Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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446 JUECES 8:44<br />
reunión de Benjamín aludida en 20,14. 8-10. Aquí aparecen dos tradiciones<br />
combinadas: una procedía del santuario de Mispá, y la otra estaba<br />
centrada en torno al de Betel. La elección del diez por ciento de aquella<br />
gigantesca tropa para formar un cuerpo de abastecimiento pertenece a<br />
la versión posterior del relato originario y es inapropiada antes de 20,<br />
ll-13a, donde se pide la entrega de los culpables que están en Guibeá.<br />
De haberse hecho esto, habría sido innecesaria toda la maniobra. Las<br />
«suertes» de 20,9b se efectúan de hecho en 20,17-18. 11-19. La petición<br />
originaria era más bien modesta: todo lo que se exigía era la muerte de<br />
los que habían sido personalmente responsables del crimen. Guibeá se<br />
niega a ello, y todo Benjamín se une para rechazar a las otras tribus.<br />
(Sobre los santuarios de Betel y Mispá, —> Instituciones religiosas,<br />
76:41.51).<br />
20-28. La estrategia de la batalla es más litúrgica que militar; el<br />
autor está interesado en subrayar lo que hay de castigo divino y la guía<br />
divina de las otras tribus hacia ese fin. Una vez más, los números son<br />
más didácticos que reales; en los dos primeros encuentros cae la décima<br />
parte de las fuerzas tribales. La base del ejército es Betel, un antiguo<br />
santuario situado al norte de Guibeá. En esta asamblea idealizada de<br />
las tribus, Judá va a tener la precedencia de acuerdo con los principios<br />
de la teología del Cronista. La finalidad de 20,27b-28a es explicar por<br />
qué el antiguo relato mencionaba Betel: porque el arca estaba allí y no<br />
en Silo (Jos 19,10; 1 Sm 1) y porque Pinjas (Nm 25,7-13) se hallaba<br />
presente como sacerdote legítimo. 29-35. En 20,29-35 y 20,36-42a se<br />
han conservado dos tradiciones independientes, pero muy semejantes,<br />
sobre el ataque a Guibeá. Ahora aparecen fusionadas, pero la primera<br />
se interesaba más por la táctica de las tribus en campo abierto, mientras<br />
que la segunda se centraba en la emboscada. Las oscuridades tácticas de<br />
20,30-34 obedecen al intento de añadir detalles a la batalla en campo<br />
abierto (20,29-35) tomándolos de la más primitiva descripción de la<br />
emboscada (20,37-42a). Los benjaminitas salen tras las tribus fugitivas<br />
por el camino que va a Betel y Gabaón. La noticia táctica de 20,33 es<br />
más bien oscura. Los detalles de la emboscada (20,29.33) fueron añadidos<br />
probablemente a 20,30-35, tomándolos de 20,36-42a, por el redactor<br />
que combinó las dos tradiciones. El reagrupamiento de los combatientes<br />
fugitivos en Baal-Tamar debe entenderse a la luz de 20,39-40.<br />
La derrota de 20,35 es el final de la última de las dos tradiciones.<br />
36-42a. La tradición más primitiva y más completa presenta la batalla<br />
con mucha mayor claridad (Jos 8). Los benjaminitas salen de su ciudad<br />
desguarnecida en persecución de los otros; cuando han pasado por delante<br />
de los emboscados, éstos caen sobre la ciudad y hacen la señal a<br />
sus compañeros «fugitivos», los cuales vuelven sobre los benjaminitas<br />
perseguidores y los hacen meterse en la tenaza; entonces los benjaminitas<br />
no tienen más remedio que huir hacia el este. El difícil pasaje de<br />
20,42b significa probablemente que los que habían devastado la ciudad<br />
salieron también contra los derrotados benjaminitas. 43-47. La noticia<br />
de la persecución ha quedado también oscurecida en la combinación. El<br />
8:45 JUECES 447<br />
relato original decía que los benjaminitas habían sido atrapados por las<br />
fuerzas de las otras tribus cerca de Gueba y que allí habían muerto<br />
dieciocho mil, mientras que seiscientos escaparon y huyeron a Rimmón<br />
(20,43-44.47). La finalidad de 20,45-46, donde perecen otros siete mil<br />
hombres en la persecución hasta Guidom (o Guibeá, o Gueba, o posiblemente<br />
no un lugar, sino el resultado de la misma persecución), es<br />
poner de acuerdo los dieciocho mil de 20,44 con los veinticinco mil del<br />
segundo relato en 20,35, de manera que 20,46 puede repetir la cifra.<br />
Rimmón está al este de Betel y al norte de la batalla y la persecución.<br />
48. Excepto los seiscientos hombres de Rimmón, fue exterminada toda<br />
la tribu: recibió el mismo trato que las ciudades capturadas de Canaán<br />
(1,7).<br />
45 21,1-5. El decreto de exterminio contra Benjamín había sido<br />
total (20,48), y las tribus se hallaron ante la posibilidad de que una de<br />
las tribus desapareciera de la anfictionía israelita. Todos los reunidos en<br />
Mispá (20,1) lo habían jurado así y no podían, por tanto, entregar sus<br />
hijas a los seiscientos combatientes, ni siquiera para evitar la extinción<br />
de la tribu de Benjamín. Existen dos versiones principales de la restauración<br />
de Benjamín: 21,6-14 y 21,15-23. En la presente redacción han<br />
sido armonizadas como soluciones parciales de un mismo problema (21,<br />
14b) y no como tradiciones independientes de una misma solución; 21,<br />
1-5 sirve de prefacio explicativo del relato. En 21,1-5 se recuerdan los<br />
dos votos de las tribus como preparación para el relato que sigue. En<br />
20,2-4 se pone la solución bajo el patrocinio y la guía de Dios. Mispá<br />
(20,1) y Betel (20,17) eran los santuarios tradicionalmente citados como<br />
bases para el ataque a Benjamín (J. Dus, ZAW 75 [1963], 45-54).<br />
6-14. El relato de 21,8-13 formaba probablemente parte de las consecuencias<br />
de la guerra contra Benjamín. El castigo de Yabés de Galaad<br />
(1 Sm 11,1-10; 31,11-13) por su no participación no alcanzó a las vírgenes<br />
de la ciudad, de acuerdo con la ley de Nm 31,17-18. Este complemento<br />
histórico de la guerra contra Benjamín pudo confundirse fácilmente<br />
con la decisión de conseguir mujeres para Benjamín, según se<br />
narra en la tradición de 21,15-23; así, 21,6-7.14 fue añadido al relato<br />
central. La nota sobre Silo (21,12b) es, lo mismo que en 20,27-28a, un<br />
intento de borrar el recuerdo de los otros santuarios de Mispá y Betel,<br />
así como la relación del hecho con ellos. Por el contrario, la actividad<br />
contra Benjamín gira en torno a la presencia del arca en Silo (21,19).<br />
La afirmación final de 21,14 (2,6-7) conecta este relato con la restauración<br />
de Benjamín.<br />
15-23. En este viejo relato, 21,15 repite lo dicho en 21,6, y 21,16<br />
es repetición de 21,7; así, las dos tradiciones quedan armonizadas en la<br />
medida de lo posible. El marco es una de las grandes fiestas anuales<br />
celebradas en Silo, al norte de Betel, donde estaba el arca. El relato<br />
idealiza la captura colectiva de las mujeres, que difícilmente habría sido<br />
posible en la solemne asamblea de las tribus, a menos que estuvieran<br />
ausentes los hombres de Silo. Quizá Benjamín se apoderó primero de<br />
las mujeres de Silo y luego se decidió que ésa era la mejor solución al