Ramon Florenzano y Beatriz Zegers – Psicologia Medica
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252 Psicología Médica<br />
situaciones muy queridas. El paciente gusta entonces de hallarse solo o en contacto con<br />
\a naturaleza, o en los entornos donde pasó buena parte de su vida. Cuando está<br />
hospitalizado, muchas veces pide el alta para retornar a su hogar.<br />
Para los profesionales que lo cuidan, surge aquí, típicamente cierto desconcierto<br />
frente a esta resignación del paciente a su destino. La actitud puede representar o una<br />
verdadera aceptación, o un querer dejar de luchar. La petición de alta, entonces, es a veces<br />
denegada, y la resignación vista como un fatalismo innecesario. Es importante distinguir,<br />
entonces, entre el paciente que no quiere luchar cuando tiene buenas posibilidades de<br />
sobrevida, o el que no quiere prolongar la espera de lo inevitable.<br />
En el último caso, aún en dicha etapa se mantiene cierta esperanza. La posibilidad<br />
de la recuperación, basada en la aparición de una nueva droga o en una cura milagrosa,<br />
en nuestra experiencia, se mantiene en la mayoría de los casos. Sieget ha descrito cómo<br />
esta actitud se halla en la base de muchos casos de personas que han experimentado<br />
recuperaciones dramáticas, muchas veces no entendibles para la ciencia médica.<br />
El paciente moribundo<br />
Ya dijimos que una parte importante de la vida de los médicos, se desarrolla alrededor<br />
del tema de la muerte. El enfrentar la muerte de los propios pacientes, y el comunicar esta<br />
cerleza a ellos y a sus familiares es una situación dificil para muchos médicos. Algunos<br />
tienen sus propios conflictos con el tema: ésta es una motivación frecuente para seleccionar<br />
carreras de la salud, y, por lo tanto, tienden sobreproteger a sus pacientes y evitan<br />
confrontarlos con un diagnóstico fatal.<br />
El comunicarle o no al paciente que va a morir, es una decisión compleja en la<br />
cual no caben reglas generales. Lamayoria de los pacientes graves, envían mensajes más<br />
o menos explícitos con respecto a su necesidad de saber qué les acontece. En nuestra<br />
experiencia, cuando los pacientes no quieren saber 1o que sucede aún cuando se les<br />
comunique la verdad, siguen defendiéndose activamente de acusar recibo del mensaje<br />
médico.<br />
En todo caso el error más frecuente es el opuesto: el no contar la verdad a un<br />
paciente que necesita saberla. Muchas veces se da una colusión entre el médico y sus<br />
familiares, que impide que el moribundo tome decisiones importantes, aclare situaciones<br />
pendientes, y cierre su ciclo vital sin experimentar conscientemente sus últimos días.<br />
Dicha actitud crea, asimismo, una atmósfera de secreto y desconfianza enfre el enfermo<br />
moribundo y sus familiares.<br />
Lo anterior se liga al hecho de que la muerte es un proceso natural, y hay que<br />
saber aceptarlo como tal. El otro tema vinculado a este concepto, es la eutanasia y la<br />
prolongación arlificial de la vida, lo que en la actualidad es tecnológicamente factible.