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DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

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zanja o excavación que recién se había hecho de unos 15 metros de largo por 2 de ancho, en<br />

cuyo fondo se encontraban colocados uno al lado de otro seis cadáveres envueltos en sacos”,<br />

declaró el doctor Neuman ante el juez Hernán Sánchez en junio de 1990 246 . Según le<br />

explicó un oficial eran las seis personas fusiladas el 29 de septiembre,<br />

Mientras llegaban los detenidos, Larraín pronunció una inflamada diatriba sobre la<br />

necesidad de “limpiar la patria” de estos “elementos”. “Lo que siguió a continuación se hizo<br />

en silencio, sin voces de mando; los prisioneros llegaron caminando hasta el lugar –dijo<br />

Alberto Neuman–; los tres primeros (Humberto Lizardi, Juan Valencia y Mario Morris)<br />

venían vendados y fueron situados frente al pelotón, uno al lado del otro, separados por<br />

unos dos metros. Un oficial dio la señal de disparar con la mano y entonces el pelotón<br />

compuesto por doce hombres disparó, cayendo muertos. En esos momentos el comandante<br />

Larraín me dijo que debía verificar la muerte de los fusilados, lo que hice constatando su<br />

muerte, con la excepción de uno de ellos, por lo cual el oficial procedió a darle el llamado<br />

‘tiro de gracia’ con un fusil. Los cadáveres de estas tres personas fueron envueltos en sacos de<br />

arpillera. Los mismos hechos se repitieron con otros dos prisioneros, que fueron fusilados<br />

en las mismas circunstancias”. 247<br />

En su memoria quedó grabado el último instante de los 26 años de Tito. “Es algo que<br />

no se me olvida. Parece que por una bala se le soltó la venda de los ojos. Pude ver sus ojos<br />

abiertos en una mueca de asombro, ni siquiera le dio tiempo a gritar. La muerte les llegó<br />

como un relámpago y eso se notaba en los ojos de Humberto”.<br />

Pocas horas después, Augusto Pinochet aprovechó su discurso con motivo del primer mes<br />

del golpe de estado para intentar rebatir las críticas internacionales hacia su régimen: “Han<br />

olvidado que nuestros soldados siguen aún combatiendo contra grupos de extremistas armados<br />

que en la oscuridad hieren o matan en forma artera. Esta lucha heroica no es una<br />

lucha fratricida, por el contrario, es la batalla constante por extirpar de raíz el mal de Chile”. 248<br />

Los familiares conocieron las ejecuciones aquel mismo día cuando las emisoras de<br />

radio difundieron el bando nº 82 dictado por el jefe de la Zona de Estado de Sitio provincial,<br />

el general Carlos Forestier, que señalaba que un consejo de guerra los había condenado<br />

a muerte y que la pena se había cumplido. “Aquella tarde mi mamá iba a ir a misa para pedir<br />

por Tito, por eso al regresar del colegio me fui a la casa de mi abuelita, que estaba al lado de<br />

la nuestra. Entonces golpearon la puerta y una señora que vivía por allí cerca me dijo:<br />

‘Moirita, mijita ¿está tu mamá? Le dije que no y que si tenía algún recado para ella. ‘Es que<br />

246 Testimonio consultado en: http://www.memoriayjusticia.cl<br />

247 “La Comisión no puede sino presumir fundadamente que este Consejo de Guerra no se llevó a cabo,<br />

habiéndose formado convicción moral de que Julio Cabezas, José Córdova, Humberto Lizardi, Mario<br />

Morris y Juan Valencia fueron ejecutados por agentes del Estado”. Informe de la Comisión Nacional de<br />

Verdad y Reconciliación. Tomo 1. p. 254.<br />

248 Pinochet, Augusto: Realidad y destino de Chile. Editora Nacional Gabriela Mistral. Santiago de Chile, s.f.<br />

pp. 6-8.<br />

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