Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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578 ISRAEL Y SUS VECINOS 11:9<br />
609. Ciasares era a todas luces mejor jefe militar que Nabopolasar. Al<br />
tiempo que Karkemis era atacada (605), Nabopolasar se había retirado<br />
del campo de batalla, muriendo en Babilonia. Nabucodonosor II (en acádico,<br />
Nabü-kudur-usur, «Oh Nabu, protege a la roca»), que gobernó<br />
desde ca. 605 a 562, derrotó definitivamente al faraón Nekó en Karkemis.<br />
Este monarca, el más famoso del Imperio neobabilónico, prosiguió<br />
la política de espléndidas construcciones emprendida por Nabopolasar.<br />
Este último no es explícitamente mencionado en la Biblia, pero debió de<br />
mantener buenas relaciones con Josías de Judá {ca. 640-609), que perdió<br />
su vida en Meguiddó tratando de impedir que el faraón Nekó acudiera<br />
en auxilio de los asirios (cf. 2 Re 23,29) y tratando quizá al mismo<br />
tiempo de obtener una parte de los despojos a la hora de repartir los<br />
restos del reino asirio, que estaba evidentemente al borde del hundimiento.<br />
Nabucodonosor ha sido mejor conocido en los últimos años gracias<br />
a la Crónica babilónica, imperfectamente conservada (cf. D. J. Wiseman,<br />
Chronicles of Chaldaean Kings, 626-556 B. C. [Londres, 1956]), donde<br />
se pueden encontrar detalles omitidos por la Biblia o por Josefo. Se han<br />
esclarecido, en especial, determinados problemas de cronología. Nabucodonosor<br />
contribuyó poderosamente a que Babilonia alcanzase la cumbre<br />
de su poderío y una alta cultura material. Después de Karkemis (605),<br />
logró el control de toda Siria y Palestina; Jr 46,2-6 habla de esta victoria<br />
sobre los egipcios. Aquel mismo año infligió una derrota aún más<br />
dura al ejército egipcio en Jamat, con lo que Siria quedó ya totalmente<br />
a su merced. Cuando murió Nabopolasar, el 7 de septiembre de 605,<br />
Nabucodonosor interrumpió sus campañas militares justo el tiempo preciso<br />
para acudir a Babilonia y ser coronado; a continuación, prosiguió<br />
su marcha victoriosa a través de Siria. Esta marcha, interrumpida una<br />
vez más en abril del 604 con motivo de las fiestas del Año Nuevo en<br />
Babilonia, le llevó a Palestina, donde conquistó Ascalón y algunos territorios<br />
de Judá. Más tarde, en 601, invadió Egipto, donde se libró una<br />
batalla durísima que quedó indecisa. Como resultado de ello, hizo que<br />
su agotado ejército regresara a Babilonia y lo mantuvo allí durante la<br />
mayor parte del año 600, mientras preparaba nuevas empresas. Fue entonces<br />
cuando Yoyaquim de Judá (609-598), después de haber permanecido<br />
tres años sometido a Nabucodonosor, cometió la imprudencia de<br />
sublevarse contra los babilonios, aliados a la sazón de Siria, Moab y<br />
Ammón, de los que podían servirse como instrumentos para atacar a<br />
Yoyaquim en caso necesario (cf. 2 Re 24,1-2). En el invierno de<br />
598-597, después de sus victorias en el norte de Arabia, Nabucodonosor<br />
en persona dirigió su ejército contra Jerusalén. Cuando daba comienzo<br />
el asedio, murió Yoyaquim (diciembre de 598) y le sucedió su hijo Joaquín<br />
(598-597). A mediados de marzo de 597 cayó la ciudad en poder<br />
de Nabucodonosor; Joaquín, los nobles y un cierto número de ciudadanos<br />
fueron deportados a Babilonia. Estos acontecimientos están consignados<br />
en 2 Re 24,6-15; 2 Cr 36,9-10; de Joaquín se habla también en<br />
Jr 22,24-30; 24,1; 27,20, etc. Joaquín fue liberado en el año treinta y<br />
11:10 ISRAEL Y SUS VECINOS 579<br />
siete de su cautiverio por Evil-Merodak (cf. 2 Re 25,28; Jr 52,31), pero<br />
murió y fue sepultado en Babilonia (cf. W. F. Albright, BA 5 [1942],<br />
49-55) (-» Historia de Israel, 75:86).<br />
Los babilonios colocaron en el trono, como rey marioneta, a Sedecías,<br />
hermano de Joaquín, que habría de ser el último rey de Judá<br />
(597-587). Reinó con unos poderes muy limitados, que hacían ineficaz<br />
su gobierno, hasta que cedió, contra los consejos explícitos de Jeremías,<br />
a las sugerencias del partido proegipcio de Judá y trató de sacudir el<br />
dominio de Babilonia. A mediados de enero de 588, Nabucodonosor<br />
dio comienzo al segundo asedio de Jerusalén, tomándola a finales de<br />
julio del año 587 (cf. 2 Re 25,1-2; 2 Cr 36,13-14; Jr 39,1-7). La ciudad<br />
quedó destruida, y los mejores de Judá fueron deportados a Babilonia.<br />
Sedecías trató de huir, pero fue capturado y llevado a Riblá, en Siria,<br />
donde primero se le obligó a presenciar la ejecución de sus hijos y a<br />
continuación se le dejó ciego, siendo conducido a Babilonia cargado de<br />
cadenas (Jr 52,7-11). Cerramos la relación del período histórico que nos<br />
interesa dejando a Babilonia en la cumbre de su poderío y esplendor,<br />
y a Israel totalmente abatido por obra de aquella potencia.<br />
Sobre las prácticas religiosas de los asirios y babilonios, así como sobre<br />
el influjo que aquéllas tuvieron en otros pueblos y los puntos de<br />
contacto con la religión hebrea, cf. Hooke, op. cit.<br />
J. Plessis, Babylone et la Bible: VDBS 1 (1928), 713-852; E. Vogt, Etymologia<br />
Nominis Babel: Bib 37 (1956), 130.<br />
10 III. Árameos. Los árameos eran un grupo semítico que se caracterizaba<br />
por hablar una misma lengua, el arameo, y por mantener ciertas<br />
relaciones, aunque muy holgadas. Son conocidos ya en el siglo xiv a. C.<br />
con el nombre de Ahlamu (¿nómadas?). Los caldeos no eran más que<br />
una rama de este grupo. Los árameos subieron del desierto siroarábigo<br />
en sucesivas oleadas, extendiéndose por el norte de Mesopotamia, los<br />
valles de Anatolia y la Siria interior. Albright relaciona su influjo con<br />
la domesticación del camello, lo que explicaría su extraordinaria movilidad.<br />
De todas formas, sería preciso disponer de muchos más datos para<br />
esclarecer su oscuro trasfondo, pues los movimientos de los árameos son<br />
anteriores en unos tres siglos a cualquier mención del camello en los<br />
textos asirios. Estos grupos se fueron consolidando gradualmente, y el<br />
resultado de ello fue la creación de varios estados independientes. Am<br />
9,7 los supone oriundos de Kir, cuya localización no ha podido determinarse.<br />
Como ya hemos dicho, los árameos nunca llegaron a unirse políticamente<br />
para constituir un imperio o un estado al menos. Tan sólo llegaron<br />
a concentrarse en un área geográfica. Las inscripciones asirías de los<br />
siglos xn y xi hablan de que edificaron ciudades e incluso de que formaron<br />
un estado conocido por Bit-Adini (¿Am 1,5?) a ambas márgenes<br />
del Eufrates, al sur de Karkemis. Teglatfalasar I (ca. 1114-1076) pretende<br />
haber luchado veintiocho veces contra los Ahlamu y los árameos,<br />
enumerando únicamente victorias contra ellos (ANET 275).