Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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338 DEUTERONOMIO 6:66-67<br />
hablar fácilmente de dependencia, porque las normas, prohibiciones o<br />
maldiciones serán a menudo más antiguas que el marco en que ahora<br />
se encuentran, desprecia: Ex 21,17 y Lv 20,9 tienen «maldice». Lo<br />
contrario está mandado en el Decálogo (5,16; Ex 20,12). 17. Cf. 19,14.<br />
18. Cf. Lv 19,14. 19. Cf. Ex 22,20 y el comentario a 10,18. 20. Cf. comentario<br />
a 22,30 y Lv 20,11, así como las leyes análogas del Código de<br />
Hammurabi (§§ 154-58; ANET 172-73). 21. La bestialidad se practicaba<br />
en Canaán como un medio de fomentar la fertilidad por magia simpatética;<br />
se la prohibe también en Ex 22,18 y Lv 18,23. 22. El incesto<br />
colateral está prohibido también en Lv 18,9 y 20,17. 23. Cf. Lv 18,8;<br />
20,14. 24. Este es un caso especial del séptimo mandamiento (cf. 5,17;<br />
Ex 20,13). Se dice «en secreto» de acuerdo con el resto de los crímenes<br />
que son objeto de las maldiciones. 25. Cf. Ex 23,8. Es de suponer que<br />
un asesino pagado actuaría también en secreto. 26. Este versículo es la<br />
conclusión de la lectura pública de «esta ley» (cf. 28,58). El mismo tipo<br />
de conclusión se mantiene, de manera diferente, en Mt 7,36ss.<br />
66 Y) Bendiciones y maldiciones conclusivas (28,1-68). Después de<br />
las maldiciones que originariamente formaban parte de la fiesta de renovación<br />
de la alianza en Siquem (con la cual también parece posible<br />
relacionar el código E y el equivalente de las bendiciones que le siguen,<br />
Ex 23,20-33) encontramos las bendiciones y maldiciones con que terminan<br />
el Código Deuteronomista y la alianza siguiendo el esquema de<br />
la realización de la alianza en el Próximo Oriente antiguo (cf. E. Morstad,<br />
Wenn Du der Stimme des Herrn deines Gottes gehorchen wirst<br />
[Oslo, 1960]). Si bien existe un orden simétrico entre las bendiciones<br />
de 1-6 y las maldiciones de 15-19 y, en mucha menor medida, entre 7ss<br />
y 25ss, se concede bastante más espacio a las maldiciones que a las<br />
bendiciones. Este hecho, más que indicar una preponderancia de la ley<br />
sobre el «evangelio» en el Dt (Von Rad, Studies in Deuteronotny, 72),<br />
correspondía al esquema de la alianza, en el que las maldiciones, por<br />
ser los juramentos espontáneos que sancionaban la ley, desempeñaban<br />
un papel más importante, como se ve claro por 29,14 (cf. comentario<br />
a 29,14), la reacción de Josías (2 Re 22,13) y el pasaje «deuteronomista»<br />
de Jr 11,1-12. Por lo demás, hay una evidente ampliación redaccional<br />
(cf. N. Lohfink, BZ 6 [1962], 32-56).<br />
1. Este versículo continúa la nota homilética de 26,16-19 y 27,9-10.<br />
3. La bendición, b e rakah, obedece a viejas formas fijadas por la costumbre,<br />
la mayoría de las cuales se refieren a la fertilidad, como aquí (por<br />
ejemplo, Gn 24,60; 27,28-29). El Dt es una ley para vivir en la fértil<br />
tierra de Canaán. 4. Cf. Le 1,42. El «tú» a quien esto se dirige es Israel,<br />
el hombre y la mujer, ésta aquí y en el v. 5. 7. Un recuerdo de los siete<br />
reyes vencidos durante las campañas de preconquista y conquista. 9. pueblo<br />
a él consagrado: Cf. comentario a 7,6; el Dt subraya que la alianza<br />
es bilateral. De hecho, Israel quebrantó la alianza, dato que es la base<br />
de la historia deuteronomista.<br />
67 Z) Maldiciones (28,15-68). 15. Las maldiciones aparecen aquí en<br />
un marco homilético, pero originariamente eran unas formas jurídicas<br />
6:67 DEUTERONOMIO 339<br />
recitadas en alta voz y aceptadas por el pueblo (cf. 27,15: «amén»). Es<br />
significativo que ninguna de ellas persiga al maldito más allá de la muerte<br />
—aparte la de permanecer insepulto (26)—: se sitúan en la perspectiva<br />
espiritual de aquella época. 15-19. Las maldiciones son presentadas<br />
como la antítesis perfecta de 1-6, con excepción del «fruto de tu ganado»<br />
(cf. v. 4), que falta en los LXX. 20. Las distintas formas que adopta<br />
el juicio sobre la infidelidad a la alianza recuerdan los oráculos anatematizantes<br />
de los profetas preexílicos (por ejemplo, Am 4,6ss; 5,16ss;<br />
7,lss). 21. La ley proporciona vida en la tierra; en caso de violación,<br />
los israelitas serán expulsados de la tierra, tema fundamental de la historia<br />
deuteronomista (cf. 2 Re 17,7ss.23). El fin de la infidelidad es el<br />
trastrueque del Éxodo: un retorno (simbólico) a Egipto, es decir, a la<br />
esclavitud (68). 25. Es lo contrario del v. 7. 26-29. Las plagas de Egipto<br />
se vuelven contra los israelitas. El tema profético del juicio de Dios<br />
sobre la nación se vuelve contra Israel (Am 1,3-2,16; 9,7-8). 30. Esto<br />
corresponde a 20,5-7; la amenaza aparece también frecuentemente en<br />
los profetas (por ejemplo, Am 5,11; 7,17). 33. Se alude a los babilonios.<br />
36. Esa era la gran crisis de fe que trajo el destierro: la aparente derrota<br />
de Yahvé a manos de otro dios (cf. J. Blenkinsopp, Ser 14 [1962],<br />
81-90, 109-118). 44. Cf. 13. 47. Después de 45-46, donde concluían las<br />
maldiciones en un anterior estadio redaccional, encontramos una amplificación<br />
en estilo parenético, que procede de los profetas anatematizadores<br />
y pinta un cuadro realista de la guerra, el asedio y el destierro<br />
(cf. especialmente Is 5,26ss, que sigue a una lista de maldiciones; Jr 5,<br />
15-17, con la nota deuteronomista añadida en 5,19; 16,10-13; 22,8;<br />
1 Re 9,8-9 [D]). El predicador habla en términos concretos tomados<br />
de la experiencia. 52-57. Esta terrible descripción de un asedio, escrita<br />
con ritmo urgente y abocada a un climax de horror, no necesita forzosamente<br />
suponer la experiencia de 587 a. C. (Jr 19,6-9; Ez 5,10; Lam 2,<br />
10; pero cf. Dt 29,28). Sabemos que hubo canibalismo también durante<br />
el asedio de Samaría (2 Re 6,28-30). 58. la ley que está escrita en este<br />
libro: Lo que sigue es la conclusión de toda la ceremonia de renovación<br />
de la alianza, una vez que la ley había sido leída en el «libro de la ley»<br />
(cf. 2 Re 22,8), que ciertamente contenía maldiciones (cf. v. 61 y 2 Re<br />
22,11). La proclamación del nombre de Dios era el punto culminante<br />
de la fiesta de renovación de la alianza; cf. Ex 20,24 (zkr significa aquí<br />
«nombrar» más que «recordar»); Nm 6,27; 2 Sm 6,2 (donde es evocado<br />
el nombre, niqrtf), etc. (cf. A. Weiser, The Psalms [Londres, 1962],<br />
30-32). 60. todas las epidemias de Egipto: Cf. comentario a 20,26. Por<br />
culpa de la infidelidad, Israel ha vuelto al punto de donde había partido:<br />
como esclavos en Egipto «pocos en número» (26,5). Esta presentación<br />
es un paralelo teológico de la promesa del Éxodo, tan frecuentemente<br />
mencionada en el Dt. Como en Os 8,13; 9,3; 11,5, Egipto simboliza<br />
el poder victorioso y opresivo. Al mismo tiempo, el v. 68 puede referirse<br />
a lo sucedido después de la batalla de Meguiddó el año 609<br />
(cf. 2 Re 23,33-35). 69. Cf. 29,1.