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Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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486 1-2 SAMUEL 9:66-67<br />

las dos puertas, v. 24; etc.). 19-23. Joab lleva la contraria a Ajimaas<br />

precisamente porque la noticia es mala; mejor será dejar que la lleve el<br />

cusita, pero al final deja que Ajimaas salga corriendo detrás del otro.<br />

24-33. El verso final es 19,1 en el TM. En esta notable descripción<br />

destacan perfectamente la tensión y ansiedad en que se hallan sumidos<br />

David y el vigía. Se toma por buena señal el hecho de que el mensajero<br />

llegue solo, pues las malas noticias hubieran sido traídas por un grupo<br />

de fugitivos. En su respuesta, Ajimaas oculta la muerte de Absalón y<br />

deja que la anuncie el cusita. El dolor que David siente por Absalón es<br />

indudablemente sincero, aunque nunca logró entenderse con él en vida.<br />

66 K) La restauración (19,1-43). El TM adelanta en uno la numeración<br />

de los versos a lo largo de todo el cap. 19. David dilata su regreso<br />

a Jerusalén, aparentemente a causa del luto por Absalón. Comienza<br />

el lento proceso de la reconciliación y la restauración. 1-8. Cuando<br />

el dolor de David empieza a mostrarse excesivo interviene Joab, hombre<br />

duro, como corresponde a un soldado, pero fidelísimo hacia David.<br />

Joab sabe apreciar la situación con exactitud (vv. 5-7), como podrá comprobar<br />

el mismo David (v. 8). 9-15. Las tribus del norte parecen dispuestas<br />

a aceptar a David (vv. 9-10), quien actúa inmediatamente para<br />

que los jefes de su propia tribu, Judá, no sean los últimos en llamarle.<br />

David supo quiénes eran los verdaderamente leales a su persona y quiénes<br />

no (cf. 20,lss). Una vez más da pruebas de su astucia política. El<br />

perdón concedido a los rebeldes se extiende incluso a Amasa, al que nombra<br />

general en lugar de Joab (seguramente quería tomar represalias contra<br />

éste por la muerte de Absalón). 16-23. Cf. 16,5-14. David hace gala<br />

de una gran tolerancia con respecto a Semeí, haciendo caso omiso de<br />

las objeciones del siempre violento Abisay (16,9); más tarde, los acontecimientos<br />

demostrarían que estaba muy lejos de olvidar el agravio de<br />

Semeí (1 Re 2,8-9).<br />

24-30. No está del todo claro quién de los dos miente, Sibá o Mefibóset.<br />

Sibá se apresura a llegar al Jordán para recibir a David antes de<br />

que lo haga el lisiado hijo de Jonatán (v. 17). Sibá parece haber prosperado<br />

mucho, mientras que a Mefibóset los acontecimientos le han perjudicado<br />

(v. 24). David mantiene su anterior decisión. La desprendida<br />

actitud de Mefibóset (v. 30) hace que el rey parezca más mezquino.<br />

31-40. En pago por su leal apoyo (17,27-29), David propone a Barzillay<br />

que le siga a la corte. Este describe de manera muy expresiva su avanzada<br />

edad. Pide al rey que se lleve, en cambio, a Kimham (no es seguro<br />

que sea la misma persona de que habla Jr 41,18), su «siervo», y David<br />

accede. Después de dirigir al anciano una conmovedora despedida (v. 39),<br />

David prosigue hasta Guilgal acompañado por distintos grupos del norte<br />

y del sur que distan mucho de sentirse unidos. 41-43. El altercado entre<br />

«Israel» y «Judá» termina de manera favorable a Judá, pero las semillas<br />

del descontento florecerán en rebelión (cap. 20).<br />

67 L) Sublevación de Seba (20,1-26). Esta sublevación no debe entenderse<br />

únicamente como un reflejo de la antigua rivalidad entre las<br />

casas de Saúl y David, sino más todavía como una manifestación de la<br />

9:67-68 1-2 SAMUEL 487<br />

hostilidad entre Judá e Israel (19,41-43). 1-2. El grito de rebelión,<br />

«cada hombre a sus tiendas, oh Israel» (alzado también en Siquem,<br />

1 Re 12,16) recuerda el talante nómada, independiente, que nunca llegó<br />

a extinguirse del todo. 3. El secuestro del harén se hace necesario después<br />

de lo hecho por Absalón (cf. 16,21-22). 4-10. Tal como había prometido,<br />

David hace a Amasa comandante de su ejército (19,13), pero<br />

la lentitud con que éste actúa obliga a David a confiar la tarea de sojuzgar<br />

la revuelta a Abisay con las tropas de su guardia personal. Joab<br />

no se deja eliminar tranquilamente, y mata con engaños a Amasa; la<br />

«gran piedra» es, probablemente, la de un altar situado en Gabaóti,<br />

donde Salomón haría después sacrificios (1 Re 8). 11-13. Naturalmente,<br />

Joab toma el mando y su causa se identifica con la de David (v. 11).<br />

14-22. La persecución de Seba llega hasta Abel-Bet-Maaká (Tell Abil,<br />

a unos 20 kilómetros al norte del lago Hule). El asalto de Joab termina<br />

con la solución propuesta por una «mujer sabia». En una horripilante<br />

escena, la cabeza de Seba es arrojada por encima del muro, con lo cual<br />

se da por terminada la sublevación. El proverbio citado en el v. 18 sugiere<br />

que la ciudad era famosa como centro de sabiduría y juicio. La<br />

metáfora de la madre y las hijas (v. 19) quiere decir ciudades y aldeas<br />

que de eíías dependen. 23-26. Cf. comentario sobre 8,16-18. Adorain<br />

es el Adoniram que también será empleado en tiempos de Salomón<br />

(1 Re 4,6; 12,18). áeba (v. 25) recibe diferentes nombres: Serayá (8,<br />

17), Savsa (1 Cr 18,16) y Sisa (1 Re 4,3). Irá, procedente del clan de<br />

Yaír (Nm 32,41), es identificado por algunos con un héroe de David:<br />

«Irá el itrita» (23,38). La «historia de la sucesión», como Rost la entiende,<br />

prosigue en 1 Re 1-2, pues el relato trata de dar respuesta a la<br />

cuestión básica: «¿Quién sucederá a David?». La solución llegará únicamente<br />

con la victoria de Salomón sobre Adonías.<br />

VI. Apéndices (2 Sm 21,1-24,25).<br />

68 A) El hambre y la ejecución de los descendientes de Saúl (21,<br />

1-14). Este terrible acontecimiento debió de ocurrir a comienzos del reinado<br />

de David (cf. 9,1; 16,8). 1. El hambre es interpretada como un<br />

castigo enviado por Dios a causa del juramento hecho a los gabaonitas<br />

y que fue quebrantado por Saúl con una matanza que no es consignada<br />

por la Biblia. 3-6. La culpa de sangre ha de ser eliminada, y David accede<br />

a la petición de los gabaonitas, dejándoles también que elijan la<br />

forma en que ha de realizarse el castigo. Los gabaonitas piden y obtienen<br />

que les sean entregados siete descendientes de Saúl. 7-9. David perdona<br />

al hijo de Jonatán, entregando a dos hijos y cinco nietos de Saúl<br />

(hijos de Merab, de acuerdo con los LXX). El tiempo designado como<br />

«el comienzo de la cosecha de la cebada» es abril-mayo, y el v. 10 indica<br />

que los cuerpos quedaron expuestos durante todo el verano, hasta la<br />

temporada de las lluvias, en el otoño. 10-14. Se corre la voz de la valiente<br />

devoción demostrada por Rispa (vv. 10-11), y David reacciona<br />

favorablemente. Reúne los huesos de Saúl y Jonatán con los de los ejecutados<br />

para sepultarlos juntos. Selá es una de las ciudades pertenecientes<br />

a Benjamín (Jos 18,28), entre Jerusalén y Gabaón.

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