Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

808 JEREMÍAS 19:17-19
elementos pertenecientes al culto de los lugares altos. En el culto cananeo
de la fertilidad, el primero simboliza el principio femenino; el segundo,
el masculino. El profeta confunde deliberadamente su significado
simbólico para lanzar sobre ellos un mayor escarnio. 29-30. Estos versículos
corresponden a la última parte del esquema del rib: el acusado
es incapaz de rechazar los cargos. De hecho, no quiso oír las advertencias
y llegó a dar muerte a los mensajeros del soberano, los profetas
(probable alusión a la persecución bajo Manases; cf. 2 Re 21,16; Neh
9,26). En los paralelos orientales del esquema, semejante conducta provoca
la declaración de guerra por parte del soberano, que se apresta a
destruir por completo al vasallo. Esta sentencia se pronuncia en el v. 35,
después de recordar el asesinato del mensajero (v. 34; tal es la tesis de
Rudolph, si bien muchos exegetas ven aquí una alusión a los sacrificios
de niños). 31-33. Jeremías termina su poema con la visión inicial (inclusión)
del período del desierto, representado como los primeros pasos
en la vida matrimonial. 36-37. Rudolph sostiene que estos versículos
fueron añadidos después, bajo Yoyaquim. La situación es la misma que
se describe en los vv. 14-17.
Durante mucho tiempo se ha afirmado que los profetas se preocupaban
poco de la alianza. Ahora sabemos que tenían un profundísimo
conocimiento de su significación religiosa. Jeremías parece estar muy
preocupado por la apostasía religiosa de su pueblo, ruptura de la primera
estipulación de esta alianza, como los profetas que le precedieron lo
estaban por el quebrantamiento de otros lazos, es decir, la justicia social
y las leyes morales. Tengamos en cuenta que la alianza no imponía una
obligación puramente material, sino que exigía preocuparse por el plan
de salvación de Yahvé. De ahí que la historia de Israel tenga necesariamente
un carácter sagrado.
18 b) EL RETORNO DEL APÓSTATA (3,1-4,4). La misión de Jeremías
tenía un doble aspecto: «desarraigar y asolar; edificar y plantar» (1,10).
El poema contenido en 2,2-37 cumple la primera parte de esta tarea;
el poema de que ahora nos ocupamos es la segunda cara del díptico.
Lo más importante en esta sección es el planteamiento de las condiciones
requeridas para la reconciliación entre Yahvé e Israel.
La perícopa ha pasado, al menos, por tres etapas redaccionales. Con
Rudolph y Gelin distinguimos un poema primitivo sobre la conversión
(3,1-5.19-25; 4,1-4), que fue interrumpido con dos inserciones (3,6-13
y 3,14-18). Sin embargo, se mantuvo la unidad profunda de toda la
sección mediante el empleo de la palabra clave siib. Fundamentalmente,
esta raíz significa «volver de un lugar a otro». En el plano religioso
designa la aversión y la conversión. Aquí Jeremías juega con todos estos
matices. Cf. W. L. Holladay, The Root Sübh in the Oíd Testament
(Leiden, 1958), esp. 1-2, 129-39, 152-53.
19 i) El poema sobre la conversión (3,1-5.19-4,1-4). 1-5. La primera
parte del poema muestra que la conversión es imposible, desde el
punto de vista humano, a través de una situación análoga tomada del
derecho. 1. Según Dt 24,14, si un hombre se ha divorciado legalmente
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de su esposa y ésta ha entrado después en casa de otro hombre, el primer
marido no puede volver a casarse con ella. Tal es el caso de Israel, que
se marchó tras otros dioses. 2. alturas: El término hebreo s e payím significa
propiamente «alturas peladas» y es propio de Jeremías. El profeta,
con toda seguridad, tomó la imagen de las colinas yermas de Judá, claramente
visibles desde Anatot, para designar los lugares altos de la idolatría,
llamada también «prostitución». 3. se suspendieron los aguaceros:
Las lluvias de primavera son importantísimas para el logro de las
cosechas. Los cultos de la fertilidad trataban de asegurar su llegada
puntual. Dios afirma que tales cultos son inútiles, pues él es quien gobierna
las lluvias. Si las retiene es precisamente como consecuencia de
este grave error religioso. 4. mi padre: En 2,27 esta invocación se dirigía
a un símbolo cananeo del culto de la fertilidad. Se suponía que la
fertilidad de los campos, del ganado e incluso de la humanidad dependía
de Baal y Astarté, por lo que eran llamados «padre» y «madre». La
idea había sido desmitologizada y aplicada a Yahvé por Oseas (ll,lss),
de modo que vino a ser, junto con la imagen del matrimonio, un símbolo
de la alianza. Jeremías, aquí y en el v. 19, mezcla el amor paternal
y el marital como expresiones tangibles de esta misma alianza.
3,19-25; 4,1-4. Jurídicamente, la conversión se ha hecho imposible,
pero mediante un sincero arrepentimiento del pueblo y la misericordia
de Yahvé podrá crearse en aquél un nuevo espíritu. Estos versículos
son la continuación lógica de los vv. 1-5, como se ve por 19-20, donde
se desarrolla la idea del v. 4. El género literario de esta sección parece
haber sido tomado de las liturgias penitenciales. También Oseas denota
el influjo de estas liturgias en sus llamadas al pueblo para que haga
penitencia (6,1-6; 14,2-9). Una vez más puede que Jeremías dependa
de su predecesor, pues tanto el género literario como la idea central
reflejan la predicación de Oseas. 21. alturas: Jeremías emplea aquí el
mismo término que en el v. 2, pero con un matiz distinto. Las alturas
son ahora el escenario de las lamentaciones por el mal que se sufre en
castigo de la idolatría que en otros tiempos se practicó en ellas. 22. retorno:
Habla Yahvé. Será él quien haga realidad el retorno con sólo
que Israel haga penitencia y confiese su credo fundamental: Yahvé es
su único Dios (Ex 20,2-6; Dt 5,6-10; 6,4). Este reconocimiento implica
una renovación de la alianza rota.
4,2. Estas expresiones —'émet (verdad), mispát (juicio) y fdáqá
(justicia)—, a las que sería preciso añadir hesed (piedad, amor), definen
la verdadera religión en Israel y son de uso frecuente en toda la tradición
profética. Esta acumulación de términos casi sinónimos pretende
subrayar el absolutismo de esta religión verdadera, que no consiste sólo
en la observancia de unas normas exteriores, sino que pide además la
entrega de todos los valores interiores del hombre, naciones... en bendición:
Israel, sincero en su fe, hará que se tornen realidad las promesas
de Yahvé a los patriarcas (Gn 12,3; 18,18; 22,18; 26,4). Las naciones,
viendo la gloria que Yahvé otorgará a su pueblo, desearán servirle también.
Así, esta conversión sincera tendrá unas repercusiones universales.