Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan

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haber llevado con éxito una guerra de liberación contra el hijo (nieto)
de Omrí (cf. ANET 320-21; ANE 209-10; R. E. Murphy, CBQ 15
[1953], 409-17). 7. Joram mantiene la alianza entre Judá e Israel, que
venía de tiempos de Josafat y Ajab (1 Re 22), consolidándola mediante
el matrimonio de su hermana Átalía y el príncipe heredero de Judá,
Joram (8,18). Un motivo especial de esta alianza con Judá y Edom eran
los planes que tenía Joram de atacar indirectamente a Moab, llevando
sus ejércitos a través de Judá y Edom para bordear el extremo del mar
Muerto y atacar así a Moab por el sur, mejor que a través de la frontera
común entre Israel y Moab, al norte del río Arnón (v. 8). 11. el que
vertía agua: Elíseo era criado y discípulo de Elias (1 Re 19,21), lo mismo
que Guejazí lo era de Elíseo (4,12). 15. un ministril; Elíseo demuestra
ser un típico miembro de los gremios proféticos en este detalle de
prepararse mediante la música para la comunicación con Dios (1 Sm
10,5ss).
20. repentinamente vino el agua: Si los ejércitos de los tres reyes
estaban acampados en Wadi el-Hesa, sobre el torrente Zered, que señala
la frontera entre Edom y Moab, y que era en punto adecuado para iniciar
una invasión de este último país por el sur, es probable que la repentina
avenida de las aguas fuese consecuencia de una tormenta caída
sobre las tierras altas de Edom, que hizo rebosar las gargantas y los
wadis que desembocan en el Zered, con lo que se cumplió la predicción
de Elíseo (w. 16-17). Los beduinos dan a este fenómeno el nombre de
seil. 23. esto es sangre: Pudo ocurrir que el agua, vista sobre un fondo
de arenas rojas y a la luz del amanecer, presentase el aspecto de sangre,
por un efecto de espejismo; también es posible que el autor haga un
juego de palabras entre los términos hebreos «sangre» (dám) y «Edom»
Cédom), insinuando que los moabitas creyeron erróneamente que los
edomitas se habían sublevado contra sus aliados del norte. 25. Quir-
Jeres: Capital del antiguo Moab (cf. Is 16,7.11; Jr 48,31.36), es la
moderna Kerak. 27. holocausto: La inmolación de niños era rara, pero
no desconocida en los tiempos antiguos, especialmente en los países en
que se rendía culto a Baal (cf. 1 Re 16,34; en cuanto a los casos excepcionales
dentro de Israel, cf. Jue ll,29ss; 2 Re 16,3). cólera contra
Israel: Lo más verosímil es que los israelitas levantaran el asedio por un
miedo supersticioso a las consecuencias que pudiera traer el juramento
de Mesa a Kemós, el dios de Moab. Es posible, sin embargo, que el
sacrificio del príncipe heredero llenara de tal coraje a los sitiados, que
éstos, en un esfuerzo desesperado, lograran rechazar a los invasores
(cf. Jos 9,20; Albright, ARI 164; De Vaux, IAT 560, 564; M-G,
Kings, 364).
51 c) LAS «FLORECILLAS» DE ELÍSEO (4,1-8,15). Semejantes a las
simples y deliciosas leyendas que se cuentan de san Francisco y sus
compañeros de la Porciúncula y los Carceri, estas «florecillas» de Elíseo
son prueba del impacto, profundo y duradero, que la personalidad del
profeta debió de causar en sus discípulos. Es imposible decir dónde termina
la realidad y empieza la fantasía.
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i) La viuda pobre (4,1-7). 1. esposa: El relato nos da una prueba
indirecta de que los miembros de los gremios proféticos estaban casados,
a pesar del hecho de que casi siempre vivían en comunidad (cf. 4,
38-41). esclavos: La ley no permitía que un israelita redujera a sus conciudadanos
a perpetua esclavitud (Lv 25,46). Pero se podía vender como
esclavos temporales a los israelitas a fin de que pagaran sus deudas (Ex
21,7; Is 50,1), y en muchos casos debió ocurrir que los israelitas fueran
hechos esclavos a perpetuidad, a pesar de la ley y los fuertes sentimientos
en contra (cf. Neh 5,1-13; Jr 34,14; Ex 21,16; Dt 24,7; De Vaux,
IAT 127-29).
n) La mujer rica de Sunem (4,8-37). El relato de 8,1-7 es continuación
de la presente narración y se separó probablemente porque
se sitúa en el período siguiente a los siete años de hambre de que
se habla en 4,38. 13-15. La conversación indirecta de Elíseo a través de
Guejazí y la sucesión de los verbos ponen de relieve la delicadeza tanto
de Elíseo como de su huésped, pues no era cosa habitual que una señora
visitara a un hombre en sus habitaciones privadas. La intercesión de
Elíseo ante el rey podría significar una reducción de impuestos o cualquier
otro favor semejante, pero la mujer replica con cierto orgullo que
su «propia gente» puede cuidar de ella. 23. ni novilunio ni sábado: Son
las fechas adecuadas para hacer una peregrinación y visitar a un hombre
de Dios. 29. no le saludes: Eran cosa acostumbrada los saludos ceremoniosos;
prescindir de ellos es señal de que se lleva una comisión urgente
(cf. Le 10,4). 34. boca sobre boca: Cf. 1 Re 17,17ss; Act 20,9ss.
ni) La'olla envenenada (4,38-41). 38. hambre: Se trata, al parecer,
de la misma que se menciona en 2 Re 8,1-7. sentada ante él: Elíseo
está predicando o haciendo una instrucción. Era costumbre que los
discípulos estuvieran sentados ante el maestro y repitieran sus palabras;
de ahí que a una escuela se le diera el nombre de Yesivá, «sentada».
39. calabazas: La «coloquíntida» es una planta rastrera que produce un
fruto parecido al melón, pequeño y amarillo, de sabor amargo y con un
violento efecto purgante. 41. trae harina: La mezcla de la harina contrarrestó
el efecto de las calabazas.
iv) Multiplicación de los panes (4,42-44). 42. Baal-Salisá: La moderna
Kefr Tilt, a 24 kilómetros al norte de Lidda (cf. 1 Sm 9,4). primicias:
Consisten en panes hechos con el grano procedente de la cosecha
recién recogida. 43. así dice el Señor: Esta fórmula, que es la acostumbrada
para introducir un relato de predicción y cumplimiento, va
seguida en el v. 44 de la correspondiente a la realización: «de acuerdo
con la palabra del Señor».
52 v) Naamán el leproso y Guejazí (5,1-27). El relato comienza
con la curación de Naamán por Eliseo (vv. 1-19) y concluye con un
episodio relacionado con Guejazí, el criado del profeta (vv. 20-27).
1. rey de Siria: Probablemente Ben-Hadad (cf. 2 Re 8,7). leproso: Con
este término se designa a los verdaderos enfermos de lepra y a los que
padecen otros varios males, de los que algunos tienen curación (cf. Lv
13) y otros no. Lo normal era que la víctima sufriese cuarentena, pero