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Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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872 JEREMÍAS 19:103<br />

caída de Jerusalén (cf. 2 Re 25,8 = Jr 52,12), de modo que no pudo<br />

haber recibido la misión de libertar a Jeremías (vv. 11-12). 14. Godolías:<br />

También está fuera de lugar aquí la aparición del futuro gobernador,<br />

y en contradicción con el relato del capítulo siguiente. Debe suprimirse<br />

su nombre. Con Rudolph, preferimos restaurar aquí el verbo wHábí'ó<br />

(«entrar») en vez del nombre 'el-habbáyit («hogar»), traduciendo «le<br />

concedieron salir y entrar», es decir, que Jeremías queda libre para ir<br />

y venir entre el pueblo. En resumen, una corta noticia sobre la suerte<br />

de Jeremías después de la caída de la ciudad (38,28b; 39,3.14) ha sido<br />

recargada interpolando una información tomada de Re. 15-18. Este pasaje<br />

estaría en mejor contexto después de 38,7-13. Si bien nada se nos<br />

dice a propósito, Ebed-Mélek debió de sobrevivir a la catástrofe de 587.<br />

El redactor insertó aquí el oráculo para demostrar una vez más que las<br />

predicciones de Jeremías se cumplieron.<br />

103 D) Tragedia en Mispá (40,1-41,18). El versículo inicial del capítulo<br />

40 es, de hecho, un encabezamiento que abarca los caps. 40-44,<br />

en los que se ha recogido la historia de Jeremías después de la caída de<br />

Jerusalén, pero resulta un tanto inexacto, pues en realidad hay muy<br />

pocos oráculos. Algunos investigadores no admiten 40,7-41,18, puesto<br />

que en este pasaje no se menciona al profeta; pero esta sección expone<br />

el trasfondo histórico necesario para entender la marcha de Jeremías a<br />

Egipto. Estos capítulos contienen muchos detalles acerca del período<br />

que siguió a la destrucción de Jerusalén y dan mucha luz para entender<br />

el relato paralelo de Re. Se hace notar, por la precisión, la intervención<br />

de un testigo presencial, que bien podría ser Baruc.<br />

a) JEREMÍAS EN MISPÁ (40,1-6). Nebuzaradán llegó a Jerusalén<br />

un mes después de que la ciudad fuera tomada (2 Re 25,8). Su misión<br />

consistía en quemar la ciudad y organizar las caravanas de deportados.<br />

Además traía el encargo de Nabucodonosor de tratar con humanidad<br />

al profeta y dejarle libre para que él mismo decidiera su destino (39,<br />

11-12). El rey de Babilonia debía estar informado de la política de sumisión<br />

que había aconsejado el profeta. Liberado después de la toma<br />

de Jerusalén, debió de ocurrir algún malentendido por el que Jeremías<br />

se vio en el grupo de los cautivos. 2-3. Baruc pone en labios del jefe<br />

babilonio este resumen de la predicación de Jeremías. 5. Godolías: Esta<br />

noble figura procede de una familia que había apoyado la reforma de<br />

Josías y la misión del profeta (cf. 26,24). Los caldeos debían saber que<br />

se había opuesto a la política de Sedecías. Una impronta de sello encontrada<br />

en Lakis, fechada en los comienzos del siglo vi, lleva la inscripción:<br />

«a Godolías, sobre la casa», es decir, primer ministro o intendente.<br />

Si este sello pertenecía realmente a este personaje, es que debía tener<br />

un puesto importante en la corte de Sedecías (cf. De Vaux, RB 45,<br />

96-102). 6. Mispá se localiza comúnmente en Tell en-Nasbeh, a unos<br />

13 kilómetros al norte de Jerusalén. En tiempos de los jueces y de Samuel,<br />

esta ciudad era un centro político y religioso (Jue 20,1-3; 1 Sm 7,<br />

5-14; 10,17). Si ahora es elegida como capital o centro administrativo<br />

es porque Jerusalén ha quedado prácticamente arrasada, como lo fueron<br />

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casi todas las ciudades importantes de Judá (cf. Albright, DEPC 253-54;<br />

cf. también BibArch 179). No hay señales de destrucción en Mispá durante<br />

este período (cf. K. Kenyon, Arqueología en Tierra <strong>San</strong>ta [Barcelona,<br />

s. f.], 297).<br />

b) LA COLONIA DE MISPÁ (40,7-12). Godolías trató de reorganizar<br />

la pequeña colonia de supervivientes. El futuro dependía de una<br />

verdadera sumisión a los babilonios. Aunque Judá no era ya otra cosa<br />

que una provincia babilónica, todavía le era posible mantener su propia<br />

identidad; no habían sido enviados extranjeros a colonizar su territorio<br />

y tenía un gobernador de su propia raza, lo que no había ocurrido con<br />

el reino del norte en 721 (2 Re 17,24ss). 7-9. Las noticias sobre la<br />

nueva organización política son idénticas a las de 2 Re 25,22-24.<br />

10-12. La vida recobra su curso normal. Los invasores habían respetado<br />

las cosechas, porque eran excepcionalmente buenas. De hecho, eran<br />

ellos los que iban a disfrutar de sus ventajas. Sobre la tierra devastada<br />

corre un aire de esperanza.<br />

104 c) ASESINATO DE GODOLÍAS (40,13-41,3). 13-16. La única fuente<br />

de información de que disponemos sobre la conjura. Baalís, rey ammonita,<br />

es presentado como su principal instigador. En 594-593, los<br />

reyes de TransJordania intentaron convencer a Sedecías para que entrase<br />

en la coalición de los estados occidentales para derrocar el dominio de<br />

Babilonia (cf. cap. 27). A Baalís no debió de gustarle que Godolías fuese<br />

nombrado gobernador. La negativa de éste a admitir que se estuviese<br />

tramando una conjura contra su vida es otra señal de su noble carácter.<br />

41,1-3. El asesinato mismo es consignado mucho más brevemente en<br />

2 Re 25,25. Ismael, de origen real, debió de sentirse perturbado al comprobar<br />

que la dinastía davídica había sido suplantada, o quizá apoyaba<br />

al partido antibabilonio. Sean los que fueren los motivos, lo cierto es<br />

que Baalís vio en él el instrumento ideal. El brutal asesinato produjo<br />

consternación en los judaítas, que conmemorarían esta fecha con un<br />

ayuno, del que ya hay testimonios a finales del exilio, el día tercero de<br />

Tisri, es decir, a finales de septiembre (Zac 7,5; 8,19).<br />

d) ASESINATO DE UNOS PEREGRINOS (41,4-10). Dos días después,<br />

Ismael volvió a derramar más sangre por alguna razón que nos es desconocida.<br />

Los peregrinos, ostentando señales de duelo, procedían de los<br />

tres centros cultuales de Israel del Norte (cf. 16,6; 48,37). Su peregrinación<br />

hacia el templo en ruinas, para presentar unas ofrendas, demuestra<br />

que Jerusalén seguía siendo el más importante centro religioso para<br />

honrar a Yahvé. Los ritos de duelo se mantuvieron durante todo el exilio,<br />

en las ruinas de la ciudad y de su templo (Lam; Sal 74; 79; Is 63,7-<br />

64,12). 9. Asá realizó algunas construcciones en Mispá (1 Re 15,22);<br />

es posible que las excavaciones de Tell en-Nasbeh hayan descubierto esta<br />

cisterna (cf. F. X. Abel, Géographie, II [París, 1938], 389).<br />

e) HUIDA Y PÁNICO (41,11-18). Pasó algún tiempo antes de que<br />

Yojanán oyera hablar del crimen. Es probable que Ismael aguardase a<br />

que Yojanán se ausentara, por estar al tanto de las sospechas de éste.<br />

12. grandes aguas de Gabaón: Este sitio debe relacionarse con el «Gran

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