Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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468 1-2 SAMUEL 9:26<br />
le traigan una gran piedra que servirá de altar para la inmolación ritual,<br />
de forma que se pueda cumplir la ley divina que manda desangrar las<br />
víctimas (Lv 19,26; Dt 12,16).<br />
36-42. Saúl quiere aprovechar el éxito inicial llevando adelante las<br />
operaciones al estilo de la «guerra santa» (Jos 10,30-39), pero el silencio<br />
de Dios al ser consultado indica que ha debido cometerse algún<br />
«pecado» (v. 38). Es característico del pensamiento israelita antiguo<br />
juzgar las acciones aisladas, prescindiendo de sus motivos. 43-46. Se<br />
supone que la victoria de Jonatán era el sello divino de aprobación,<br />
muestra clara de que Dios no quería su muerte, «porque ha trabajado<br />
con Dios este día» (v. 45). El rescate de Jonatán pudo nacerse mediante<br />
el sacrificio de un animal o a base de un pago de otra especie. 47-48. Este<br />
resumen va en el estilo de otra noticia referente a David que se da en<br />
2 Sm 8,lss, pero lo cierto es que el reinado de Saúl se desarrolla en una<br />
tesitura que no apoya mucho la certeza de estas expresiones. De los<br />
amalecitas se trata en el cap. 15. 49-51. Nota informativa sobre la familia<br />
de Saúl. Isví es desconocido; quizá deba identificarse con Isbóset<br />
o Isbaal (cf. 2 Sm 2,8). 52. Esta nota prepara la introducción de la<br />
historia de David en 16,14.<br />
26 H) Guerra contra los amalecitas (15,1-35). La repulsa de Saúl<br />
como rey tiene por causa su apropiación de las funciones sacerdotales<br />
en 13,8-15. En este otro relato es rechazado por no haber llevado adelante<br />
la guerra de exterminio o «condenación» contra los amalecitas.<br />
1-3. Se presenta la campaña contra los amalecitas como obedeciendo a<br />
un designio de Dios y de Samuel, no como consecuencia de un determinado<br />
acontecimiento contemporáneo. Se menciona la unción de Saúl por<br />
voluntad divina para subrayar el carácter religioso de esta empresa militar,<br />
que es una guerra «santa» (Dt 20,16-18). Los amalecitas habitaban<br />
en el desierto del sur y son presentados como enemigos de Israel en<br />
Ex 17,7ss. 4-11. Saúl pasa revista a sus fuerzas en Telayim, en el desierto<br />
de Judá, y derrota a los amalecitas. La consideración que se tiene<br />
con los quenitas (Nm 10,29; Jue 1,16) demuestra que la acción bélica<br />
emprendida no era fruto de un arrebato incontrolado, sino que respondía<br />
a determinados principios. La guerra terminó con la captura del rey<br />
Agag. Saúl quebrantó la maldición en dos puntos: perdonó la vida<br />
a Agag y permitió que los soldados guardasen los mejores ejemplares<br />
de los rebaños. Saúl regresó a Guilgal desde el Carmelo, donde levantó<br />
una estela (cf. 25,2) para conmemorar su victoria. 13-21. Es curioso que<br />
Saúl parece caer en la cuenta del pecado que ha cometido únicamente<br />
ahora, a través de la conversación sostenida con Samuel. Al explicar su<br />
acción como un deseo de reservar lo mejor de los ganados para hacer<br />
sacrificios parece estar convencido de que ha hecho algo no sólo lícito,<br />
sino loable y piadoso también. Para Saúl, parece que tanto da degollar<br />
los animales inmediatamente, bajo las exigencias del anatema, como<br />
hacerlo después en un acto sacrificial. La diferencia religiosa entre el<br />
anatema y el sacrificio consistía en que las víctimas eran totalmente destruidas<br />
en el primero, con lo que se suponía que eran entregadas total-<br />
9:26-27 1-2 SAMUEL 469<br />
mente a Dios, mientras que en el segundo era frecuente que todo el<br />
pueblo compartiese las víctimas con Dios. 22. Detrás de este enfrentamiento<br />
se plantea la cuestión del valor respectivo del anatema y el sacrificio.<br />
El anatema es una prueba de total obediencia a Dios. En este sentido,<br />
la observancia del anatema era superior al sacrificio. «Obedecer<br />
es mejor que el sacrificio» (cf. Is 1,11-17; Miq 6,5-8; Am 5,21-24;<br />
Os 6,6). 23. La desobediencia es comparable al pecado de la magia o<br />
la adivinación. Lo que se exigía de Saúl era su obediencia activa a Dios,<br />
no la pasividad que demostró al permitir al pueblo que actuase a su<br />
gusto. El hombre que sirve a Dios ha de ser digno de confianza, y Saúl<br />
no lo era.<br />
24-26. Saúl supone que su pecado puede tener perdón; en consecuencia,<br />
pide que se le conceda indulgencia. 27-28. El TM lee: «Cuando<br />
Samuel se volvía para marcharse, asió los bajos de su vestidura y la desgarró».<br />
Ha de entenderse que esta acción es del mismo Samuel. Según<br />
esto, la observación del v. 28 iría precedida de este gesto de desgarrar<br />
la vestidura. Significa que le es arrebatada la realeza a Saúl. «Tu vecino»<br />
(v. 28) es una alusión a David. 29. En los w. 11 y 35 se dice que Dios<br />
se arrepiente de haber hecho rey a Saúl. Por eso se previene aquí al<br />
lector para que no se forme una imagen excesivamente antropomórfica<br />
de Dios. Puede que sea una corrección introducida posteriormente para<br />
obviar ese peligro. 30-31. Es posible que este texto se apoye en dos<br />
tradiciones diferentes: una referente a la ruptura entre Saúl y Samuel<br />
y otra en que se cuenta cómo ambos, Saúl y Samuel, «se presentaron<br />
delante del Señor» en Guilgal. 32-35. No está claro lo que quiere decir<br />
Agag. El TM lee: «Seguro que la amargura de la muerte ha pasado».<br />
Esta interpretación podría significar que Saúl ya ha realizado toda la<br />
mortandad que era necesaria y no había por qué empezar de nuevo.<br />
Samuel toma en sus manos este asunto y ejecuta a Agag. Su gesto<br />
repercute en Saúl, quien al perdonar la vida a Agag no ha cumplido con<br />
su deber. La acción de Samuel sirve además para completar el anatema<br />
que Saúl sólo en parte había realizado. A partir de ahora, Samuel y Saúl<br />
se separan (cf. 28,3ss).<br />
27 ni. Saúl y David (1 Sm 16,1-31,13). Es evidente el nexo entre<br />
este relato y el cap. 15, por lo que ha de atribuirse también a la tradición<br />
de Guilgal. Muchos investigadores sostienen que hay dos versiones<br />
del encuentro de David con Saúl. Una lo presenta como un músico que<br />
es contratado para calmar a Saúl (16,14-23), mientras que la otra hace<br />
de David una guerrero hábil capaz de prestar valiosos servicios a Saúl<br />
(17,12-30). El relato de la unción de David (16,1-13) sirve para ponerlo<br />
en relación con Samuel, como ya ocurriera con Saúl. Aquella unción no<br />
tendrá influencia alguna en el resto de la narración, puesto que David<br />
volverá a ser ungido en Hebrón (2 Sm 2,4; 5,3).<br />
A) La unción de David (16,1-13). En la historia hay intriga<br />
(w. 2-3, el miedo de Saúl) y un cierto colorido local (vv. 4-5, el encuentro<br />
con los ancianos). 6-13. La elección de David con preferencia a sus<br />
hermanos sirve para subrayar la libertad de Dios. La unción de David