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DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

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40 personas, entre ellas Gustavo Leigh, otros generales, oficiales y suboficiales de carabineros,<br />

la armada y la Fuerza Aérea y también algunos civiles. Sin embargo, cuatro de los<br />

procesados presentaron un recurso de queja porque Cerda no había aplicado la amnistía; el<br />

10 de septiembre la Corte de Apelaciones anuló todos los procesamientos y el pleno de la<br />

Corte Suprema le amonestó y suspendió de sus funciones durante dos meses. En 1989 la<br />

Tercera Sala de la Corte Suprema cerró la causa con el decreto-ley 2.191.<br />

Para Max el informe entregado por las Fuerzas Armadas a Lagos, que no nombra a su<br />

esposa, significó sufrir una vez más toda la crueldad del régimen de Pinochet. “El 7 de<br />

enero de 2001 fue un día bárbaro, reviví en un instante, concentrado, la detención de<br />

Carmen y de estos compañeros y hasta septiembre de 2001 fue una situación de reemoción<br />

y de reedición de todos estos años. Sentí indefensión frente al poder del Estado, que informa<br />

y ofende incluso ahora”. También se sintió impotente ante las continuas mentiras de los<br />

militares, que primero negaron la detención de su esposa, después aseguraron que había<br />

salido a Argentina y hasta hoy han rechazado entregar toda información sobre su paradero<br />

y obstaculizado las investigaciones judiciales. Cuando el juez Carreño emprendió las<br />

excavaciones en la Cuesta Barriga, sí albergó alguna esperanza de que aparecieran los restos<br />

de su esposa, como señalaron algunos medios de comunicación, sobre todo cuando se filtró<br />

que los más de 200 pequeños huesos hallados pertenecerían al menos a diez personas.<br />

En estos 27 años no ha podido saber ni siquiera si su esposa llegó a dar a luz. “En<br />

algún instante nos llegó la información de que en la cárcel de mujeres de Vicuña Mackena<br />

habían llevado a una mujer con su hijo y fui para allá con Sola Sierra, pero una monja lo<br />

negó todo. Eso se repetía enteramente, en la Agrupación vivíamos con una cantidad enorme<br />

de rumores sobre nuestros familiares. A muchos les vieron otros que sobrevivieron, pero<br />

de Carmen y de estos doce compañeros no sabemos nada”. Aunque Andrés Valenzuela<br />

declaró que no vio a ninguna mujer detenida en poder del Comando Conjunto, en la<br />

investigación del juez Cerda un detenido señaló que escuchó a un vigilante decir que iban<br />

a detener a una mujer embarazada.<br />

Max vive con esta terrible incertidumbre, con esta duda desgarradora. “No sé si mi<br />

hijo pudo haber nacido, no sé cuando fue asesinada Carmen, no sé si fue asesinada con<br />

nuestro hijo en el vientre, ahí, en la Cuesta Barriga. No sabemos si nuestro hijo nació o no<br />

nació –repite–. Si nació tiene veintitantos años, puede ser que haya sido querido, que haya<br />

tenido una educación..., sólo estoy elucubrando. A lo mejor ese pobre hijo o hija nació...<br />

No lo sabemos”.<br />

En julio de 2002 la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos lanzó una<br />

campaña, “Se las llevaron vivas y llevaban vida”, para averiguar la suerte de las nueve mujeres<br />

desaparecidas cuando estaban embarazadas 744 . En su presentación participaron Max y<br />

744 Junto con Carmen Pereira, Nalvia Mena, Elizabeth Rekas y Michelle Peña, las otras mujeres son Cecilia<br />

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