09.05.2013 Views

DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

DESPUES DE LA LLUVIA - Rebelión

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Llueve sobre Santiago<br />

Minutos después de las dos de la tarde desde el Ministerio de Obras Públicas Manuel<br />

Cortés y el resto de miembros del GAP divisaron como sus compañeros iban saliendo a<br />

empujones por Morandé 80. “Abrimos fuego contra esos militares, que escaparon hacia el<br />

interior del edificio, saliendo poco después utilizando como escudo humano a los prisioneros.<br />

Entonces ordenamos el alto el fuego”, señala. Los soldados alinearon frente a la pared<br />

del Palacio a los miembros del GAP y los colaboradores del Presidente y en un nuevo acto<br />

simbólico arrebataron a Miria Contreras y destruyeron el acta original de la independencia<br />

firmada por Bernardo O’Higgins el 2 de febrero de 1818, que Allende había ordenado que<br />

salvaran del incendio. 48<br />

Antes de abandonar su posición en Obras Públicas, Manuel pudo contemplar como<br />

los soldados y los bomberos evacuaban en una camilla el cadáver del Presidente cubierto<br />

con un poncho boliviano 49 . Cerca de las cuatro de la tarde sus compañeros y él salieron<br />

confundidos entre los funcionarios y, aunque también les colocaron frente a la pared de La<br />

Moneda, el general Palacios ordenó que les dejaran partir al creer que todos eran empleados<br />

de esa repartición, con la condición de que se presentaran tres días después en el Ministerio<br />

de Defensa a recoger su cédula de identidad. Fue entonces, al entregar su carnet, cuando<br />

Manuel vio por última vez a sus compañeros, aún tendidos en medio de la calle. Caminó<br />

por la Alameda y pudo sortear los sucesivos controles policiales hasta llegar al hotel. El 2 de<br />

noviembre se refugió en la Embajada de México junto con su esposa y su hijo recién nacido.<br />

Entre las cinco y las seis de la tarde una ligera lluvia cubrió Santiago de Chile y dibujó<br />

un cielo pálido, grisáceo, muy acorde con las circunstancias. Fue entonces cuando la mayor<br />

parte de los detenidos de La Moneda fueron trasladados al regimiento Tacna en dos autobuses<br />

de la armada, arrodillados, con las manos en la nuca y de espaldas al conductor.<br />

A las nueve de la noche, y mientras miles de personas condenaban el golpe de estado<br />

en decenas de ciudades de todo el mundo, Pinochet, Merino, Leigh y Mendoza se dirigieron<br />

al país por radio y televisión durante “la ceremonia de juramento de la honorable junta<br />

de gobierno”. En su intervención Pinochet mantuvo que “un deber patriótico impulsó a las<br />

Fuerzas Armadas para sacar al país del caos a que en forma aguda lo estaba precipitando el<br />

48 Fuera del Palacio, Miria fingió que se encontraba malherida y pudo ser evacuada a la posta central, donde<br />

con la ayuda de unos médicos y unas enfermeras de izquierda se salvó de los militares. La junta exigió su<br />

detención y los medios de comunicación difundieron las más soeces calumnias sobre esta valiente mujer.<br />

Logró salir a Suecia en abril de 1974 y no regresó hasta veinte años después, tras haber vivido en Cuba y<br />

Francia. El 22 de noviembre de 2002 falleció en Santiago a los 74 años. Sus restos fueron velados en el<br />

Museo de la Solidaridad Salvador Allende, al que ella tanto trabajo aportó y que hoy es una de las<br />

colecciones de arte moderno más valiosas de América Latina.<br />

49 La autopsia realizada al cadáver de Salvador Allende el 11 de septiembre ha sido publicada en: González,<br />

Mónica: Chile, la conjura. Los mil y un días del golpe. Ediciones B. Santiago de Chile, 2000. pp. 497-498.<br />

32

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!