Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
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INTRODUCCIÓN<br />
Desde que Afganistán es Estado, casi siempre ha constituido<br />
una entidad jurídica con escasa plasmación práctica. Es verdad que ha<br />
tenido épocas mejores y peores, como iremos viendo a lo largo de este<br />
análisis. Pero, en general, puede decirse que se trata de uno de esos<br />
Estados que sólo lo son en un plano meramente teórico. Un Estado de<br />
papel, en definitiva, una ficción sin parangón en el terreno<br />
fenomenológico. Poco más que un asiento en la asamblea general de<br />
las Naciones Unidas. O, dicho con otras palabras, en clave histórica ha<br />
sido –casi siempre, con escasas excepciones- lo que hoy se cataloga en<br />
la literatura científica como un “Estado fallido”. Porque los mínimos<br />
imprescindibles para hacer honor a su definición, en términos<br />
prácticos, están lejos de cumplirse. En este sentido, buena parte de la<br />
culpa de que Afganistán esté en las portadas de los periódicos de casi<br />
todo el mundo se debe a que este inconveniente se ha reproducido en<br />
las últimas décadas de modo especialmente virulento.<br />
Por otro lado, tampoco parece que sea fácil hablar de una<br />
hipotética nación afgana. Cójase para ello la definición de nación que<br />
se escoja. El menú disponible en el ámbito de la ciencia política es<br />
variado, aunque no infinito. Sin embargo, ni esa variedad de opciones<br />
facilita hallar un resquicio en el que integrar ese pedazo de tierra tan<br />
heterogéneo en lo que respecta a las caractarísticas objetivas de sus<br />
gentes, como en el plano de su subjetividad. Es indiferente cual sea la<br />
opción. Porque ninguna de las posibilidades se antoja aplicable al caso<br />
afgano. Sin perjuicio de lo cual, como ya ocurriera con el concepto de<br />
Estado, es factible –y hasta indispensable- el diálogo con esas<br />
posibilidades. Sobre todo, debido a los inmensos beneficios prácticos<br />
(potenciales) que ello puede suponer para Afganistán. Por lo tanto,<br />
también va a ser uno de los ejes que vertebrarán este análisis.<br />
Efectivamente, sus posibilidades de supervivencia pasan por<br />
esforzarse en parecerse un poco a un Estado. Y, con toda probabilidad,<br />
dadas las circunstancias, sus posibilidades de poder andar ese camino<br />
pasan por ser –o al menos por aproximarse a la esencia de- una