Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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norte, pero dice que el redactor la suprimió en favor de la región ribereña
de los filisteos. Cross y Wright (op. cit.) afirman, con mayor razón,
que la frontera occidental de Benjamín en el v. 14 es original y
que hay una región al oeste de esta frontera no descrita en la lista de
fronteras tal como ha llegado hasta nosotros. La lista de fronteras, probablemente,
asignaba a Dan una región al oeste de Benjamín, pero el
redactor la omitió porque Dan había emigrado de esta región hacia el
norte (cf. comentario a 19,35-38.41-46). 15. Sobre la frontera meridional,
cf. comentario a 15,6-9, donde las ciudades fronterizas son enumeradas
para Judá en dirección opuesta.
21-28. Aunque la cuestión es insegura (cf. comentario a 15,20-63),
esta lista de ciudades pudo ser separada de la lista judaíta de ciudades
algún tiempo antes de que ambas se incorporaran a los caps. 13-21. En
cualquier caso, la presencia de las ciudades efraimitas Ofrá (v. 23) y
Ofní (v. 24) en la provincia benjaminita septentrional nos remite al
remado de Abías (Kallai-Kleinmann, VT 11 [1961], 226) o de Josías
(Noth). 28. Jerusalén: Esta ciudad queda expresamente excluida de las
fronteras de Judá (15,8) y es incluida en las de Benjamín (18,16), si
bien fue el judaíta David quien conquistó la ciudad yebusea (2 Sm 5,
6-10). Podemos advertir reivindicaciones rivales en torno a la ciudad
(15,63; Jue 1,8.21); quizá la reivindicación de Benjamín responde a un
intento posterior de restaurar el decreciente prestigio de la tribu (cf. comentario
a 7,1-8,29).
53 J) Parte de Simeón (19,1-9). Esta lista no describe explícitamente
las fronteras de Simeón, y el redactor parece consciente de no
poseer tal descripción (vv. 1 y 9). Simeón fue, en efecto, absorbido muy
pronto en la tribu de Judá; en tiempos de Saúl se decía de varias de
estas ciudades simeonitas que pertenecían a Judá (1 Sm 30,26-31);
Simeón también está ausente de las bendiciones de Dt 33, que probablemente
data de la época de los jueces. Aunque la lista tribal de fronteras
empleada en Jos data al menos de comienzos de la monarquía
(Bright) o incluso tal vez del período premonárquico (Noth), es posible
que ya no aparecieran en tal lista primitiva las fronteras de Simeón. Sin
embargo, también es posible que la lista contuviera algunos puntos fronterizos
(el v. 8 parece ser un fragmento de fronteras). Noth lo niega.
Este autor subraya las semejanzas que hay entre la lista simeonita y la
parte de la primera lista judaíta contenida en 15,26-32. Afirma que la
lista simeonita ha sido simplemente adaptada a partir de la lista judaíta
de ciudades y atribuida secundariamente a Simeón; pero el autor no
eliminó de la lista judaíta las ciudades, sino que las dejó estar en su
sitio. Por eso Noth puede seguir manteniendo la premisa fundamenta]
de que toda la sección sobre la distribución del país (caps. 13-21) contiene
solamente una lista de ciudades: la lista administrativa de Josías
referente a Judá.
Sin embargo, hay notables diferencias —y también semejanzas—
entre 19,2-8 y 15,26-32. Además, ambas listas son muy parecidas a una
tercera conservada en 1 Cr 4,28-33. Es mucho más probable que la lista
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simeonita no dependa directamente de la lista judaíta; y es muy posible
que las tres listas se basen en una originaria lista simeonita de ciudades
e incluso quizá en una lista simeonita de fronteras (Cross y Wright).
7. trece: Una de las ciudades es una adición posterior, pues la lista contiene
catorce. «Ayín» y «Rimmón» son consideradas como una sola
ciudad en 15,32 y como dos en 1 Cr 4,32. Éter y Asan figuran en la
cuarta provincia judaíta (15,42): otro argumento de que esta lista simeonita
es independiente de la lista judaíta de 15,26-32.
54 K) Parte de las tribus de Galilea (18,10-39). El territorio de
Zabulón es descrito con una frontera bastante bien definida, Neftalí y
Aser con menos detalle, mientras que Isacar apenas si cuenta con fronteras.
Cada tribu parece tener también su lista de ciudades; en el caso
de Isacar, la lista comprende casi toda su parte, mientras que Aser parece
tenerla diseminada dentro de las ciudades fronterizas.
Sin embargo, de un documento tan primitivo como la lista tribal de
fronteras (jueces o albores de la monarquía) cabría esperar unas fronteras
más detalladas para todas o casi todas las tribus. Dado que la lista
de fronteras se presentaba originariamente como unos cuantos puestos
fronterizos desconectados (cf. comentario a 15,1-17 y 18,11-28), lo que
parece ser, en el caso de estas cuatro tribus, una lista de ciudades es de
hecho, en gran parte, el conjunto original de ciudades fronterizas; en
Aser, las frases de conexión han sido omitidas o reducidas a una forma
muy elemental (v. 27), mientras que en Isacar han sido omitidas casi
por completo, debido a la falta de noticias o de interés por parte del
redactor. Esta teoría de las listas de fronteras en el caso de las tribus
galilaicas ha sido propuesta por Noth, quien también pregunta si ha
habido en estas tribus unas auténticas listas de ciudades. Noth describe
la formación del texto en la forma siguiente: el elemento primario es el
documento de fronteras, completado con algunas frases de conexión,
más o menos según las tribus. Las ciudades fueron añadidas tomándolas
de las ciudades levíticas del cap. 21; en este momento, un redactor,
manejando toda la materia como si se tratara de listas de ciudades, añadió
los totales que aparecen al final de cada territorio tribal (por ejemplo,
«doce ciudades y sus aldeas», v. 15). Más tarde, los territorios de
Zabulón, Aser y Neftalí fueron aumentados con la adición de nombres
de ciudades tomados de Jue 1 (las ciudades que siguen a la palabra
«además» en 19,15.29; también Bet-Anat y Bet-Semes en el v. 38). El
resto del material, afirma Noth, es demasiado escaso para tener como
base una auténtica lista de ciudades; por tanto, no hay ninguna lista de
ciudades en el terreno galilaico.
Es indudable que gran parte de lo que parece ser lista de ciudades
pertenece de hecho a un documento de fronteras. También, como señala
Noth, los versículos finales de Zabulón, Aser y Neftalí (vv. 16, 31
y 39) desentonan bastante después de los totales numéricos que los
preceden; estos versículos finales deberían entenderse como referidos
a todo el territorio y no sólo a unas cuantas ciudades. Indudablemente,
los totales son adiciones posteriores. Además, las ciudades de los vv. 15,