Ramon Florenzano y Beatriz Zegers – Psicologia Medica
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Las etapas de la vida<br />
Psicopatología<br />
de la ancianidad<br />
239<br />
La pregunta acerca de cuán frecuentes son los trastomos psiquiátricos en la vejez,<br />
comienza a ser respondida por diferentes estudios epidemiológicos en este grupo de edad.<br />
La distribución relativa de dichos trastornos se subdivide en alrededor de la mitad del<br />
grupo (un 9%o de la población envejecida), que presenta desórdenes neuróticos, especialmente<br />
depresivos; un grupo de pacientes con síndromes psicoorgánicos (deterioros o<br />
demencias), y que coffesponden al5,60A de la población de más de 65 años; otro que tiene<br />
cuadros caracterológicos crónicos (3,6Vo) que conesponden a desórdenes de personali-<br />
dad. Éstos últimos generalmente vienen de antes, pero se agadizan con el correr del<br />
tiempo y finalmente el alcoholismo y abuso de otros fármacos (2o/o delos ancianos), que<br />
corresponde a veces a la mantención de problemas previos.<br />
La depresión es una de las alteraciones características de la ancianidad. Su<br />
etiología se liga frecuentemente a muchos de los factores psicológicos antes descritos:<br />
muchas veces son consecuencia de separaciones o pérdidas (sobre todo a la de la viudez),<br />
a la disnninución de la interacción social cercana, y a la sensación de soledad progresiva<br />
que es consecutiva a las pérdidas recién mencionadas. En la medida que desaparecen los<br />
seres queridos del ámbito cercano del anciano, éste se siente cada vezmásaislado y solo.<br />
Finalmente, el enfermar y la cercanía de la propia muerte también son un factor que puede<br />
producir depresión en la persona de edad.<br />
Los dos síntomas psiquiátricos más frecuentemente hallados en el anciano son la<br />
pérdida de la memoria y la depresión. Dichos sintomas se relacionan con los dos<br />
diagnósticos también más frecuentes: los cuadros demenciales y los depresivos. Diferentes<br />
estudios epidemiológicos recientes han llegado a conclusiones interesantes respecto<br />
a estos cuadros. Ellos parecen tener características diferentes: mientras que las demencias<br />
degenerativas primarias (DDP) de tipo Alzheimer, se comportan como enfermedades<br />
crónicas progresivas de etiología biológica con una relación directa con el proceso de<br />
envejecimiento, los cuadros depresivos que empiezan enlavejez,no apoyan ni una base<br />
biológica, ni una etiología ligada al proceso de envejecer.<br />
El proceso de separar lo normal de lo patológico en el anciano es complejo.<br />
Distinguir un estado de ánimo depresivo de una enfermedad depresiva mayor, o una<br />
falla cognitiva de una demencia degenerativa primaria no es una tarea fácil, ya que en<br />
ninguno de ambos desórdenes existen signos tipicos, ni exámenes de laborat o¡1o premortem<br />
adecuados. En psiquiatría, se ha tendido cadavez más a ttilizar criterios clasificatorios<br />
operacionales, que definan la enfermedad de acuerdo a nonnas objetivas que<br />
pueden ser detectadas<br />
incluso por observadores entrenados que no sean especialistas.<br />
La definición operacional del DSM-IV, el actual sistema clasificatorio americano, el<br />
diagnóstico de demencia degenerativa primaria es determinada por una combinación<br />
de historia clínica, hallazgos de examen mental, examen neurológico, y tests neuropsi-<br />
cológicos' Para hacer este diagnóstico, deben existir déficits, por lo menos, en dos áreas<br />
de funcionamiento (por ejemplo, memoria y lenguaje) con un empeoramiento progresi-