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Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado

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58 ¿QUO VADIS AFGANISTÁN?<br />

ese protectorado fueron difíciles para todos, debido a que Afganistán y<br />

la URSS se habían reconocido mutuamente como Estados<br />

independientes muy pronto, justo después de la revolución<br />

bolchevique. Esto no entraba en los planes de Londres, por supuesto,<br />

pero podía ser entendido como una prueba de madurez del Estado<br />

protegido que desea tomar sus propias decisiones. Aunque también<br />

podía ser entendido, menos benévolamente, como un aviso de que las<br />

corrientes anti-británicas siempre presentes en la corte kabulí se<br />

habían hartado definitivamente de la tutela exterior 9 . De hecho,<br />

además de ser ambas cosas, era también un anticipo de lo que sería la<br />

política exterior afgana a lo largo de casi todo el siglo XX.<br />

9<br />

posibilidad de que Rusia controlara el territorio afgano o, lo que es lo mismo, ante la<br />

posibilidad de que Rusia se abriera paso hacia la India, que era lo realmente importante<br />

para la Corona británica. La más célebre de ellas es la primera de las señaladas pues en<br />

dicho contexto, en enero de 1842, se sitúa el desastre de la columna británica que huía<br />

de Kabul por el paso del Khyber y que fue literalmente liquidada por los afganos.<br />

Murieron unos 4.500 militares y más del doble de acompañantes británicos, incluyendo<br />

sirvientes, mujeres y niños. Aunque la cifra exacta probablemente no se sepa nunca.<br />

Sólo llegó con vida a Peshawar un oficial médico, que relató lo sucedido, muriendo<br />

poco después a causa de las heridas recibidas. Esta realidad -convertida en leyendacontribuyó<br />

sobremanera a fomentar al aura de guerreros indomables que aún hoy<br />

acompaña a los afganos. Aunque el colectivo más activo en la refriega fue, como casi<br />

siempre en estos casos, el ghilzai. Pero lo cierto es que tras este éxito los británicos<br />

regresaron y llevaron a cabo operaciones de castigo, tanto en la primera como en la<br />

segunda guerra anglo-afgana. Es conocido, sin ir más lejos, que arrasaron la ciudad de<br />

Istalif, matando a todos los varones que allí hallaron. Algunos analistas concluyen que<br />

ese hecho fue decisivo para que desde Afganistán surgieran planteamientos<br />

radicalmente anti-occidentales, incluso xenófobos, que eran desconocidos hasta<br />

entonces (v. gr. Ewans, 2002: 73, para la primera guerra anglo-afgana o Ghaus, 1988:<br />

11, en general) habida cuenta de que tradicionalmente había sido considerado como<br />

uno de los países musulmanes más abiertos a la cooperación con el mundo cristiano,<br />

por ejemplo. En este sentido, Ewans comenta que la tradición afgana anterior a esas<br />

reyertas consideraba a los cristianos como kitabi, es decir, “gente del libro”. Sin<br />

embargo, con posterioridad se les ha calificado como kafires o “infieles” y, en todo<br />

caso, como gente “inmoral”.<br />

Lo cierto es que Afganistán estuvo cerca de entrar en la 1ª GM… pero no a favor de su<br />

tutor, sino a favor de sus enemigos, Alemania y Turquía. Cabe encontrar la lógica de<br />

esta tendencia en la presencia del protectorado, pero leído al revés. Es decir, los<br />

afganos podían soñar con que una hipotética victoria de las potencias centrales podría<br />

liberarlos del yugo británico. El Reino Unido, consciente de la delicada situación,<br />

prometió la plena independencia a cambio de la neutralidad afgana. Pero una vez<br />

finalizada la gran guerra, los británicos creyeron que la situación aún podría ser<br />

renegociable, mostrando alguna reluctancia a cumplir su compromiso. Notoriamente, se<br />

equivocaron.

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