09.05.2013 Views

DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

A consecuencia de su empeño su casa fue allanada en varias ocasiones por agentes de<br />

la DINA y sus dos hijas mayores tuvieron que exiliarse en Suecia para evitar ser detenidas.<br />

“Venían y decían que Manuel no estaba en Villa Grimaldi, que teníamos el teléfono intervenido...<br />

Me preguntaban dónde estaba mi hijo, eso me indignaba porque yo sabía que<br />

conocían su paradero y así se lo decía. Era como una burla. Lo hacían para ver si íbamos a<br />

continuar buscándole y yo les decía que seguiríamos buscándole siempre”.<br />

El 8 de marzo de 1976, trece meses después de su desaparición, Luisa remitió esta<br />

carta al ministro del Interior, el general César Benavides: “La incomunicación a la que se<br />

encuentra sometido mi hijo se prolonga ya por más de un año, sin que se le permitan visitas<br />

de sus familiares o de su abogado que pueda prestarle la asesoría legal en caso de que requiera<br />

de defensa jurídica por cargos que se le pudieran formular en su contra. Todos los principios<br />

de carácter humanitario y todas las normas jurídicas universales tienden a garantizar<br />

los derechos de los detenidos por razones políticas y a evitar que se produzcan hechos como<br />

el que le toca vivir a mi hijo. Además, la legislación vigente en nuestro país sólo faculta al sr.<br />

ministro del Interior (por delegación de facultades) para detener personas en sus domicilios<br />

o en lugares que no sean cárceles, pero no lo faculta para someter a incomunicación a<br />

personas por periodos de tiempo que superan el año”. Por estas razones de carácter “humanitario<br />

y legal” Luisa Joo solicitó sin éxito al general Benavides información acerca del lugar<br />

donde estaba su hijo y en virtud de qué decreto permanecía detenido. 500<br />

A su juicio, la peor tortura que la DINA infligió a Manuel fue impedirle conocer a su<br />

hijo “y se llevaron presa a su esposa gordita de ocho meses para que la mirara y se derrumbara”<br />

501 . José Miguel Cortez vino a este mundo ya con su padre desaparecido y esta dramática<br />

circunstancia condiciona toda su vida: “De pequeño lo único que supe de él fue la parte<br />

buena, la parte como gran revolucionario, hasta los diez años le veía casi como un semi<br />

dios. Cuando tenía once o doce años pedí a mi mamá que me contara cosas ‘malas’ de él<br />

para formarme una idea de todo mi papá y no tener sólo lo bueno”.<br />

Pero no fue fácil porque Gabriela no quería hablarle mucho de él para protegerle y<br />

protegerse del dolor. “Mi mamá llegó a Suecia con 29 años y un niño recién nacido. Estuvo<br />

muy mal durante los primeros años, aún tenía las heridas demasiado abiertas, físicamente<br />

500 Morales T., Leónidas: Cartas de petición. Chile, 1973-1989. Planeta. Santiago de Chile, 2000. p. 112.<br />

501 Víctor Robinson, detenido en el Cuartel Terranova, recogió en su libro testimonial un “monólogo escuchado<br />

en el aire de los cajones de Villa Grimaldi”, en el que Manuel, “detenido en febrero de 1975”,<br />

habla con su hija de nueve años y su esposa. Ese prisionero podría haber sido Manuel Cortez, quien<br />

entablaría una conversación imaginaria con la criatura que esperaba Gabriela y que terminó con estas<br />

palabras: “Te ves linda amor, perdóname el haberte querido tanto. El haber fundido tu idea y la mía en<br />

una sola. Y dejarte a ti con tu fuerza y toda la mía... Ya se escuchan pasos... son ellos que vienen a rematar<br />

lo único que les di, mi carne... Adiós amor, que no te vean, llévate la vida que te la puedan quitar, de eso<br />

ellos no entienden”. Robinson, Víctor: Chile: raíces y flores del exilio. Agermanament. Barcelona, 1979.<br />

pp. 39-42.<br />

255

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!