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DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

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problema” tan sólo “la ubicación de sus restos mortales”, sin ninguna mención a la necesaria<br />

sanción judicial de aquellos crímenes de lesa humanidad. Por este acuerdo las Fuerzas Armadas<br />

y carabineros asumieron el compromiso de buscar durante el siguiente semestre toda<br />

la información útil para encontrar los restos de los desaparecidos o establecer su destino y<br />

entregarla a Ricardo Lagos. Quienes la proporcionaran y tuvieran responsabilidad en los<br />

crímenes estarían protegidos por una ley de “secreto profesional” que fue aprobada en tiempo<br />

récord por el Congreso Nacional.<br />

En aquellos días la posible información que poseían las Fuerzas Armadas sobre los<br />

desaparecidos volvió a ser objeto de debate público. El general Juan Carlos Salgado, representante<br />

del ejército en la Mesa de Diálogo, prometió que las instituciones armadas abordarían<br />

con seriedad la tarea de buscar una información que según él entonces no poseían: “No<br />

podemos inventar una historia. Obligados a tener un resultado, sería muy fácil dar una<br />

información global. Alguien podría decir que esa gente desapareció porque fue lanzada al<br />

mar una cantidad equis. Para decir eso no se necesita hacer ninguna investigación, pero es<br />

muy poco serio. Creemos que lo que podamos informar tiene que ser consecuencia de<br />

informaciones que tengan cierto grado de fidelidad” 590 . En cuanto a las expectativas del<br />

Gobierno, el ministro del Interior, José Miguel Insulza, consideró un “fracaso” que “no se<br />

encontraran cuerpos de detenidos desaparecidos en un plazo de seis meses”. 591<br />

El viernes 5 de enero de 2001 los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y<br />

carabineros entregaron a Lagos la información que habían recabado sobre la suerte de tan<br />

sólo 138 detenidos desaparecidos y 42 ejecutados políticos; de otras 20 personas sin identificar<br />

proporcionaron datos para hallar sus restos. Al día siguiente el presidente trasladó la<br />

información a la Corte Suprema y el domingo se dirigió a sus compatriotas en un discurso<br />

transmitido por radio y televisión: “La información que he recibido es cruda y dolorosa;<br />

una información que habla de muerte, sepulturas clandestinas, cuerpos arrojados al mar, a<br />

los lagos y los ríos de Chile”. Lagos resaltó que “más que un número lo que trasciende es el<br />

reconocimiento de los altos mandos de las Fuerzas Armadas que han asumido que Chile no<br />

puede mirar hacia el futuro sin despejar las deudas del pasado (...) comparten el dolor que<br />

dichos actos causaron y estiman indispensable que la sociedad en su conjunto sea capaz de<br />

asumir sus responsabilidades y superar sus diferencias”. Además, aunque señaló que la información<br />

entregada aún era insuficiente (“todavía no sabemos dónde están más de 600<br />

detenidos desaparecidos”), se deshizo en elogios hacia las Fuerzas Armadas, exaltó su “fortaleza”<br />

y su “coraje” y, añadió, “merecen mi reconocimiento y el del país”. 592<br />

590 El Mercurio, 18 de junio de 2000. Edición digital: http://www.emol.com<br />

591 La Tercera, 18 de junio de 2000. Edición digital: http://www.tercera.cl<br />

592 Consultado en: http://www.presidencia.cl<br />

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