Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
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CAPÍTULO 14 215<br />
GEOPOLÍTICA EN AFGANISTÁN: DE ESTADO-TAPÓN A ESTADO-IMÁN<br />
talibán habrían apoyado a la insurgencia chechena, de manera que el<br />
desmantelamiento de sus estructuras sería rentable en sí misma al<br />
margen de otras consideraciones (Stanekzai, 2009: 30). No es fácil<br />
demostrar esa conexión con los talibán, pero sí con Al Qaida que, a<br />
finales de los años noventa, se había acercado a los primeros. Así que,<br />
dando un pequeño rodeo, el argumento se vuelve verosímil. De esta<br />
manera, Afganistán y Chechenia serían dos marcos del yihadismo<br />
global. Y, como tales, merece la pena luchar contra las fuerzas que lo<br />
sustentan. Ambas campañas son, pues, igualmente legítimas. Esa es,<br />
más o menos, la óptica de Putin.<br />
El problema, desde su punto de vista, es que la presencia de<br />
los estadounidenses y la OTAN en Afganistán va para largo. Esto<br />
cambia las cosas. Sobre todo porque puede tener malas consecuencias<br />
para la hegemonía que Rusia desea mantener sobre los Estados de la<br />
CEI. No en vano, “los dirigentes rusos, particularmente desde la<br />
llegada al poder de Vladimir Putin, han visto las acciones de EEUU en<br />
Asia Central y en el Cáucaso casi exclusivamente desde la perspectiva<br />
de un juego de suma cero, es decir, como una intrusión<br />
norteamericana en la esfera de influencia rusa” (Cornell, 2008: 196-<br />
197). Además, la elite política de Moscú está escamada desde hace<br />
tiempo porque en el seno de la CEI “las tendencias centrífugas actúan<br />
con más fuerza que las centrípetas”, hasta el punto que dicha<br />
estructura ha sido definida como un “órgano de desintegración<br />
civilizada” (Voloshin, 2008: 164). La convergencia de ambos<br />
fenómenos viene a integrar la peor de las hipótesis a ojos del Kremlin.<br />
La verdad es que estas repúblicas también se alegraron de la<br />
iniciativa estadounidense de 2001. No sólo por su talante antitalibán.<br />
En eso el acuerdo es total, porque Estados como Uzbekistán han<br />
demostrado a lo largo de estos años una gran contundencia a la hora<br />
de intentar erradicar el islamismo 5 . Incluso una excesiva contundencia,<br />
si empleamos el baremo del respeto a los derechos humanos más<br />
elementales, entre los que está la libertad religiosa. En realidad, esa<br />
intervención constituía una oportunidad de oro para sacudirse el yugo<br />
de Rusia ya que, como era previsible, los Estados Unidos se pusieron<br />
en contacto con esas repúblicas fronterizas para conseguir todo tipo de<br />
5<br />
El representado por el Movimiento Islámico de Uzbekistán (MIU) que está catalogado<br />
por los Estados Unidos como organización terrorista.