Comentario Biblico San Jeronimo 01.pdf - Comunidad San Juan
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716 ISAIAS 1-39 16:15<br />
raba «juicio» (mispát) y todo lo que encontró fue «derramamiento de<br />
sangre» (mispáh); esperaba «justicia» (fdáqd), pero sólo halló un<br />
«clamor» (f'áqá). Mispát era, fundamentalmente, un juicio, la voluntad<br />
de Dios revelada que abarcaba todos los deberes del hombre para con<br />
Dios, para con los otros hombres y para consigo mismo. S'dáqá era el<br />
término correlativo de mispát y significa todo lo que va de acuerdo con<br />
aquella exigencia divina. Podía aplicarse a cualquier tipo de obligación<br />
o al hombre que vive de acuerdo con mispát. Nosotros traducimos el<br />
término por «justicia», que significa tanto el cumplimiento del deber<br />
como la situación del hombre que lo cumple.<br />
T. de Orbisio, El cántico a la viña del amado (Is 5,1-7): EstEc 34 (1960),<br />
715-31.<br />
15 D) Los ayes (5,8-30). A continuación del cántico de la viña<br />
viene una serie de seis «ayes» contra la corrupción de Judá y su aristocracia<br />
decadente en el siglo vni. 8. La construcción de edificios suntuosos,<br />
quitando a otros sus propiedades, era un abuso muy difundido. La<br />
concentración de la propiedad en manos de unos pocos (latifundio) era<br />
contraria a la antigua tradición israelita de pequeñas propiedades. El<br />
episodio de Nabot (1 Re 21) debía de estar todavía reciente en el recuerdo<br />
del pueblo (E. Gerstenberger, JBL 81 [1962], 249-63). 9. Los<br />
acaparadores de terrenos conseguirán el aislamiento, pero será el de la<br />
devastación. 10. No es posible dar el equivalente moderno de estas<br />
medidas de peso. Cf. De Vaux, IAT 281-88). 11. Cf. Is 28,1.7-8, donde<br />
hay una acusación semejante contra los bebedores. 12. En la teología<br />
de los profetas es tema básico el de la presencia activa de Dios en la<br />
historia, dominando los acontecimientos humanos. Los hombres de Judá<br />
estaban demasiado embotados con la bebida como para dedicar un pensamiento<br />
a Dios. 13. porque no comprenden: No tienen «conocimiento»<br />
de Dios (dáat), es decir, carecen de integridad moral o de buena disposición<br />
para practicar la moral tradicional hebrea como respuesta al<br />
don divino de la alianza (cf. J. L. McKenzie, JBL 74 [1955], 22-27).<br />
Oseas hace mención de este conocimiento de Dios en 4,1 y 6,6.<br />
14-16. Estos versículos puede que estén fuera de contexto. Se ha sugerido<br />
que pertenecen al oráculo de 2,6-22. Se describe el «mundo inferior»<br />
como un monstruo dispuesto a devorar a los hombres. 18. Un texto<br />
cananeo procedente de Ras-Samra (49,2.28-30) nos permite proponer<br />
la siguiente traducción para este difícil refrán:<br />
Ay de aquellos que arrastran la iniquidad con dogal de oveja<br />
y el pecado con ronzal de ternera.<br />
La idea es que el pecador está tan apegado a sus pecados como lo<br />
está un hombre al dogal con que arrastra una oveja o una ternera<br />
(cf. M. Dahood, CBQ 22 [1960], 74-75). En otras palabras, el pecador<br />
está uncido a su pecado. 20. Se alcanza el nivel ínfimo de la depravación<br />
moral cuando el individuo ya no es capaz de distinguir entre el<br />
16:16 ISAIAS 1-39 717<br />
bien y el mal moral. No se podría hallar mejor forma de describir lo<br />
que ha llegado a ser un hombre sin principios. 25. por todo esto, su<br />
cólera no se ha echado atrás: En cuanto a este estribillo, cf. 9,11.16.20<br />
y 10,4. La cólera de Dios no puede considerarse al modo humano, como<br />
una especie de enfado más violento, sino que en realidad es el complemento<br />
de su amor, dando a este amor profundidad y misterio. La cólera<br />
divina es el desastre inevitable a que llegarán los que rechazaron el amor<br />
de Dios. 26. Los asirios son los invasores, llamados mediante señales,<br />
para que ejecuten el mandato de Dios. Nótese cómo se sugieren a base<br />
de las imágenes de los vv. 26-29 la rapidez, fuerza disciplinada y furor<br />
de las bien equipadas huestes (en el v. 30 hay una dittografía de 8,22).<br />
16 E) Visión inaugural (6,1-13). Lo normal sería encontrarnos con<br />
este capítulo al comienzo de la profecía. Posiblemente sólo se consignará<br />
por escrito después que se hubieron cumplido las amenazas de los versículos<br />
finales. Actualmente sirve como un majestuoso prólogo al Libro<br />
del Emmanuel (7,1-12,6). Lo que aquí nos relata Isaías acerca de su<br />
impresionante encuentro con el <strong>San</strong>to es esencial para comprender toda<br />
su vida y su mensaje.<br />
1. La muerte de Ozías en 742, después de un reinado que se prolongó<br />
durante más de cuarenta años, significó el final de una época<br />
marcada por la prosperidad y una gran seguridad. Quizá sea intencionado<br />
el contraste entre la condición mortal del hombre y la gloria eterna del<br />
Dios trascendente. 2. unos serafines se mantenían por encima de él: La<br />
escena se desarrolla en el templo de Jerusalén, probablemente en un<br />
día de gran fiesta. Los seres semihumanos dotados de seis alas aparecen<br />
con frecuencia en obras de arte del antiguo Oriente (VBW 3, 27).<br />
3. La santidad de Dios es tema central en Isaías, quien muchas veces se<br />
refiere a él llamándole «el <strong>San</strong>to de Israel»; la triple repetición expresa<br />
el superlativo: Dios es el absolutamente santo. La santidad es la cualidad<br />
esencial de Dios. La amplia gama significativa del término índica<br />
su alteridad, total trascendencia, radical separación de todo lo que es<br />
pecaminoso o simplemente limitado. La «gloria» de Dios es la irradiación<br />
de su santidad sobre el mundo. Se discute el sentido del título «Dios<br />
de las Huestes» (Yahvé Sebaot). «El crea los ejércitos [de Israel]»<br />
parece cuadrar mejor con los datos de que disponemos. Con toda verosimilitud,<br />
la expresión formaba parte del nombre sagrado que se daba al<br />
arca que acompañaba a Israel en la batalla. Dios como guerrero es una<br />
idea sumamente importante a lo largo de todo el AT (cf. D. N. Freedman,<br />
JBL 79 [1960], 156; R. Abba, JBL 80 [1961], 320-28). 4. y la<br />
casa estaba llena de humo: Signo de la presencia divina, el humo equivale<br />
a la nube de gloria que llenaba el tabernáculo durante la estancia<br />
en el desierto (Ex 40,34). Velaba a la vez que revelaba aquella presencia.<br />
5. ¡ay de mí; estoy condenado'.: ¿Podrá un hombre ver a Dios y<br />
seguir viviendo (Ex 33,20)? Isaías se sintió abrumado por el sentimiento<br />
de la propia indignidad, tanto más cuanto que pertenecía a un pueblo<br />
pecador. Todo el pasaje obtiene su fuerza de la inalterable oposición<br />
entre Dios y el pecado.