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DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

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Me referiré en sólo dos párrafos al informe de la Comisión de Derechos Humanos de la<br />

OEA sobre Chile. Mi discurso no va dirigido a Chile. Mi opinión es que usted es víctima<br />

de todos los grupos izquierdistas del mundo, y que su mayor pecado es haber derrocado a<br />

un gobierno que se dirigía al comunismo”.<br />

Pinochet se lamentó de las denuncias que algunas personalidades chilenas hacían en<br />

Estados Unidos, sobre todo Orlando Letelier, a quien nombró tres veces... cien días antes<br />

de su asesinato: “Estamos volviendo a la institucionalización paso a paso, pero sufrimos<br />

ataques constantes de los democratacristianos. Tienen peso en Washington. No en el Pentágono,<br />

pero sí en el Congreso. Gabriel Valdés tiene influencia. Y Letelier. Y Tomic y otros<br />

que no recuerdo. Letelier tiene acceso al Congreso. Sabemos que está dando información<br />

falsa”. 632<br />

Por supuesto, durante los 503 días de detención de Pinochet en Londres, Kissinger<br />

puso “sus barbas a remojar” y fue uno de los adalides de su liberación, una de las voces más<br />

críticas, junto con Margaret Thatcher o Felipe González, con el enjuiciamiento internacional<br />

de los crímenes contra la humanidad: “El caso Pinochet es una aberración. No podemos<br />

dejar a jueces individuales, con sus propias agendas políticas, la administración de<br />

justicia en temas tan sensibles. Eso es absolutamente devastador”. En octubre de 1999<br />

durante un seminario en Harvard le preguntaron si temía correr la misma suerte y respondió:<br />

“No ¿por qué?”. 633<br />

En noviembre de 2002 la justicia norteamericana acogió una querella contra Kissinger,<br />

Michael Townley y el estado de Estados Unidos presentada por once familiares de víctimas<br />

de Pinochet, entre ellos Gladys Marín, Pepa Llidó (hermana del sacerdote valenciano Antonio<br />

Llidó), Laura González-Vera, Emilio Astudillo, Erika Hennings, Germán Berger o Jinny<br />

Arancibia. Una veintena de convenciones internacionales, leyes federales de Estados Unidos<br />

y del distrito de Columbia avalan la denuncia de los delitos de desaparición forzada de<br />

personas, tortura, tratos crueles y degradantes, crímenes contra la humanidad, ejecuciones<br />

sumarias, violencia contra mujeres, detenciones y encarcelamientos arbitrarios... “Los ciudadanos<br />

demandados y el Estado norteamericano proveyeron asistencia y promovieron la<br />

actuación del régimen represivo chileno con menosprecio a la vida y el bienestar de los<br />

demandantes y sus familias –señala la querella–. La asistencia prestada tuvo efecto sustancial<br />

en la perpetración de las violaciones a los derechos humanos que se exponen en la<br />

demanda”. 634<br />

632 Soto, Hernán y Villegas, Sergio: Archivos secretos. Documentos desclasificados de la CIA. LOM. Santiago de<br />

Chile, 1999. pp. 197-199. Véase también: Ekaizer, Ernesto: Yo Augusto. Aguilar. Madrid, 2003. pp. 288-<br />

292.<br />

633 La Tercera, 10 de octubre de 1999. Edición digital: http://www.tercera.cl<br />

634 Primera Línea, 21 de noviembre de 2002. http://www.primeralinea.cl<br />

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