Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
594 ISRAEL Y SUS VECINOS 11:21-22<br />
(ca. 984-950), con cuya hija se casó (aspecto sustancial en estas relaciones<br />
debió de constituirlo el comercio de carros y caballos). Hadad de<br />
Edom huyó a Egipto a fin de escapar de la matanza organizada por Joab<br />
(1 Re 11,14-22). También un faraón egipcio capturó a Guezer, haciendo<br />
donación del lugar y sus restos a su hija, esposa de Salomón (1 Re 9,<br />
16). Ninguno de estos acontecimientos fue consignado en documentos<br />
egipcios.<br />
El primer faraón expresamente nombrado en la Biblia es Sesonq I<br />
(ca. 935-919), un libio. Aunque los libios habían sido derrotados por<br />
Ramsés III al menos en dos ocasiones distintas, lo cierto es que fueron<br />
ganando cada vez más influencia en los asuntos egipcios a través del<br />
servicio militar en calidad de mercenarios, llegando a integrar la mayor<br />
parte del ejército. Sesonq fundó la XXII dinastía y reinó en el delta del<br />
Nilo, con Bubastis como capital. Si bien sus intenciones para con Israel<br />
parecían amistosas, en realidad estaba esperando una oportunidad para<br />
apoderarse del país, muy codiciado por Egipto, que en realidad nunca<br />
había perdido del todo el control sobre aquél. De ahí que recibiera bien<br />
a Jeroboam cuando éste huyó de junto a Salomón (1 Re 11,40) y, a<br />
instigación de Jeroboam (ca. 922-901), atacase a Judá, llevándose como<br />
botín grandes cantidades procedentes de los tesoros del templo (cf. 1 Re<br />
14,25-26; 2 Cr 12,9-10). Los egipcios no consignaron por escrito los<br />
resultados de esta campaña, por lo que nosotros sabemos, pero sí grabaron<br />
en el muro sur del templo de Karnak, en Luxor, una lista fragmentaria<br />
de las ciudades conquistadas (ANET 242-43). El botín conseguido<br />
en estas expediciones militares permitió a Sesonq y a sus sucesores<br />
proseguir el ambicioso programa de construcciones que se habían propuesto.<br />
Sin embargo, la impresión de poderío que dejó tras sí esta campaña<br />
no tenía base firme alguna. Egipto no sería capaz de hacer frente<br />
poco después a los ejércitos asirios. Conquistar una Jerusalén debilitada<br />
era una cosa, pero resistir a la poderosa Asiría ya era muy distinto (para<br />
un extenso estudio de la campaña de Sesonq contra Jerusalén, cf. J. Simons,<br />
Handbook for the Study of Egyptian Topographical Lists [Leiden,<br />
1937], 89-102, 178-87).<br />
22 El faraón Zéraj, del que se habla en 2 Cr 14,9-10, diciendo que<br />
es un etíope derrotado por Asá, rey de Judá (ca. 913-817), es difícil de<br />
identificar. Equipararlo a Osorkón I, sucesor de Sesonq, no pasa de ser<br />
mera conjetura. Lo niegan firmemente L. Hartman y A. van den Born<br />
(DiccBib 2083). Es cierto que hacia 715 los etíopes, que ya controlaban<br />
el alto Egipto, lograron conquistar el resto de aquel país.<br />
La identidad de So, rey de Egipto (2 Re 17,4), ha constituido un<br />
problema durante mucho tiempo, pero hoy se cree que, en realidad,<br />
nunca ha existido tal persona. En este verso podría leerse «a Sais, al rey<br />
de Egipto». Por entonces era faraón Tefnakte, que era un aliado potencial<br />
de Oseas de Israel en su revuelta contra Asiría (cf. H. Goedicke,<br />
BASOR 171 [1963], 64-66).<br />
En 2 Re 19,9 (cf. Is 37,9) es mencionado Tirhaká (ca. 690-664);<br />
se trata del tercer rey de la XXV dinastía (etiópica); fijó su residencia<br />
11:22-23 ISRAEL Y SUS VECINOS 595<br />
en Tanis, desde donde le era posible seguir con mayor atención la marcha<br />
de los acontecimientos y atizar las posibles sublevaciones antiasirias<br />
en Tiro y Sidón. Se afirmó que estaba preparado para atacar a Senaquerib<br />
cuando éste ponía cerco a Jerusalén; pero, de hecho, al año siguiente<br />
el monarca asirio derrotó a los egipcios en Elteké, al sur de Palestina.<br />
En el año decimocuarto de Ezequías (2 Re 18,13) —es decir, en 701—,<br />
Tirhaká sólo tendría ocho años. De ahí que, aparte del cerco de 701, se<br />
requiere un segundo asedio de Jerusalén en 689-686, cuando ya Tirhaká<br />
estaría en edad de conducir un ejército, ocasión también en que el rey<br />
asirio avanzó hacia Pelusio, junto a la frontera egipcia, donde se vio<br />
detenido por una epidemia (Is 37,36; sin embargo, cf. Brevard Childs,<br />
Isaiah and the Assyrian Crisis [Londres, 1967], 69-103). La Biblia no<br />
nos da más noticias sobre Tirhaká (para más detalles, cf. DiccBib 1946;<br />
J. Jannsen, Bib 34 [1953], 23-43).<br />
En 671, Asarjaddón de Asiría (ca. 680-669), perdida la paciencia<br />
por las continuas intrigas de Egipto, marchó contra este país, tomando<br />
el delta y Menfis. Tirhaká huyó a Tebas, y desde aquí, mediante intrigas<br />
con los gobernadores egipcios dejados por Asarjaddón, recuperó Menfis<br />
para Egipto en 669. Tres años pasaron hasta que Asurbanipal (ca. 668-<br />
663) envió otro ejército asirio contra Egipto, volviendo a tomar Menfis<br />
y obligando a Tirhaká a huir de nuevo. Este murió dos años después, y<br />
su sobrino Tanutamón (ca. 663-656) fue coronado en Napata (Etiopía).<br />
Sus esfuerzos por reconquistar Egipto provocaron una nueva invasión<br />
asiría. En esta ocasión fue totalmente saqueada Tebas (663), hecho que<br />
causó una impresión profunda y duradera en todo el Cercano Oriente<br />
(cf. Nah 3,8-10, escrito probablemente unos cincuenta años después de<br />
lo ocurrido). De esta forma terminó la XXV dinastía (etiópica; cf. ANET<br />
296, para la versión asiría de los hechos).<br />
23 No duró mucho el dominio de Asiría sobre Egipto: diez años a<br />
lo sumo. Psammético I (ca. 663-609), que había sido nombrado gobernador<br />
de Atribis, se sublevó contra los asirios y los expulsó del país.<br />
Hacia 653, Egipto ya era libre. Psammético era egipcio y fundó la<br />
XXVI dinastía (ca. 663-525). Bajo su gobierno se intensificó el comercio<br />
con los fenicios y los griegos, y Heródoto nos informa que este rey<br />
invadió Canaán y puso cerco a Asdod. Entre el pueblo cobró vida un<br />
sentimiento de admiración hacia la pasada gloria de Egipto, con el resultado<br />
de una fuerte tendencia arcaizante en la lengua, el arte y la<br />
religión. Las tumbas se adornaban con escenas e inscripciones halladas<br />
en los enterramientos del antiguo y del medio Imperio. Se estudiaron<br />
y restauraron los antiguos monumentos, imitándolos también en los<br />
nuevos. Se intensificó el estudio de la literatura clásica, desarrollándose<br />
un intenso esfuerzo por recuperar su estilo y su espíritu. A los funcionarios<br />
egipcios se les dieron títulos antiguos. Antes de que cayera en<br />
una especie de esterilidad, este renacimiento infundió nuevo vigor al<br />
espíritu egipcio; en 616, Psammético, alarmado por el repentino auge<br />
de Babilonia, se unió a los asirios en una coalición contra esta nueva<br />
potencia.