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Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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442 JUECES 8:40-41<br />

cerca de Sorá, patria chica de <strong>San</strong>són (13,2). «Dalila» es probablemente<br />

un término descriptivo («traidora») y no un nombre personal. Los filisteos<br />

creían que el poder de <strong>San</strong>són se debía a alguna fuerza mágica<br />

o sobrenatural; una vez que le privaran de ella (conjuro, amuleto, etc.),<br />

podrían vencerle. 6-9. La primera respuesta es que han de atarle con<br />

siete cuerdas de arco verdes. Dalila hace esto y le despierta con un<br />

grito que no delata sus intenciones. Cuando él rompe las ataduras, los<br />

filisteos permanecen escondidos y ella hace pasar la traición por una<br />

broma. Los tres relatos de 16,6-9.10-12.13-14 son contados según el<br />

mismo esquema de pregunta, respuesta, acción, grito de aviso y rompimiento<br />

de las ataduras. 10-12. La segunda respuesta sustituye las cuerdas<br />

de arco por cordeles nuevos, pero la táctica es la misma. Se da a<br />

entender que <strong>San</strong>són supone a Dalila bromeando; no sabe nada de los<br />

filisteos escondidos. 13-14. La tercera respuesta se acerca a la verdad:<br />

el secreto reside en su cabello, como símbolo de su consagración a Yahvé,<br />

fuente de su fortaleza. Cuando él está dormido junto al telar empotrado<br />

en el suelo, entreteje su larga cabellera con el paño que sale del<br />

telar y aprieta fuertemente las hebras con la clavija. Una vez más se<br />

suelta <strong>San</strong>són, arrancando el telar del suelo con su cabello.<br />

15-22. Por último, <strong>San</strong>són se rinde y le dice la verdad (F. C. Fensham,<br />

EvQ 31 [1959], 97-98). Su concesión ha abierto el camino para desobedecer<br />

el mandato de Dios (13,5), y su consagración se ha perdido<br />

con ello. Esto afirma a nivel personal, y de manera mucho más primitiva,<br />

lo que ha sido el tema de Jue a nivel tribal y nacional: la presencia<br />

de Dios procura fortaleza; cuando Dios se aleja, se abre el camino de la<br />

opresión. Ciego, se ve obligado a realizar un trabajo servil (Is 47,2) en<br />

Gaza (16,1), pero 16,22 apunta ya a la conclusión de la saga. 23-25. Los<br />

versículos 23b y 25b tienen, respectivamente, tres y cuatro versos (líneas)<br />

que riman en énü; esta peculiaridad, rara en la poesía hebrea,<br />

aparece también en 14,18 (doble athi) y en Gn 4,23 (doble áthi).<br />

Dagón era el dios común de los cinco (3,3) sectores filisteos (1 Sm 5).<br />

26-30. Los gobernantes y el pueblo se habían reunido en el atrio del<br />

templo de Dagón, tal vez frente a las columnas de la entrada que daba<br />

acceso al templo. <strong>San</strong>són empuja las dos columnas centrales y derriba<br />

todo el edificio sobre los reunidos y sobre sí mismo. 31. Sobre «entre<br />

Sorá y Estaol», cf. comentario a 13,2. La alusión a la «sepultura» es<br />

una nota característica de los jueces «menores» en 10,2.5; 12,10.12.15,<br />

y también de Jefté (12,7), todos los cuales, al parecer, están bajo la<br />

influencia del mismo redactor.<br />

41 IV. Primer apéndice (17,1-18,31). El relato de la migración de<br />

Dan desde su posición original entre Judá y Efraím a una región cercana<br />

a las fuentes del Jordán viene a completar la información de 1,34.<br />

Esto debió de suceder antes de la época de Baraq (5,17) y, muy probablemente,<br />

ya en el período de la conquista. La colocación actual del relato<br />

puede obedecer a que el relato anterior se refiere a un héroe danita<br />

(<strong>San</strong>són) de la región de donde partió la tribu para el norte (13,2.25;<br />

18,2). Hay indicios de que se han combinado dos narraciones de esta<br />

8:41-42 JUECES 443<br />

migración, como se ve por algunas redundancias del texto, y parece que<br />

las dos narraciones tenían un contenido semejante.<br />

J. A. Bewer, The Composition of ]udges, chs. 17-18: AJSL 29 (1913-14), 261-83;<br />

A. Fernández, El santuario de Dan. Estudio crítico-exegético sobre Jud. 17-18: Bib<br />

(1934), 237-64; A. Murtonen, Some Thoughts on Judges 17s: VT 1 (1951), 223-24;<br />

M. Noth, Tbe Background of Jdg 17-18, en Israel's Prophetic Heritage (Hom. J. Mui-<br />

Ienberg; Nueva York, 1962), 68-85.<br />

17,1-6. Aquí se combinan dos relatos sobre el santuario de Miká:<br />

uno aparece en 17,2-4 y hace hincapié en el «ídolo» de plata; el otro<br />

aparece en 17,5 y habla del «efod» y los «ídolos domésticos» (terafim).<br />

Es posible que 17,2-4 refleje una versión peyorativa del hecho con el<br />

deseo de mostrar que el ídolo de Miká tenía un origen poco edificante.<br />

El texto ha sido perturbado, probablemente por un escriba posterior<br />

empeñado en explicar un texto que para él carecía de sentido. El relato<br />

original sería como sigue: Miká se apodera de un dinero perteneciente<br />

a su madre; ésta maldice el dinero en presencia de él dedicándolo a Dios<br />

para un ídolo; si el hijo lo hubiera destinado entonces para sí, habría<br />

incurrido en la ira de la divinidad; por ello se ve obligado a devolver<br />

el dinero, y su madre revoca la maldición con una bendición. El texto<br />

debería, pues, leerse en este orden: 17,2a.4b (maldición) y 2b.4a.3. El<br />

ídolo es posiblemente un becerro como símbolo de Yahvé (1 Re 12,28).<br />

El segundo relato aparece en 17,5a, donde sólo se habla de «efod e<br />

ídolos domésticos» (Gn 31,19; 35,2-4). El detalle de 17,5b puede ser<br />

otra tradición de 17,11b. 6. Este comentario se debe al redactor (cf. 18,<br />

1; 19,1; 21,25) que incluyó los apéndices, e intenta explicar cuan extrañas<br />

cosas ocurrían antes de la monarquía. El comentario se repite<br />

cuatro veces como conclusión de los relatos del ídolo de Miká (17,1-6),<br />

la consagración del levita como sacerdote por obra de Miká (17,7-18,la),<br />

el establecimiento del ídolo y del sacerdote en Dan (18,lb-19,la) y el<br />

crimen de Benjamín (19,lb-21,25). 7-13. De nuevo aparecen dos relatos:<br />

en 17,7.1 lb-12a, el levita había sido aceptado como hijo de Miká y después<br />

consagrado sacerdote; en 17,8-1 la.l2b-13, el levita caminante es<br />

invitado expresamente a ser «padre y sacerdote» para Miká. 18,1a. Aquí<br />

concluye el relato de 17,7-13; cf. 17,6 (H. H. Rowley, ExpT 51<br />

[1939-40], 465-71).<br />

42 18,1b. La tribu de Dan buscó primero territorio en el sector<br />

marítimo de la casa de José, pero se vio obligada por los amorreos a<br />

retroceder hacia las montañas (1,34-36). La gran mayoría del clan se<br />

vio obligada a marchar hacia el norte en busca de un nuevo hogar (Jos<br />

19,40-48). 2-6. El relato resulta de nuevo redundante por la combinación<br />

de dos tradiciones casi idénticas. La llegada de la misión (v. 2) a<br />

la casa de Miká (v. 3a), la pregunta al levita (v. 3b) y su respuesta<br />

(v. 4) presentan duplicados, pero la consulta al oráculo y su respuesta<br />

(vv. 5-6) responde a una tradición simple. El levita pudo pasar en sus<br />

desplazamientos por el territorio de los danitas, pues éstos reconocieron<br />

su acento (1 Sm 26,17). 7-10. Lais está cerca de Cesárea de Filipo, en

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