Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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592 ISRAEL Y SUS VECINOS 11:20<br />
vida, él mismo y casi todos sus hijos perderían la vida en Gelboé, durante<br />
una batalla contra los filisteos.<br />
20 Cuando David subió al trono (ca. 1000), contando ya con la<br />
enorme ventaja de un conocimiento personal de las tácticas de los filisteos<br />
(1 Sm 27) y con la ayuda de sus hombres, que estaban perfectamente<br />
entrenados, la amenaza de los filisteos mantenía toda su fuerza<br />
contra el predominio de los israelitas en Canaán. En 2 Sm 5,17-18 se<br />
narra el cambio de situación. Poco después de haber sido ungido David,<br />
los filisteos iniciaron un ataque contra él, subiendo por el valle de Refaím<br />
hacia Jerusalén. David les infligió una decisiva derrota en Baal-<br />
Perasim. En una segunda ocasión, David los rechazó desde las posiciones<br />
que ocupaban en Gabaón hasta Guézer. Durante el reinado de David<br />
se suceden las escaramuzas (2 Sm 8,1; 21,15-16; 23,9-10; 1 Cr 18,1),<br />
terminando con la derrota de los filisteos y sus valientes guerreros (aunque<br />
en estos breves relatos se hace muy difícil precisar la secuencia de<br />
los acontecimientos). Parece ser que David logró quebrantar el poderío<br />
filisteo, reduciendo a este pueblo a la condición de vasallo, a pesar de<br />
los esfuerzos que harían en contra los filisteos. Muchos creen que los<br />
kereteos y péleteos que formaban la guardia personal de David eran<br />
filisteos. Según 2 Sm 15,19-22; 18,2, Gat proporcionó a David algunos<br />
de sus más fieles guerreros, tales como Ittay el guitita. Salomón reinó<br />
con completo dominio sobre los filisteos (1 Re 4,21), pero algunos incidentes<br />
aislados parecen dar a entender que después de su remado, los<br />
filisteos se comportaron en la práctica como estados independientes,<br />
con escaso control sobre ellos por parte de Judá o Israel (cf. 1 Re 15,<br />
27; 2 Cr 17,11; 21,16; 26,6-7; 28,18). Las noticias consignadas por el<br />
Cronista sitúan el acontecimiento de 2 Re 18,8 en un marco más amplio,<br />
pues resulta que Ezequías de Judá derrota a los filisteos y los obliga a<br />
retirarse hasta Gaza. El Cronista se muestra más inclinado que el autor<br />
de Re a admitir que después del reinado de David se produjeron alteraciones<br />
por parte de los filisteos.<br />
Por lo que respecta a los anales asirios, Adadnirari III (ca. 810-783)<br />
habla de que impuso un tributo a los filisteos, entre otros pueblos<br />
(ANET 281); Teglatfalasar III (ca. 744-727) dice que capturó las ciudades<br />
filisteas situadas más al sur: Ascalón y Gaza (ANET 283); Sargón<br />
II (ca. 721-705) dice que colocó gobernadores asirios en Asdod y<br />
Gat (ANET 286); Senaquerib (ca. 704-681) pretende haber recibido<br />
tributo de diferentes ciudades filisteas (ANET 287-88). Cuando el Imperio<br />
asirio se hundió en 612, Filistea, lo mismo que Judá, hizo las veces<br />
de estado-tapón entre Egipto y Babilonia.<br />
Por todo lo dicho, resulta claro que los filisteos fueron, después de<br />
David, una fuerza con la que era preciso contar, si bien es cierto que<br />
éste consiguió invertir los términos de la situación, logrando que ni en<br />
sus tiempos ni en los reinados siguientes constituyeran los filisteos una<br />
amenaza militar seria contra Israel. Además, juzgando por los anales asirios<br />
y la situación de los filisteos, instalados en la costa, es para pensar<br />
que estos pueblos tenían tarea suficiente con defenderse y que no les<br />
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quedaban ni tiempo ni recursos para hacer serias incursiones hacia el<br />
interior, en territorio hebreo.<br />
No se han encontrado documentos redactados en el idioma de los<br />
filisteos. Es muy posible que a su llegada a Canaán adoptasen un dialecto<br />
local; la mayor parte de los nombres relacionados con ellos son<br />
semíticos (cananeos). El rey Adón, que escribió en arameo al faraón en<br />
604 pidiendo ayuda contra Nabucodonosor, era probablemente filisteo<br />
(cf. J. A. Fitzmyer, Bib 46 [1965], 41-55).<br />
El rasgo más destacado que les atribuyen los relatos bíblicos es su<br />
condición de incircuncisos (Jue 14,3; 15,18; 1 Sm 17,26; 18,25). Poco<br />
se sabe de su religión. Todos sus dioses de que tenemos noticias llevan<br />
nombres semíticos. Había templos de Dagón en Gaza y Asdod (Jue<br />
16,23; 1 Sm 5,1-7), otro dedicado a Astoret en Ascalón (cf. Heródoto,<br />
I, 105) y otro a Baalzebub en Ecrón (2 Re 1,1-16). Según Is 2,6, eran<br />
famosos por sus adivinos.<br />
Albright, AP 112-16; J. Bérard, Philistins et Pré-Hellenes: «Revue Archéologique»<br />
107 (1951), 129-42; T. Dothan, Archaeological Reflections on the Philisttne<br />
Problem: «Antiquity and Survival» 2 (1957), 151-64; R. A. S. Macalister, The<br />
Philistines (Londres, 1913); G. von Rad, Das Reich Israel und die Philister: PJB<br />
29 (1933), 30-42; G. E. Wright, Fresh Evidence for the Philistine Story: BA 29<br />
(1966), 70-86.<br />
21 X. Egipcios. Cuando Israel emprende el éxodo deja tras sí un<br />
Egipto que cada vez se le ha ido haciendo más hostil y ha aumentado<br />
la opresión hacia aquel pueblo (Ex 1,8-9). Meneftá (ca. 1234-1224)<br />
consignó en una estela su victoria sobre los libios, afirmando que «Canaán<br />
está devastado, Asacalón ha caído, Guezer está en ruinas, Yanoam<br />
reducida a la nada, Israel desolado y su semilla ya no existe, Haru (Siria-<br />
Palestina) se ha convertido en una viuda para Egipto: todos los países<br />
están unidos y pacificados» (cf. ANET 378, donde viene una traducción<br />
ligeramente distinta). Esta es la primera vez que se nombra a Israel en<br />
los anales egipcios. La situación ideal descrita por Meneftá no habría<br />
de durar mucho; sus sucesores serían tan débiles, que la nación se vería<br />
devastada por extranjeros invasores. Egipto perdería todo control sobre<br />
Canaán. Como ya dijimos antes, Ramsés III (ca. 1195-1164) sería lo<br />
bastante fuerte para rechazar a los filisteos en dos diferentes ocasiones<br />
(1191, invasión del delta del Nilo por mar y tierra; 1188, con los libios<br />
en Menfis), pero no pudo impedir que se establecieran en Canaán. Fue<br />
precisamente la debilidad de Egipto lo que permitió a los israelitas llevar<br />
a cabo sus conquistas por sorpresa en Palestina, aunque no lograran<br />
apoderarse por completo de este país. El informe escrito por Wen-<br />
Amón (ANET 25-29), un comisionado egipcio que marchó a Biblos para<br />
negociar la venta de una determinada cantidad de madera destinada a<br />
la construcción del barco sagrado de Amón, en Tebas, demuestra ampliamente<br />
que a comienzos del siglo xi ya estaba en franca decadencia<br />
el poderío egipcio por lo que respecta a Fenicia. Salomón mantuvo contactos<br />
con un faraón (1 Re 3,1-2; 9,15-16), seguramente Psusennes II<br />
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