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DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

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timón del Partido se encuentra en las mejores manos” 520 . Durante casi dos años Exequiel<br />

Ponce, Carlos Lorca y sus compañeros sobrevivieron a la persecución de la DINA protegidos<br />

en las poblaciones de Santiago, en las casas de esas personas que constituyen con orgullo<br />

el pueblo socialista.<br />

En febrero de 1975 Ana Corrales comprendió que se estaba estrechando el cerco de la<br />

DINA sobre ellos ya que fue secuestrada su compañera Fidelia Herrera, miembro del Comité<br />

Central. “Fui detenida en la calle y sin testigos –explicó Fidelia–. Ese mismo día en la<br />

tarde fue detenido mi marido, Carlos Bravo, a quien vi en la noche en Villa Grimaldi. Más<br />

adelante, un día en que era sometida a torturas –se me estaba aplicando la corriente eléctrica–<br />

sentí que traían a una persona y la colocaban a mis espaldas. ‘Toque a esa mujer que está<br />

sentada aquí’, le dijeron a esa persona. Sentí que unas manos recorrían mi cara y escuché la<br />

voz de mi hija que decía: ‘Es mi madre’. Hasta ese momento ignoraba que se encontraba<br />

detenida y pude comprobar que todo el núcleo familiar estaba en Villa Grimaldi”. 521<br />

Fidelia, quien no fue liberada hasta noviembre de 1976, comparó a los miembros de<br />

la DINA con los agentes de la Gestapo. “Jamás pensé, y creo que ningún chileno pensó, en<br />

revivir en Chile esas páginas de horror que el fascismo hizo vivir al mundo”.<br />

Días después de su caída, Carlos Lorca llamó a Ana y le indicó: “Anita, te tienes que ir<br />

de Chile porque estamos rodeados. Ya no podemos ofrecerte seguridad. Estamos contando<br />

los días”. Pero a pesar de que estaba embarazada y de que su hijita vivía en un hogar infantil,<br />

decidió quedarse hasta las últimas consecuencias. “Nunca quise salir de Chile. Me propusieron<br />

salir a Canadá, pero me negué a asilarme por mis principios ‘elenos’: es preferible<br />

morir de pie a tener que vivir de rodillas. Con Ricardo Lagos Salinas (quien no tiene nada<br />

que ver con el presidente Ricardo Lagos, hay una gran diferencia; yo no tengo nada que ver<br />

con el presidente) hice el trabajo político clandestino más fuerte durante aquellos dos años,<br />

porque Carlos Lorca era más reconocible por la DINA, al igual que Exequiel Ponce, quien<br />

era muy alto. Yo era muy pequeña, muy delgada. Hacíamos los contactos en las iglesias,<br />

nunca conocí tantas iglesias como entonces”.<br />

El 15 de mayo Ana se encontró con el compañero de Michelle Peña en el paradero 35<br />

de la calle Santa Rosa. “Ricardo me dijo que uno de nosotros tenía que salvarse y contar<br />

nuestra verdad. Hoy pienso a quién crestas le importa en este país nuestra verdad, cómo<br />

vivimos nosotros. Ricardo me dijo que tenía que irme de Chile”. Al final, aceptó tales<br />

razones y abandonó su país la noche del 17 de junio junto con su hija, horas después de que<br />

su compañera Michelle Peña se encontrara por última vez con su madre.<br />

520 Santillana, Pablo: Chile. Análisis de un año de gobierno militar. Prensa Latinoamericana. Buenos Aires,<br />

1974. pp. 249-270. Sobre la evolución del PSCh hasta el Congreso de La Serena, en 1971, véase: Jobet,<br />

Julio César: Historia del Partido Socialista de Chile. Documentas. Santiago de Chile, 1987.<br />

521 Chile-América, nº 31-32. Mayo-junio de 1977. pp. 167-168.<br />

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