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DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

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agosto empezó a sugerirle la posibilidad de asesinarle, le comentó los “rumores” sobre que<br />

encabezaría una posible insurrección armada en el sur o que podría presidir un gobierno de<br />

la oposición en el exilio. “Espinoza me presentó un desafío. Sentí que Prats era un peligro<br />

para Chile”, le dijo a la juez argentina 463 . En julio de 2002 Pamela Pereira, abogada de la<br />

familia Prats, aseguró a Radio Cooperativa que en la causa que investiga María Servini está<br />

probado que Contreras sugirió a Pinochet asesinar a Prats cuando llegó al convencimiento<br />

de que era una persona “peligrosa” y que el dictador aprobó el crimen. 464<br />

En septiembre de 1974 Townley y Callejas espiaron durante varios días el edificio de<br />

la calle Malabia 3.351 de Buenos Aires donde vivían Carlos Prats y Sofía Cuthbert e incluso<br />

un día Townley se cruzó con él en un parque, pero no le disparó, según confesó a la juez<br />

Servini, “porque había mucha gente”. Ante las amenazas que recibía, distintas personas<br />

recomendaron a Prats y a su esposa que abandonaran Argentina y ellos aceptaron, pero la<br />

Embajada chilena retuvo sus pasaportes durante siete meses, tal y como demostraron varios<br />

testigos, entre ellos el vicecónsul chileno de entonces, en el juicio oral contra Arancibia<br />

Clavel.<br />

La tarde del viernes 27 de septiembre Townley y Callejas notaron que la puerta del<br />

garage del edificio había quedado abierta y aquél caminó hacia el fondo y se escondió detrás<br />

de una caldera para evitar que el portero le viera; colocó la bomba debajo de la parte central<br />

del automóvil y salió confundido entre un grupo de personas. Pero como se quedaron<br />

dormidos en su vehículo no pudieron activarla cuando Prats se marchó unas horas después.<br />

El domingo la primavera brillaba en el elegante barrio de Palermo y por una vez<br />

Carlos Prats interrumpió el trabajo en su libro de memorias para acudir a un asado al que le<br />

invitó su amigo Eduardo Ormeño. A media tarde fueron al cine con Ramón Huidobro<br />

(embajador del Gobierno de Allende en este país) y su esposa Panchita y al finalizar Pan y<br />

chocolate –película neorrealista italiana– las dos parejas departieron en la residencia de los<br />

Huidobro hasta pocos minutos después de la medianoche. A la una menos veinte de la<br />

madrugada llegaron a su domicilio y Carlos Prats descendió para abrir la puerta del garaje,<br />

mientras que su esposa aguardaba dentro. Toda la iluminación de la manzana había sido<br />

apagada y a distancia les observaban Michael Townley y Mariana Callejas, quien tenía entre<br />

sus piernas el detonador. Townley le dio al interruptor de seguridad y, como veía que su<br />

esposa no acertaba, tomó el aparato y activó la bomba por control de radio. 465<br />

463 La Segunda, 13 de noviembre de 2000. Edición digital: http://www.lasegunda.com<br />

464 Primera Línea, 30 de julio de 2002. http://www.primeralinea.cl<br />

465 “El general Carlos Prats y su cónyuge Sofía Cuthbert fueron muertos, en violación de sus derechos<br />

humanos, por un acto terrorista de responsabilidad de agentes del Estado de Chile, que se presume<br />

fundadamente pertenecían a la DINA”. Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación.<br />

Tomo 2. p. 591.<br />

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