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Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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212 LEVITICO 4:7-8<br />

El presente capítulo se refiere a varias formas de ofrendas de cereales.<br />

La primera (1-3) era simplemente trigo no cocido mezclado con<br />

aceite al que se añadía incienso. Parte de la ofrenda era quemada; el<br />

resto se entregaba a los sacerdotes. 2. incienso: Era un polvo obtenido<br />

de resinas aromáticas (Ex 30,34-35) que servía de complemento a la<br />

ofrenda cereal, memorial Qazkarah): Moraldi (op. cit., 330) relaciona<br />

esta palabra con la forma causativa de la raíz hebrea zkr, que significa<br />

«hacer recordar». De ahí que se traduzca por «memorial», es decir, un<br />

medio de centrar la atención de Dios sobre el oferente, o por «prenda»,<br />

es decir, una pequeña parte ofrecida que sirve de signo del conjunto<br />

(cf. G. R. Driver, JSemS 1 [1956], 97-105). Se emplea sólo en relación<br />

con las ofrendas de cereales o de incienso (24,7).<br />

A continuación se considera la ofrenda de cereales cocidos (4-13).<br />

Las tortas, fritas o cocidas, debían carecer de levadura y estar impregnadas<br />

de aceite. Se quemaba una parte y se entregaba el resto para los<br />

sacerdotes. La levadura, dado que produce fermentación, era considerada<br />

como un agente de descomposición y no podía ser empleada en las<br />

ofrendas sacrificiales. Las transgresiones de Israel contra esta norma<br />

(Am 4,5) obedecían, sin duda, a influencia cananea, pues los cananeos<br />

consideraban la fermentación como símbolo de fecundidad. Por su parte,<br />

la miel, a pesar de que su empleo estaba muy extendido entre los<br />

antiguos, era considerada como un agente corruptor y, quizá por ser de<br />

origen animal, estaba excluida de todo uso sagrado. 13. sal de la alianza:<br />

El aprecio por la virtud purificadora y preservativa de la sal (Ez 16,4;<br />

2 Re 2,20-22; Mt 5,13; Me 9,49; Col 4,6) es análogo al que encontramos<br />

todavía entre los árabes. Además era un signo de amistad y solidaridad<br />

entre los participantes de un banquete (cf. M.-J. Lagrange,<br />

Études sur les religions sémitiques [París, 1905], 251). En el marco<br />

de una comida sagrada, la sal del sacrificio subrayaba la permanencia<br />

de las relaciones creadas por la alianza entre Yahvé y su pueblo. Cf. Nm<br />

18,19, donde «alianza inviolable» traduce la expresión hebrea «alianza<br />

de sal».<br />

Finalmente, se dan algunas normas sobre los sacrificios de cereales<br />

como parte de la ofrenda de las primicias (14-16). Las ambiguas frases<br />

del TM parecen describir un proceso en el que se tostaban las espigas<br />

de grano recién cortadas y luego se majaban para obtener el grano molido.<br />

Se añadía aceite e incienso, y la ofrenda concluía de la misma<br />

manera que la ofrenda de cereales antes descrita.<br />

M. Harán, The Use of Incensé in the Ancient Israelite Ritual: VT 10 (1960),<br />

113-29; N. H. Snaith, Sacrifices in the OT: VT 7 (1957), 308-17.<br />

8 c) SACRIFICIOS DE COMUNIÓN (3,1-17). Aunque el ritual de<br />

estos sacrificios (en hebreo, zebah s'lámtm) aparece claramente definido,<br />

el significado del término hebreo resulta bastante oscuro. Zebah vale<br />

tanto como «matado» o «inmolado»; se trata, pues, de una víctima sacrificial<br />

inmolada (Am 5,25; Os 3,4). SHámím se deriva de la raíz slm,<br />

que significa «ser completo», «ser entero» o «estar en armonía». Am-<br />

4:8 LEVITICO 213<br />

bos términos por separado se refieren a los sacrificios sólo parcialmente<br />

destruidos, de manera que una parte de la víctima sirve de comida a<br />

los oferentes o los sacerdotes (Dt 12,27; 18,3; 27,7; Gn ¿31,54?). Por<br />

tanto, ambos términos pueden oponerse al holocausto, en el que se<br />

quema la totalidad de la víctima (1 Sm 15,22; Os 6,6; Ex 20,24; Jue<br />

20,26). Este común denominador, unido a la fluidez de la terminología<br />

sacrificial, permitía a los autores sacerdotales del Lv intercambiar los<br />

términos e incluso unirlos al hablar de aquellos sacrificios en los que<br />

el oferente compartía la víctima con Dios, como en las ofrendas de<br />

acción de gracias (7,12-15; 22,29-30), en las voluntarias y en las votivas<br />

(7,16-17; 22,21-23). La traducción de zebah sHámim por «sacrificios<br />

pacíficos» se deriva de los LXX y, según muchos autores, no refleja<br />

exactamente la idea. Se han sugerido otras alternativas: sacrificio de<br />

plenitud, sacrificio de cumplimiento, sacrificio final. Aunque el significado<br />

preciso de sHamim resulta inseguro, la traducción «sacrificios pacíficos»<br />

viene a subrayar un importante aspecto del sacrificio: el mantenimiento<br />

de las relaciones armónicas entre los participantes y Yahvé,<br />

hecho que se refleja especialmente en la comida en común. Algunos<br />

autores, como H. Cazelles y R. de Vaux, prefieren traducir «sacrificios<br />

de comunión», porque uno de sus elementos esenciales es la idea de<br />

participación de vida entre Dios y sus fieles (—> Instituciones religiosas,<br />

76:79-81).<br />

El ritual permite sacrificar reses vacunas, ovinas o caprinas, tanto<br />

machos como hembras. Para el ganado mayor (1-5), las etapas iniciales<br />

incluyen la imposición de manos, la inmolación y la aspersión. Existe<br />

una importante discusión centrada en torno a la finalidad del ritual<br />

de la sangre. ¿Tiene aquí la sangre el valor expiatoiro que encontramos<br />

en los sacrificios por el pecado y de reparación? En caso afirmativo,<br />

¿cómo conciliario con el estado de inocencia en el oferente? Según<br />

A. Charbel (SP 1, 366-76), en el sacrificio de comunión no se da un<br />

valor expiatorio vinculado al ritual de la sangre. La manducación del<br />

alimento sagrado es aquí un rasgo esencial, una acción claramente prohibida<br />

a quien se encuentra en estado de impureza (7,20-21). Dado que<br />

el derramamiento de la sangre es necesario para el sacrificio, su aspersión<br />

sobre los lados del altar indica simplemente el carácter sagrado de<br />

la sangre (la vida) como perteneciente en exclusiva al Señor. También<br />

el sebo era consagrado al Señor por estar relacionado con la vida y no<br />

podía tomarse como comida sacrificial (3,16-17; 7,22-24). Así, los órganos<br />

internos vinculados a los procesos más vitales —los intestinos,<br />

el hígado, los ríñones y el sebo adherido a éstos— eran quemados sobre<br />

el altar en que se ofrecía el habitual holocausto diario.<br />

El procedimiento para el sacrificio de ovejas (6-11) es el mismo. La<br />

única adición es el rabo del animal, que en algunas especies palestinenses<br />

tiene abundante sebo. 11. alimento de la oblación del Señor: Los<br />

LXX suprimen «alimento» y lo sustituyen por «aroma agradable». Tales<br />

esfuerzos por subrayar la naturaleza trascendente de Dios evitando antropomorfismos<br />

son frecuentes en el texto griego. No obstante, la idea

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