Ramon Florenzano y Beatriz Zegers – Psicologia Medica
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Personalidad 137<br />
la enfermedad a su vez es una carencia. Por ejemplo, la ceguera es falta de visión: la<br />
ausencia de ceguera, o sea la visión normal, sería así definida tautológicamente, como la<br />
carencia de una ausencia, lógicamente un doble negativo. Caemos así en un razonamiento<br />
circular. Otro problema que surge con esta definición es la de los cuadros subclínicos. Se<br />
puede estar enfermo sin tener síntomas como, por ejemplo, en el caso de una persona que<br />
tiene una carie indolora: tiene un problema objetivo, pero no le duele. Es el mismo caso<br />
de algunas enfermedades crónicas en sus períodos iniciales asintomáticos: en la diabetes<br />
o en la hipertensión la persona tiene señales de laboratorio o signos clínicos de la<br />
enfermedad, como una hiperglicemia o cifras tensionales elevadas, pero no presenta<br />
todavía síntomas. Hay pues ausencia de síntomas. pero presencia de signos. En definitiva,<br />
la relación entre salud y enfermedad es una gradiente, más que en un fenómeno dicotómico<br />
en todo o en nada. Más que blanco o negro, existen matices de grises con respecto<br />
al continuo salud-enfermedad.<br />
Normalidad como utopía. Esta definición corresponde a una ficción ideal de la<br />
personal totalmente sana, equilibrada, madura y estable. Muchos han señalado que la<br />
definición de normalidad psíquica es ideal, y en el sentido etimológico utópica (una<br />
utopía es una situación que no tiene existencia real en ninguna parte: de a : desconocido;<br />
topos : lugar). Por ejemplo, para Freud el Yo normal no existe, y todos usamos algún<br />
mecanismo de defensa en mayor o menor medida. El mismo Freud, sin embargo, arriesgó<br />
una definición de salud mental, diciendo que es la"capacidad de trabajar, amat (lieben<br />
und arbeiten)". Un importante psicólogo del siglo XX, Carl Rogers, agregó a la definición<br />
de Freud: "y jurgar", sumando al punto de vista freudiano la necesidad de saber<br />
relajarse y descansar,Ta capacidad de jugar.<br />
En todo caso, esta visión utópica tiene utilidad como patrón de comparación o<br />
como objetivo. En la tradición cristiana de Occidente, la figura de Cristo ha sido vista<br />
como prototipo de la salud y equilibrio. Tomás de Kempis, en st Imitación de Cristo<br />
desarrolló la idea de que el crecimiento espiritual de todo cristiano es un camino de<br />
identificación con la figura de Cristo. Los mecanismos psicológicos que llevan a imitar<br />
a una figura señera tienen pues importancia en el desarrollo de los individuos, y las<br />
utopías pueden convertirse en realidades, tanto individuales como sociales. Los constructivismos<br />
sociales operan también así: modelan una sociedad como creen que tiene que<br />
ser, y luego tratan de cambiarla en el sentido del modelo.<br />
Normalidad como promedio estadístico. Esta definición se basa en la concepción<br />
de la estadísticamatemática y la curva gaussiana, que demuestra cómo diferentes<br />
características se transforrnan en distribuciones estadísticamente normales. Esta aproximación<br />
ha sido progresivamente utilizada en la medida que la ciencia experimental ha<br />
insistido en la cuantificación de los datos, y que predominan cadavez más las aproximaciones<br />
empíricas: la medicina basada en la evidencia actual es un ejemplo claro de ello.<br />
En psicología esta aproximación es especialmente nítida en algunos casos como, por<br />
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