Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
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100 ¿QUO VADIS AFGANISTÁN?<br />
Rabbani dadas sus dotes para la acción militar, que era lo que<br />
entonces estaba en boga, por razones evidentes.<br />
Olivier Roy comenta que Jamiat-e-Islami va despojándose de<br />
su componente islamista para terminar siendo, básicamente, un<br />
“partido nacional”, dotado de “una base muy marcada en el plano<br />
étnico” (Roy, 2003: 37) y propone a Masud, más que a Rabbani, como<br />
el personaje paradigmático en esta deriva. Pero la trayectoria de sus<br />
líderes (Masud incluido) muestra que Jamiat es, ante todo, un partido<br />
islamista. Masud tenía una bien ganada reputación de ávido lector y<br />
hombre piadoso. Esto último entendido en su primigenio sentido<br />
religioso. Aunque es cierto que también le complacía la lectura de<br />
textos sobre la guerra de guerrillas (Coll, 2005: 4-5). Pero eso está<br />
lejos de ser incompatible con el Islam. Incluso se ha comentado su<br />
querencia por las tesis radicales de Qutb –líder de los hermanos<br />
musulmanes- y su natural tendencia a señalar la presencia de kafires<br />
entre las filas de los propios musulmanes.<br />
En realidad, ocurre que el Islam es el camino que Jamiat<br />
propone desde el principio para integrar en lo posible a la miríada de<br />
tribus y etnias diversas y dispersas por todo el territorio afgano<br />
(Gohari, 1999: 14-16). Ciertamente. Aunque, a tenor de lo dicho, creo<br />
que el compromiso de Rabbani y de Masud con el Islam es algo más<br />
que instrumental. En todo caso, parece evidente que Jamiat no debe<br />
ser considerado como un partido pro-occidental. Ni siquiera como un<br />
partido especialmente partidario de la línea de reformas que había<br />
protagonizado en sus últimos tiempos la monarquía de Zahir Shah<br />
aunque, por otros motivos, terminara siendo un partido muy elogiado<br />
desde Estados Unidos y desde muchas capitales europeas. Estas cosas<br />
terminan dependiendo de cuál es la alternativa.<br />
Entonces, lo que parece fuera de toda duda es que, en muchos<br />
aspectos, los hombres de Jamiat-e-Islami eran tan conservadores, o<br />
más (siendo esto último bastante frecuente), que los propios pastún.<br />
Aunque también parece evidente que las veleidades yihadistas dejan<br />
de formar parte de su discurso más pronto que tarde. Asimismo, está<br />
demostrado que la relación entre Rabbani y Masud fue, como mínimo,<br />
compleja. Así como que esta circunstancia afectó a la gestión de las<br />
ayudas recibidas de la CIA -a través de los servicios secretos<br />
pakistanís- por Jamiat. De hecho, parece evidente que Rabbani sí