En los siguientes versículos se desarrolla una vez más la acostumbrada<br />
introducción de una acusación jurídica. Jacob: El patriarca y su pueblo,<br />
sus herederos, incluidos los contemporáneos del profeta, son sometidos<br />
a juicio. El pueblo es uno con su cabeza, que concentra en sí todos sus<br />
fraudes. 4. cuando fue hombre: Pérfido de niño (Gn 25,24-26; 27,36),<br />
en su madurez el patriarca pretendió luchar contra el mismo Dios (Gn<br />
32,22-33). 5. ángel: Sustituye a Dios (cf. Gn 32, donde el contendiente<br />
de Jacob pasa de ser un hombre [25] a ser Dios [29,31]). A la luz de<br />
lo anterior podemos considerar la oración de Jacob (las «lágrimas» son<br />
una designación corriente de la súplica; cf. P. R. Ackroyd, VT 13<br />
[1953], 250-51) como una prolongación de sus malas artes y su presunción:<br />
fue insincera, un engaño, de manera que el gran encuentro de<br />
Jacob con Dios en Betel (Gn 28,10-22; Oseas invierte el orden de los<br />
acontecimientos de Gn) se reduce a una especie de superchería. Sin<br />
embargo, es posible que el v. 5 presente la conversión de Jacob: el<br />
padre tribal del que Israel se sentía orgulloso era un pecador como<br />
el resto, necesitado de la gracia de Dios, aunque, al revés que el pueblo<br />
hasta aquel momento, aceptó la gracia y se convirtió. Esta interpretación<br />
ofrece una buena introducción a la llamada a la conversión que<br />
sigue en el v. 7 (probablemente, palabras de Oseas dirigidas al pueblo,<br />
aunque también podría ser la respuesta de Yahvé a la oración de Jacob,<br />
una llamada dirigida a éste, y a todo el pueblo a través de él, para que<br />
se convierta). De una u otra forma, Oseas invierte la imagen que da Gn<br />
del patriarca: más que un amigo de Dios, fue el primer pecador de<br />
Israel, en quien da comienzo la historia de las infidelidades del pueblo.<br />
32 6. Doxología interpolada. 8. Vuelta al presente para condenar la<br />
duplicidad de Israel y su confianza en los bienes materiales. El «cananeo»<br />
—mercader— es Israel, porque los antiguos habitantes de la<br />
tierra eran, para los hebreos agricultores, los comerciantes por excelencia.<br />
El término implica además la infidelidad religiosa de Israel, porque<br />
ha imitado todas las costumbres de Canaán. 9. La riqueza, aunque sea<br />
aplicada al culto en forma de ricos sacrificios, no puede cubrir el pecado<br />
de Israel (5,6). En típico contraste con las riquezas acumuladas en Canaán<br />
aparece la descripción de Israel en sus comienzos, cuando Yahvé<br />
en persona salvó al pueblo de Egipto. La descripción se hace más viva<br />
por hablar Yahvé en primera persona, reminiscencia de las teofanías<br />
cultuales. Yahvé explica a Israel que debe volver a la situación de los<br />
viejos tiempos, no por razones de ascetismo, sino porque de esa manera<br />
descubrirá su intimidad con Dios. El «tiempo señalado» (quizá<br />
podríamos traducir «tiempo de encuentro») recuerda las grandes reuniones<br />
con Yahvé en el desierto. 11-12. Prosigue el tema de la cercanía de<br />
Dios en la referencia a los profetas (11), pues Dios se comunicó con su<br />
pueblo a través de la sucesión de los profetas, empezando por Moisés