Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
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CAPÍTULO 5 103<br />
EL DRAMA SE LARVA DE NUEVO: LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL PDPA EN EL PODER<br />
destacar que fue difundido desde mediados del s.XIX en la entonces<br />
India británica. Esta influencia le aportaba, al menos teóricamente,<br />
carácter panislamista y una vocación de superar “entre otras, las<br />
lealtades étnicas, lingüísticas y tribales” (Marsden, 2002: 127). Pero<br />
ya sabemos que en Afganistán esto es muy complicado y, como en el<br />
caso de Hekmatiar, su partido terminó siendo, en esencia, un grupo<br />
étnicamente pastún de acceso bastante cerrado.<br />
Por su lado, Ittihad-e-Islami es un grupo pro-árabe. Algo no<br />
tan usual en Afganistán pese a lo que algunos podrían pensar por mera<br />
asociación de ideas. En realidad, a lo largo de estos años, Ittihad fue a<br />
Arabia Saudita lo que Hezb-e-Islami era a Pakistán, es decir, algo así<br />
como su “sucursal afgana”. La influencia wahhabita es lógica, en este<br />
contexto, ya que la familia real saudí está formada por los<br />
descendientes directos de Abdul Aziz 4 , uno de los principales líderes<br />
del movimiento. El wahhabismo, fundado por Ibn Abdul Wahhab, a<br />
mediados del siglo XVIII era ante todo un movimiento de purificación<br />
del Islam, ante lo que identificaban como una desnaturalización (o<br />
incluso una degeneración) del mensaje originario del profeta. Esta<br />
circunstancia afectaba, sobre todo, a los propios creyentes,<br />
progresivamente convertidos en meros hipócritas. Así, por ejemplo, el<br />
fundador del movimiento estaba en contra de esos egipcios y<br />
otomanos fumadores y amantes de la música que, a pesar de su<br />
hedonismo, peregrinaban a La Meca. Los tildaba de politeístas<br />
blasfemos y seguidores de falsos ídolos (Coll, 2005: 75). De hecho, la<br />
recreación de esa imagen fue una de las motivaciones que le<br />
impulsaron a purificar el discurso, o a sus practicantes, o ambas cosas<br />
a la vez. Así de riguroso era Wahhab. Todo un carácter.<br />
4<br />
británica de los cipayos, acaecida en 1857. De ahí que en algunas publicaciones sea esa<br />
la fecha indicada para marcar el nacimiento de dicho movimiento. Entre sus principales<br />
líderes de esa primera época dorada podemos encontrar –siempre en la India- a<br />
Mohammed Qasim Nanautawi y Rashid Ahmed Gangohi<br />
Abduil Aziz era un buen ejemplo de líder religioso que combinaba una profunda piedad<br />
con el ejercicio de la milicia. El fue quien dirigió la reconquista de los lugares santos<br />
del Islam en la península arábiga, dominados por los otomanos desde principios del<br />
siglo XIX. En 1924 ya se había hecho con el control de La Meca. En 1932, con apoyo<br />
británico, constituyó la actual monarquía alauita en Arabia Saudita. Entre los signos<br />
distintivos del wahhabismo estaban el enorme celo por la moralidad, la injerencia<br />
constante de los poderes públicos (sobre todo a través de la “policía religiosa”) en<br />
cuestiones de indumentaria, o en cuestiones relativas al control del tiempo libre,<br />
incluyendo algunas restricciones a actividades relacionadas con la música o el baile.