Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

418 JUECES 8:7-8
C) Samgar (3,31)
D) Débora y Baraq (4,1-5,31)
E) Gedeón (6,1-8,35)
F) Abimélek (9,1-57)
G) Tola (10,1-2)
H) Yaír (10,3-16)
I) Jefté (10,17-12,7)
J) Ibsán (12,8-10)
K) Elón (12,11-12)
L) Abdón (12,13-15)
M) Sansón (13,1-16,31)
IV. Primer apéndice (17,1-18,31)
V. Segundo apéndice (19,1-21,25)
COMENTARIO
7 I. Primera introducción (1,1-2,5). Esta antiquísima tradición presenta
la conquista de Canaán como realizada en distintas etapas, en las
que cada tribu lucha sola o, en el mejor de los casos, en coalición con
otras tribus. Comparada con esto, la conquista en Jos es idílica y está
simplificada, de manera que transforma en decidido ataque el proceso
de lenta victoria que no llegó a consumarse hasta los tiempos de David
y Salomón (cf. G. E. Wright, JNES 5 [1946], 105-14). El pasaje de
1,1-2,5 no sigue al período de Jos, sino que coincide con él. Pero la
tradición según la cual varias de las tribus se asentaron entre la población
nativa y se contentaron con someterla a servidumbre con el paso
del tiempo es interpretada teológicamente como el pecado primordial
del período de la conquista (2,1-5), de manera que la permanente existencia
de estos pueblos paganos vino a ser después un castigo divino
contra Israel. Desde el punto de vista histórico, es necesario admitir
tanto los ataques rápidos efectuados en la región montañosa, que iniciaron
la conquista y procuraron a los israelitas una posición sólida en
esa zona, como también la lenta infiltración posterior, que amplió y consolidó
esas primeras victorias (Jue 1).
La invasión afectó primero a la región montañosa del sur, donde
Judá y Simeón derrotaron a Adoni-Bézeq y tomaron Hebrón, Debir y
Jormá, pero no pudieron dominar la llanura costera (1,21). La casa de
José invadió las tierras altas del centro y capturó Betel (22-26). En el
norte, las tribus de Manases, Efraím, Zabulón, Aser y Neftalí se asentaron
entre los cananeos y, conforme fueron adquiriendo más fuerza,
los forzaron a trabajos de esclavos (27-33). Por el oeste, la tribu de Dan
rodeó las tierras altas y no pudo conquistar la llanura (34-36).
8 1,1a. Las palabras iniciales obedecen a un intento, por parte del
redactor final, de mostrar que los acontecimientos de Jue siguen a los
de Jos; son análogas a las de Jos 1,la-Ib. El relato comienza con las
tribus que habían cruzado el Jordán y acampado quizá en Jericó (1,16);
el oráculo fue consultado posiblemente en Guilgal, al oeste (2,1; cf. 20,
17-18.23.27-28). El término «cananeos» se emplea aquí como un nom-
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bre genérico para designar a la población indígena. 2-3. Si este episodio
meridional hubiera sido favorable a Judá, difícilmente se habría mencionado
la intervención de Simeón. Judá y Simeón (cf. Gn 29,32-35)
se ponen de acuerdo para atacar juntos el territorio asignado a cada uno
de ellos. 4. Los perezeos eran un pueblo indígena de Canaán que vivía
separado o, más probablemente, los habitantes que vivían fuera de las
ciudades amuralladas (cf. Gn 13,7; 34,30). Bézeq (Ibziq) no parece
un lugar verosímil para esta batalla, que debió de tener lugar cerca de
Jerusalén. El texto es redundante con los vv. 5-6, que tal vez denuncian
la sintetización de un relato más largo (cf. Jos 10). En tal caso, la localidad
de Bézeq sería una conclusión del título Adoni-Bézeq (Señor de
Bézeq), que es a su vez una corrupción de Adoni-Sédeq (H. W. Hertzberg,
JPOS 6 [1962], 213-21). 5. Este Adoni-Sédeq (Jos 10,1-3) dirigió
una coalición de reyes cananeos contra Josué y fue derrotado cerca de
Gabaón (Jos 10). 6-7. La mutilación incapacitaba al rey guerrero, y se
le podía permitir que volviera a su ciudad con la esperanza de que ésta
capitularía (Jos 10,1). 8. Este versículo es una glosa (Jos 15,63; Jue 1,
21), pues Jerusalén fue capturada mucho después, en tiempos de David
(2 Sm 5,6-9).
9 9. Estos tres sectores son las regiones naturales en que se dividía
el territorio de Judá. Es de suponer que Judá y Simeón están todavía
unidos en los vv. 4,9-10 y 18-19, pero esto sólo se dice específicamente
en los vv. 3 y 17. 10. Hay una discrepancia entre el v. 10, donde
Judá derrota a Sesay, Ajimán y Talmay, y el v. 20, donde Caleb expulsa
a los tres hijos de Anaq. A la luz de Jos 15,13-19 (cf. Jos 14,6-15),
parece necesario leer el texto de Jue por el orden siguiente: 1,10a; 1,20;
1,10b; 1,11-15. Por tanto, Caleb es el sujeto desde 1,10b en adelante.
Judá y Simeón marchan primero contra Hebrón, en la región montañosa
(1,10b), pero es Caleb y no Josué (a pesar de Jos 10,36-37; 11,21)
quien toma la ciudad y expulsa a los tres hijos de Anaq (1,20): Sesay,
Ajimán y Talmay (1,10b). (-» Geografía bíblica, 73:88,90).
11-12. Según esto, es también Caleb (a pesar de Jos 10,28-39; 11,
21) quien marcha contra Debir (Tell Beit Mirsim), en la bajada hacia
el desierto, y promete la ciudad y su hija a quien la conquiste.
13-15. Gramaticalmente, Otniel puede ser el sobrino o el hermano menor
de Caleb, 1,13 (Jos 15,17), pero esto último es más probable, y
así se casa con su sobrina Aksá. Ella instigó a Otniel para que pidiera
más tierra en torno a Debir, probablemente como dote (1,14a). Aksá
se llegó entonces a su padre, «se apeó del asno» en gesto de súplica
(1 Sm 25,23) y pidió que a la tierra seca de su dote se le concedieran
fuentes de agua, cosa que obtuvo (1,15). Así, la quenizea Debir obtuvo
derechos sobre varias fuentes situadas en la calebita Hebrón. 16. El
quenita suegro de Moisés es llamado Reuel (Ex 2,18.21), Jetró (Ex
3,1) o Jobab y, además de quenita, es llamado madianita. Quizá Reuel
debe considerarse como nombre de clan, Jetró es el suegro y Jobab el
yerno; quenita indica una función (herrero), mientras que madianita
determina el origen (cf. W. F. Albright, CBQ 25 [1963], 1-11). El