Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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cado en una posición desfavorable. 1-6. Absalón adopta el estilo de un
pretendiente al trono, jugando con los resentimientos entre las tribus
(el norte contra Judá), enmendando injusticias y presentándose como
un príncipe (v. 1). 7-12. Absalón prepara la revuelta durante cuatro años
(v. 7). La elección de Hebrón como centro de la intentona pudo deberse
a que esta ciudad habría llevado muy a mal el que David eligiera a Jerusalén
por capital. El «golpe de estado» se produce con sorprendente
facilidad; los doscientos participantes en las fiestas religiosas, al parecer,
se hallan plenamente identificados con los rebeldes (v. 11). Guiló, patria
de Ajitófel, puede identificarse como Khirbet Jala, a ocho kilómetros
al noroeste de Hebrón. Al parecer, Ajitófel es abuelo de Betsabé (11,3;
23,34), lo que explicaría su participación en la revuelta.
13-37. Los sucesos ocurridos en la huida de David son descritos brevemente,
pero con gran viveza. No es ésta la primera vez que David se
ve perseguido. Su estrategia consiste en la huida inmediata; al mismo
tiempo deja a algunos de sus seguidores (los sacerdotes, Jusay) detrás,
para que se mantengan en contacto con él. La lealtad que sabía inspirar
David queda de manifiesto en el episodio conmovedor de Ittay el guitita
(vv. 19-22). Aun cuando Ittay era quizá un mercenario filisteo, que
no podía volver a su patria, el apoyo que ahora, presta a David parece
totalmente sincero. La salida de Jerusalén se describe con detalles pintorescos
(vv. 23, 30). 24-29. Algunos comentaristas creen que el encargo
de David a Sadoq y Abiatar encerraba un significado estratégico (la
conveniencia de contar con «espías» en Jerusalén). Sin embargo, no
olvidemos los vv. 25-26. Son prueba de la sinceridad y rectitud de la
postura religiosa de David. 32-37. David demuestra tener unas dotes
excepcionales de estratega al trazar un plan de acción contando con
Jusay, que debía de ser persona de cierto relieve en la comunidad. Su
patronímico, «arquita», indica que pertenecía a algún grupo cananeo
cercano a Betel (Jos 16,2). El encuentro tiene lugar «donde se da culto
a Dios», es decir, probablemente en el santuario de Nob (1 Sm 21,2).
63 H) Detalles de la sublevación (16,1-23). 1-4. Cf. 9,1-13. Hay
otros ejemplos de habitantes de diferentes localidades que aprovisionan
al ejército (17,27-29; 19,33). La versión de Sibá está en contradicción
con la de Mefibóset en 19,27-28, y David mismo se niega a juzgar
quién de los dos tiene razón (19,30); su decisión en favor de Sibá
(v. 4) es precipitada. 5-14. No sería de esperar que David quede sin
sufrir injurias por parte de los deudos de Saúl. Semeí, hijo de Guerá
(uno de los «hijos» de Benjamín, 46,21; nombre benjaminita, por tanto),
le maldice. 8. La alusión a la «sangre de la casa de Saúl» puede referirse
a 21,1-14. 9-13. La reacción de David está llena de consideración y va
muy de acuerdo con la actitud resignada que ha adoptado a lo largo de
su huida (v. 11). Frena a Abisay (cf. 1 Sm 26,8-9; 2 Sm 3,39) y confía
en que el Señor querrá apoyarle. 15-19. Absalón es engañado por Jusay,
que se presenta decidido a apoyar a aquel que el Señor e Israel elijan
por rey. 20-23. El consejo de Ajitófel tiende a manifestar ante todo
Israel que la sublevación ya es irrevocable. Absalón da el paso final y
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definitivo de apropiarse del harén de su padre (cf. comentario sobre
3,7), lo que tendrá por consecuencia afirmar el compromiso que sus
partidarios han adquirido con él.
64 I) El consejo de Ajitófel es desoído (17,1-29). 1-4. Ajitófel propone
abiertamente el plan de perseguir ahora a David. Más aún, el golpe
ha de dirigirse únicamente contra David, contra quien va dirigida la sublevación,
no contra el resto del pueblo (vv. 2-3). 5-14. La objeción de
Jusay está perfectamente planteada. Es seguro que David no permanecerá
con el resto de su gente; más aún, hay que tener en cuenta que es
un guerrero habilísimo, lo que hace necesario reunir primero a todo el
mundo («desde Dan hasta Berseba») y organizar luego la persecución.
El comentario final (v. 14) es del redactor, uno de los pocos en que se
advierte que a lo largo de toda la narración está interviniendo la Providencia
de Dios (11,25). 15-23. Al parecer, Jusay ni siquiera aguarda a
saber cuál será la decisión de Absalón (v. 14), pues se limita a relatar
ambos planes a Sadoq y Abiatar, aconsejando a David que cruce el Jordán.
La tensión aumenta con el relato de la apurada fuga de Jonatán
y Ajimaas, los hijos de los dos sacerdotes. 23. Es evidente la fuerza de
esta referencia a Ajitófel, sobre todo teniendo en cuenta lo raro que el
suicidio es en la Biblia. 24-29. David llega a Majanáyim, en Transjordania,
residencia en otro tiempo de Isbóset (2,8), donde es cordialmente
recibido y generosamente abastecido (vv. 28-29) por los no israelitas
(Sobí, y quizá también Barzillay) y por los israelitas. Absalón, entre
tanto, llega a Galaad con sus tropas. 25. Amasa tiene un importante papel
en los caps. 19-20. La genealogía que se le atribuye aquí es dudosa;
1 Cr 2,17 lee «Yéter» en vez de «Yitrá», y «Yesé» en vez de «Najas»,
que ha podido deslizarse aquí por influjo del v. 27.
65 J) Victoria de David y muerte de Absalón (18,1-33). (En el TM,
18,33 es 19,1). 1-5. Los capitanes del ejército de David son todos ellos
hombres experimentados y leales. En el v. 3 podríamos leer, con las versiones,
«tú vales por diez mil de nosotros». 5. La figura de Absalón
centra todo el capítulo. 6-8. Esta descripción de la batalla resulta casi
epigramática (v. 8); el «bosque de Efraím» se parece más a una jungla
que a un bosque, y está situado en TransJordania. 9-14. Absalón se queda
enredado en un árbol. La tradición lo explica aplicando la noticia de
14,26 sobre su larga cabellera. La conversación entre Joab y el soldado
(vv. 10-14) sirve para subrayar la feroz condición guerrera del general;
el razonamiento del soldado parece perfectamente válido. La acción de
los escuderos es ya innecesaria, pero entraba dentro de sus funciones
(v. 15; cf. 1 Sm 14,13). 16-18. En contraste con el fin lamentable de
Absalón se recuerda la impresionante tumba que éste se había hecho
construir en Jerusalén. La tumba que ahora se señala en el valle del
Cedrón —relativamente tardía, quizá de época romana— nada tiene que
ver con ésta de que se habla aquí. De hecho, se dice que Absalón tenía
tres hijos (14,27). 19-33. Descripción excepcionalmente viva y dramática
de la forma en que las noticias son transmitidas a David; se anotan
cuidadosamente los detalles (el cusita que se inclina ante Joab, v. 21;