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DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

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ley a quienes cometieron estos crímenes de lesa humanidad. Exigimos verdad y justicia. En<br />

Chile hubo un genocidio”.<br />

Este norte les impulsó a participar en 1978 en la creación de una asociación que<br />

reuniera a los familiares de las víctimas cuya muerte reconoció la dictadura: la Agrupación<br />

de Familiares de Ejecutados Políticos. “Vimos que había la necesidad de tomar todos los<br />

casos de familiares que habían recibido un certificado de defunción para denunciar estos<br />

crímenes. Empezamos a reunirnos en los pasillos de la Vicaría de la Solidaridad”.<br />

En julio de 1988, a tres meses del plebiscito que desalojó a Pinochet de La Moneda,<br />

Berta señaló: “Si nosotros morimos sin obtener respuesta, las generaciones venideras exigirán<br />

la verdad. El daño que ha causado este régimen no tiene precedentes en la historia de<br />

nuestra patria y para que se haga justicia se necesita una voluntad de la sociedad completa.<br />

(...) Detrás de cada una de las familias que han sufrido experiencias de este tipo hay un<br />

camino de dolor, de espanto, de desgarro, y por ello pedimos a los partidos políticos que<br />

incluyan en sus demandas la exigencia de justicia y de verdad. Nuestros familiares fueron<br />

ejecutados o desaparecidos sin juicio alguno, sin que les probaran el menor delito. Eran<br />

gente honrada, que equivocada o no, participó en un gobierno democrático, elegido por el<br />

pueblo y sacado por la fuerza de las armas. No queremos venganza, exigimos justicia” 678 .<br />

En noviembre de 1997, como presidenta de la AFEP, viajó a Madrid para declarar ante<br />

García Castellón.<br />

Hoy recuerda a Marta como “una persona muy seria, muy cumplidora en las tareas.<br />

Tenía muchas cualidades artísticas, pintaba muy hermoso, era muy querendona de sus<br />

cuatro sobrinas, mis hijas, y también con mis papás. Siempre ayudaba a la gente, a los<br />

compañeros, lo entregó todo por el Partido Comunista. La dictadura no sólo detuvo a una<br />

mujer indefensa, sino que además se ensañaron con ella”.<br />

A su juicio, “Pinochet debe responder por todo lo que pasó entonces en Chile como<br />

cabeza visible de la dictadura. Me parece inverosímil que intente pasar por enfermo y haga<br />

befa de todo, porque él está cuerdo y debe responder ante los tribunales de justicia de sus<br />

crímenes”. “Pinochet tendría que haber seguido en Londres y ser juzgado allá porque está<br />

más sano que yo –señala Hilda, quien tiene 66 años–. Organizaron una comedia para<br />

traerle a Chile y él hace una burla diaria a los familiares de sus víctimas, vemos que está sano<br />

y que aún no ha respondido por lo que hizo. El es el responsable de todo; él, que dijo que<br />

en Chile no se movía una hoja sin que lo supiera”.<br />

“Para mí el asesinato de Marta fue terrible –añade–, éramos una familia muy unida.<br />

Después, con la muerte de mis padres, me quedé sola en la casa. Aún no me he podido<br />

sobreponer a lo que pasó, a tanta maldad, a tanta crueldad. Ahora recién, con más tranquilidad,<br />

hemos ido reviviendo todo aquello y es mucho peor que entonces cuando teníamos<br />

678 Apsi, 4-10 de julio de 1988. p. 17.<br />

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