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24-VE-A-Savoir

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2. El Estado y las políticas públicas<br />

también las que están relacionadas con el cambio en el uso de suelos), que participa<br />

de manera determinante en sus emisiones. No obstante, faltan estadísticas recientes<br />

que tomen en cuenta al conjunto de las fuentes de emisión y a todos los países de<br />

la región. Es probable que la reducción importante de la deforestación en la Amazonia<br />

modifique de manera considerable la situación en las próximas revisiones.<br />

En relación al tema climático, los Estados latinoamericanos han cambiado de manera<br />

considerable. En lo general, antes de la conferencia de Copenhague en 2009 la<br />

mayoría se rehusaba a comprometerse con objetivos cifrados en la reducción de sus<br />

emisiones, ya fuera en virtud de un derecho a desarrollarse, que la mayoría de los<br />

países en desarrollo defienden, o en el caso de Brasil debido a un dogma diplomático<br />

que considera a ese tipo de compromisos internacionales como una traba para su<br />

soberanía nacional [ 137 ] .<br />

Hoy, la situación es muy diferente. Es cierto que la mayoría de los países adhieren y<br />

defienden la línea llamada de "responsabilidades comunes pero diferenciadas" que les<br />

permite reivindicar obligaciones diferentes a las de los países desarrollados. No obstante,<br />

cada vez mayor número de Estados de América Latina aceptan compromisos relacionados<br />

con la reducción de sus emisiones de GEI. Es el caso de Brasil, de Chile, de México…<br />

Esas posiciones voluntaristas tienen un interés estratégico. En primer lugar, tienen<br />

por objetivo un mejoramiento global de los países concernidos, a los que a menudo<br />

se denuncia por el deterioro de su medio ambiente. Al mostrar buena voluntad en<br />

ese ámbito, esperan tener acceso a los fondos que se van a promover para ayudar<br />

a una transición hacia economías de bajo carbono así como ser prioritarios en el<br />

marco de los mecanismos de Reducting Emissions from Deforestation and Degradation<br />

que se decidieron en Cancún. Estos últimos buscan valorizar la deforestación evitada.<br />

Dada, por ejemplo, la importancia de la reducción de la deforestación en la Amazonia,<br />

a término Brasil espera recibir miles de millones de dólares de esos proyectos. En<br />

ese sentido ya instauró un "fondo Amazonia" para atraer a los donantes y en el 2009<br />

Noruega prometió mil millones de USD.<br />

No obstante, el fracaso de la iniciativa Yasuni, en Ecuador, mostró claramente los límites<br />

que tienen esos proyectos. En 2007, el país había propuesto congelar la explotación de<br />

un yacimiento petrolero de manera a preservar la selva amazónica, si los donantes voluntarios<br />

le aportaban la mitad de lo que le hubiese generado la venta de ese petróleo, o<br />

[ 137 ] En la medida en la que las emisiones de GEI de Brasil están esencialmente relacionadas con la deforestación,<br />

aceptar objetivos cifrados de reducción equivale a aceptar una política de preservación estricta en la Amazonia,<br />

lo que Brasil rehúsa considerando que es contrario a su soberanía en esa zona.<br />

Enero 2014 / Los desafíos del desarrollo en América Latina / © AFD [ 331]

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