Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
154 ¿QUO VADIS AFGANISTÁN?<br />
terrorista más sangriento de la historia de la humanidad? No lo parece.<br />
De manera que la administración estadounidense lo tiene claro: es de<br />
justicia intervenir en suelo afgano para erradicar el problema antes de<br />
que sea demasiado tarde.<br />
El tiempo apremia también por otros motivos. Se sabe que el<br />
impacto del atentado del 11-S otorga a la Casa Blanca la aquiescencia<br />
de buena parte de la sociedad internacional. Pero también se sospecha<br />
que con el paso del tiempo ese beneplácito pueda diluirse. Así que,<br />
liderando una coalición internacional, los estadounidenses ponen pie a<br />
tierra en Afganistán. Aunque lo hacen de manera bastante prudente.<br />
No implican muchas tropas, porque desde el primer momento<br />
pretenden rentabilizar el esfuerzo que venía desarrollando la Alianza<br />
del Norte. Es cierto que su líder más emblemático, Ahmad Masud, el<br />
“León del Panshir” había sido asesinado dos días antes del 11-S por<br />
dos sicarios tunecinos.<br />
Probablemente se trató de un intento desesperado de la yihad<br />
por desmoralizar a esa coalición interétnica afgana que seguía<br />
resistiendo, aunque ya muy debilitada, en los valles más recónditos.<br />
Pero los avatares de la guerra civil que hemos ido comentando<br />
permitieron que la coalición no se deshiciera. Los talibán cavaron su<br />
propia tumba con los excesos cometidos a diestro y siniestro. De<br />
modo que en el otoño de 2001 es verosímil pensar que un esfuerzo<br />
combinado de unidades de elite estadounidenses, contando con el<br />
control absoluto del espacio aéreo, con la aplicación de las nuevas<br />
tecnologías militares y con la omnipresente mano de obra tayika,<br />
uzbeka y hazara, con algunas incrustaciones pastún, podrán derrotar a<br />
los talibán y echarlos de Kabul.<br />
Así es. Sin demasiadas bajas. La campaña militar planificada<br />
desde ese mismo Pentágono que escasos días antes había sido blanco<br />
de uno de los aviones civiles controlados por islamistas suicidas<br />
resulta ser todo un éxito. Los talibán se retiran. Abandonan sus<br />
posiciones. Pero enseguida llama la atención, precisamente, que no<br />
presten la resistencia que cabría esperar. Por lo pronto, eso significa<br />
que no reciben un duro castigo militar. Ni mucho menos. Incluso<br />
puede decirse que técnicamente no son derrotados (Hussain, 2009: 76).<br />
O que no lo son “por completo” (Reinares, 2009: 2). Depende de<br />
cómo se mire. Depende de qué se entienda por una derrota. Pero me